martes, 6 de enero de 2009

Carta contra el engaño islamita

*José Dionisio Solórzano

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El Papa Benedicto XVI hizo votos para que cese el derramamiento de sangre de inocentes en la tierra santa. Todos los católicos nos hacemos eco de las justas palabras de su Santidad, pero es razonable recordar los motivos del ataque Israelí, está nación que por años ha sido objeto de los ataques de los árabes en el Medio Oriente.

Cuando indagamos en los anales de la historia, podemos conocer que el pueblo de Israel, es el real propietario de esa tierra ubicada en Jerusalén. Nuestro salvador Jesús de Nazaret nació en esa tierra, él era judío, y criado bajo las tradiciones de Abrahán, de Isaac, Jacob y Joseph.

Los palestinos que se apostaron en la Granja de Gaza, años tras año, todos los meses y semanas aterrorizan a sus vecinos de Israel, enviando cohetes que caen en las escuelas y en los sectores poblados, todo organizado desde la cúpula del movimiento terrorista Hamas.

La nación israelita sólo se ha defendido de los ataques que se han propinado en contra de ellos por miles de años los extremistas del Islam. Van 3 mil años de agresiones de los árabes en contra de los judíos. Simon Peres, presidente de la nación bíblica, ha sostenido que el ataque es defensivo, que busca aniquilar el poder de atentado que posee la organización Hamas, que ha atentado contra la ciudadanía israelí por años.

La izquierda internacional, sobretodo de los países latinoamericanos, se han acentuado en la defensa de los intereses de las naciones islamitas, sólo con el propósito de llevarle la contraria a los Estados Unidos de Norteamérica que es un firme aliado de los israelitas. Se olvidan los líderes de la izquierda que históricamente, con los 2 mil años de historia cristiana, nosotros los occidentales hemos estado más cerca de los judíos que de los árabes.

Cuando se escuchan las voces de Hugo Chávez, Evo Morales y la demás camarilla de aliados izquierdistas, abogando por los musulmanes, me pegunto el odio ideológico de estos hombres en contra de los EE.UU los ha llevado a voltear la cara de lo que es justo y apoyar la invasión árabe a tierra Israelí tan sólo por decir lo contrario de quienes piensan diferentes a ellos.

Cuando el Jefe de Estado iraní, Mahmud Ahmadineyad, temerariamente y si se me permite descarnadamente, aseveró que el genocidio nazi fue un invento de los israelíes, nadie entre los dirigentes de la izquierda, históricamente atea, salió a criticar semejante posición insólita de este presidente árabe.

Hoy cuando recordamos los idus de la historia, podemos escenificar a un ex presidente de Egipto, Gamal Abdel Nasser, cuando enfatizó públicamente que "echaremos a los judíos al mar", pero a pesar de las aseveraciones egipcias, los israelíes se mantuvieron en su tierra e inclusive en la década de los 1960, venció la guerra de los seis días, con en cada uno de los enfrentamientos tanto anteriores y posteriores.

Los venezolanos, en su gran mayoría somos católicos o protestantes evangélicos, es decir, impuros bajo la doctrina del Corán Musulmán. Nuestras creencias son nuestra de un ateísmo ante los ojos de las palabras del profesa Mahoma, quienes es el guía religioso de los árabes, en cambio del pueblo hebreo nació Jesús de Nazareth, el padre de la santa Iglesia Católica, San Pedro, fue un pescador hebreo, entonces como desligarnos de la unión de ambos, pero por el contrario los islamitas invadieron el norte de España y esclavizaron a los católicos.

Los árabes ahora hablan de que existe un territorio Palestino que debe ser respetado, pero en el paso habían manifestado que por los menos de los territorios de Cisjornadia y la Franja de Gaza, eran de Jordania y de Egipto.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP), Hamas y los demás movimientos que han emergido desde los deseos de Yasser Arafat, han sido con cada una de sus actuaciones látigos que han caído en la espalada del pueblo de Israel, no obstante, Dios le ha dado a los hebreos el bálsamo de la victoria.

Hoy los musulmanes abogan por una determinación de Naciones Unidas, para el alto al fuego de las fuerzas defensivas de Israel, pero se olvidan que ellos en el pasado han violado las directrices de la ONU, cuando ellos han hostigado en las últimas décadas a la nación hebrea, negándose a aceptar que la resolución del ente internacional fue adjudicarle esa tierra al Estado Judío.

La guerra que hoy nuevamente se hace presente en el territorio de Israel, es una consecuencia de los reiterados ataques que los árabes han lanzado en contra del "Pueblo de Dios" como dice la Biblia. Ellos los judíos es la nación de Dios, y esa es una creencia que nosotros los católicos sabemos, porque está en las Santas Escrituras, por el contrario los hijos de Ismael, los árabes, los musulmanes son nuestros contrarios religiosos.

El papa Juan Pablo II, en su pontificado pidió perdón por la persecución que los católicos de un momento realizaron contra la nación Israelí, por eso nos podemos al lado de ellos y en contra de quienes nos califican de ateos, por no arrodillarnos ante su Alá y por no seguir las tradiciones escritas por Mahoma en el Corán.

Cuando se palpa una realidad, como el caso de la guerra, no se pueden señalar culpables, sin antes ver la historia, de allí sacamos las enseñanzas y respondemos los interrogantes.

En este enfrentamiento, como siempre, la mano de Dios bajará y estará al lado de los judíos, sólo se espera que la guerra termine lo más pronto posible con el desmantelamiento de los hijos del terror reunidos en eso que llaman Hamas.

*Comunicador Social- Asesor de Imagen