martes, 27 de febrero de 2018

Homologados

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Después de 15 años de una deuda laboral y moral, tuvo que llegar alguien responsable para que en cuatro meses se lograra sincerar los sueldos y salarios de los docentes y los trabajadores de la salud del estado Anzoátegui.

Hace unos días el gobernador Antonio Barreto Sira hizo justicia con los médicos, enfermeras, personal obrero y administrativo del área de salud al homologar sus sueldos con los de aquellos que son dependientes del Gobierno nacional.

Desde el 2002 se fue abriendo una brecha entre los ingresos de los médicos y docentes regionales con respecto a sus homólogos nacionales, la cual cada vez se hacía abismal e imposible de nivelar.

Años tras años la injusticia se hacía más grande y la falta de voluntad política se palpaba en el aire, tuvo que instalarse en la gobernación anzoatiguense un gobierno demócrata para poder alcanzar el objetivo de igualar salarialmente a ambos trabajadores.

Durante 15 años se fue agravando un problema que pudo haberse solventado hace mucho tiempo atrás; la acción del nuevo gobierno solo demuestra que tan solo faltaba deseos de hacer las cosas y voluntad para materializarlas.

Barreto Sira explicó, durante una rueda de prensa, que el índice porcentual de la homologación fue del 102% en el caso del sector salud y de 140% en el de educación. En el primero, se beneficiaron 2.871 médicos, enfermeras, obreros y trabajadores administrativos, y en el segundo 3.564 docente que imparten clase en las aulas de unidades educativas dependientes del ejecutivo regional.

Y esto se logró gracias a que rompiendo las barreras del dogmatismo, colocando las diferencias a un lado, el gobernador inició un peregrinaje ministerio por ministerio, hasta llegar a la Vicepresidencia de la República, y así obtener el presupuesto para poder homologar a estos servidores del estado.

Sin mezquindades, y manteniendo su firmeza y compromiso de lucha, nuestro gobernador le explicó al Gobierno central la injusticia que en, usando las palabras del mandatario regional, “dos médicos, con el mismo título, con los mismos años de servicios, en el mismo quirófano, devengaban ingresos distintos; el galeno adscrito a la gobernación obtenía por su trabajo la mitad del sueldo de su colega que es empleado del Gobierno nacional”.

Así se detalló la situación,  y con argumentos claros, análisis de los índices de remuneración de unos y otros, y con gallardía el gobernador demócrata hizo lo que ningún otro mandatario de este estado, por los últimos tres lustros, no había podido hacer.

Los docentes regionales se homologaron con sus pares nacionales; los médicos y demás integrantes del sector igual. E incluso, es menester decirlo, con esta inversión de 86.980.080.883 bolívares para los trabajadores del área de salud y 37.636.662.398 bolívares para el educativo, aunados con otros beneficios que los regionales cuentan, poseen en la actualidad un sueldo integral superior a sus homólogos.

Cuando alguien se pregunta ¿qué hace el gobernador Barreto Sira? La respuesta la da él mismo con hechos, más allá de las cámaras de televisión y de fotografía, nuestro mandatario está haciendo el trabajo de hormiguita que se debe hacer para consolidar el cambio positivo para Anzoátegui.


Sin duda, Anzoátegui está en movimiento. 

martes, 20 de febrero de 2018

Una batalla continuada

Cuando estudiamos el pasado y el presente, cuando analizamos bien los actores de la política nacional de ayer y de hoy, podemos llegar a una conclusión: hemos vivido una batalla continuada.

Sí, los venezolanos nos hemos hundido en una refriega incesante por más de 200 años. Una batalla permanente entre hermanos y que, por breves instantes, ha permanecido bajo perfil en una tregua no decretada por la sociedad.

Desde los tiempos del sistema colonial, con sus revanchismos y disputadas, con sus rígidos modelos de interacción social, hasta la actualidad se ha dibujado dos tipos de rivales sociales y políticos que se han debatido el poder.

