martes, 12 de diciembre de 2017

¡Con el rostro erguido!

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Pasaron las elecciones municipales y nos toca realizar los análisis respectivos de lo que sucedió y los porqués sucedieron esos episodios recientemente vividos.

A nivel nacional la abstención fue groseramente enorme, tal vez esto sea un gusto para los profetas de la no participación, pero quienes más disfrutaron de la ausencia de los electores en los centros de votación fueron los candidatos del oficialismo.

Ganó la abstención, lo que permitió que ganaran los candidatos del régimen. En todo el país apenas logramos dos capitales de estado y el 2% de las alcaldías del país.

La abstención como método de lucha solo ayuda a aquellos que quieren mantenerse en el poder; solo es el instrumento de los factores mezquinos dentro de la oposición que si no son ellos no quieren que nadie más sea.

Desde esta columna, quiero felicitar profundamente a los ciudadanos demócratas que se pudieron de pie, desoyeron los llamados de los “terroristas de la nada” y votaron por los candidatos de la oposición que sí lucharon a brazo partido en contra de todos los abusos del poder.

Quiero agradecer a todos los candidatos a alcaldes de la oposición quienes asumieron el compromiso y batallaron contra el rival electoral y en contra de los llamados incesantes a la abstención.

Quiero felicitarlo a usted, que me lee, que entendiendo que su arma es el voto lo usó sabiamente el pasado 10 de diciembre.

Como de toda vivencia, buena o mala, siempre debemos obtener una enseñanza. De este proceso electoral he aprendido y reafirmado muchos conceptos que a lo largo de mi vida he reflexionado y asimilado.

He reafirmado que el oficialismo salta de júbilo cada vez que las mentes “brillantes” de la disidencia democrática llaman a la abstención. He confirmado la certeza que el Gobierno no juega carrito, sino que en cada elección, por pequeña que parezca, se lanza con todo lo que tiene.

El pasado 10 de diciembre desde el régimen se repartió comida, una especie de bonificación en tiquetes, tanques de agua, y demás instrumentos para impulsar el voto hacia sus candidatos. Fue una avalancha de ventajismo, que nuestros candidatos enfrentaron sin contar con el apoyo de todos los miembros de la oposición.

A aquellos políticos que jugaron, no a la derrota de unos candidatos sino a la derrota de la esperanza de cambio en los municipios de Anzoátegui, les digo que tal vez mañana puedan necesitar de aquellos a los que ayer les dieron la espalda. No se olviden de este detalle.

Pero, creo que más allá de lo perdido todavía hay esperanza si el orgullo, la fe y la esperanza siguen latiendo en nuestro pecho.

Permítanme recordar el primer verso de la Divina Comedia que dice: “A mitad del camino de la vida, / en una selva oscura me encontraba / porque mi ruta había extraviado”. Sí, en ocasiones podemos hallarnos en la mitad de la existencia sin norte y sin brújula, pero si mantenemos la confianza en nosotros mismos podemos seguir hacia adelante.


Honor a nuestros candidatos demócratas, los que ganaron y aquellos que en esta refriega no alcanzaron la meta, les digo que mañana será otro día para la lucha. ¡Mantengan el rostro erguido!

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