Con la llegada de la Guerra de Independencia explotó en Venezuela un estado bélico de mayor carácter nacional que internacional, el perfil del enfrentamiento fue entre dos Venezuela separadas social y políticamente.

Quienes levantaron las ideas de la independencia, no fueron los venezolanos más pobres o marginados por el yugo español, sino por el contrario fueron aquellos blancos criollos, dueños de haciendas de cacao y del poder económico.

Los apellidos de los alzados en contra de la corona de España eran aquellos que vivían en grandes casonas y paseaban en el lomo de sus caballos por gigantescas planicies de su propiedad.

En cambio, muchos de los seguidores de la causa del rey eran venezolanos de bajísimos recursos, e inclusive muchos de los jerarcas de las tropas realistas eran españoles y canarios de baja ralea que desempeñaban los oficios más populares y cercanos al pueblo.

Así la casta pudiente venezolana gritaba libertad, mientras el pobre en su choza aún clamaba por los derechos de Fernando VII. Los llaneros, antes de seguir a José Antonio Páez, marchaban detrás de los comandantes realistas José Tomás Boves, Francisco Tomás Morales y de Yáñez, Rosete o Calzada.

Fue Páez, a raíz de la muerte de Boves, quien logró darle carácter popular a la Guerra de Independencia. Porque en los primeros años fue una batalla entre ricos y pobres, los primeros querían libertad y los segundos venganza.

El festín de sangre desatado por Boves y su gente, será la misma que más adelante protagonizará otro pulpero: Ezequiel Zamora. El caudillo liberal no levantará las banderas de Bolívar, Sucre o Anzoátegui, sino que harán suya las mismas proclamas vengadoras de las hordas de la "bovera".

La Guerra Federal fue una continuidad de la Guerra de Independencia, la cual se extenderá con revueltas, golpes de estado y revoluciones por todo el siglo XIX y parte del XX. Y, salvo la época del régimen de Juan Vicente Gómez, los dos partidos o grupos históricos, con distintas denominaciones, se enfrentarán hasta el final.

Hoy, aquellas devastadoras legiones de hampones sanguinarios de Boves y de Zamora, reaparecen bajo el nombre de Revolución.

Los mismos instintos de venganza y destrucción que les dieron personalidad cruel y despiadada a las  tropas realistas primero y federales después, son las mismas que han movido a Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

Nada ha cambiado en todos estos años. Y, así como las hordas de Boves, muerto el Urogallo, se fueron detrás del siguiente hombre a caballo, y sin mucho pensarlo se pasaron de bando, así ha acontecido a lo largo de la historia nacional.

Pedro Camejo, el gran "Negro Primero", estuvo bajo las órdenes de "Ñaña" Yáñez, defendiendo los colores de España, para después ser héroe de la causa independentista. De esa misma forma, los conservadores venezolanos se "vistieron de amarillo para que no los reconocieran".

Así los detractores de AD se volvieron adecos, y los adecos chavistas. Y, en este momento, más de un antiguo "patria o muerte" se hace el desentendido cuando lo llaman "camarada".


Venezuela fue y sigue siendo un  campo de batalla, una lucha permanente entre dos grupos sociales y políticos que parecieran nunca reconciliarse y que se batirán en todos los escenarios mientras exista nación.

Venezuela y Colombia: Historia de cambios

La historia de Venezuela y Colombia ha sido de altibajos, de encuentros y desencuentros, de ayudas y resentimientos. De solidaridad e incomprensión.

En este artículo quiero hacer un recorrido de esa historia. Nuestras raíces étnicas tiene cierta semejanza y origen, las leyendas de ambos pueblos poseen una grandiosa similitud, y vale la acotación de que ninguna en particular poseyó la vibrante cultura de los Incas, Mayas o Aztecas

No obstante, con la llegada de los navíos enviados por Isabel y Fernando, los reyes católicos de las entonces Españas, inició un recorrido dispar entre ambas naciones.

Lo que hoy conocemos como Colombia fue elevado al rango de Virreinato de la Nueva Granada; una posición política alta dentro del esquema de poder elevado por el Imperio Español. Mientras que Venezuela fue conocida simplemente como "tierra firme" durante mucho tiempo.

Tardíamente, ya en 1777, se creó la Capitanía General de Venezuela, una figura dentro del esquema burocrático de la corona ibérica, pero de un rango inferior al Virreinato que poseían los hoy territorios de Colombia, Perú y México.

Para el criterio de los colonizadores las tierras de Nueva Granada eran más ricas y provechosas que las de la Capitanía General de Venezuela. En ese entonces los neogranadinos veían por encima del hombro a los venezolanos.

Pero, fue en la Capitanía General de Venezuela donde se prendió la chispa de la revolución independentista. Fueron los venezolanos los que sembraron de libertad a gran parte del continente americano.

Durante la Revolución de Independencia, desde la actual Colombia se inició la Campaña Admirable que permitió al General Simón Bolívar derrotar a las tropas realistas y hacerse con el título de Libertador.

Y desde Venezuela se emprendió la campaña que determinó la libertad absoluta de Nueva Granada, Perú y Ecuador, además de ser los venezolanos los que crearon la República de Bolívar o mejor conocida como Bolivia.

El mismo nombre de Colombia, nace de la idea de Francisco de Miranda de constituir el Imperio Incaico de la Gran Colombeia, más tarde transformado por Bolívar en la República de la Gran Colombia.

Y, la historia fue evolucionando. Para 1920, el erudito barcelonés, Laureano Vallenilla Lanz, filósofo positivista, mantuvo una lucha pública con un homólogo colombiano, Eduardo Santos, y tuvo el tino de aseverar que en mientras Venezuela había un "Cesarismo Democrático" en Colombia se imponía un "Cesarismo teocrático".

El tiempo fue pasando y aquí se descubre petróleo, y aquella nación arruinada por una Guerra de Independencia que prácticamente se extendió en guerras y rebeliones hasta la llegada del siglo XX, se transformó en una tierra rica.

Y mientras Venezuela prosperaba gracias al "oro negro", Colombia se estancaba. Cuando acá una dictadura de derecha, que modernizó el medio físico, dio paso a una democracia imperfecta pero sólida, al otro lado de la frontera el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán abrió la caja de pandora de una guerra civil.

Durante décadas las guerrillas de izquierda, el paramilitarismo de derecha y el narcotráfico hundió a la antigua Nueva Granada en el caos. En ese tiempo se contaron por millares los colombianos que legal o ilegalmente cruzaron la frontera a vivir mejor en Venezuela.

Aquí había seguridad, trabajo, comida y paz, por eso la multitud de colombianos en Venezuela se confirman con la siembra de infinidades de "Barrios Colombia" que existen en todos los estados de Venezuela.

Miles de colombianos llegaron y fueron recibidos, muchos de ellos por su ingenio, capacidad, y laboriosidad lograron amasar fortunas. Y, como la vida es cíclica, ahora es Colombia la que recibe a los venezolanos.

Hoy Colombia posee una democracia estable y una economía sana, mientras que Venezuela se hundió por 18 años de socialismo. Y la pregunta es: ¿Los colombianos nos regresarán el favor de décadas pasadas?


martes, 6 de febrero de 2018

Mosca con los rumores

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Todo inició como comienzan los rumores. De la nada brotaron de la misma sociedad digital una serie de anuncios sobre la desaparición de distintas jóvenes.

Con un vocero anónimo y con las credenciales de lo desconocido, se confirmaron  las noticias de la desaparición de no solo una sino varias jovencitas.

El eco de la noticia no se propagó por la prensa, radio o la televisión, sino en la borrasca mediática de las redes sociales; la opinión pública tumultuaria de Twitter, Facebook e Instagram, fueron los canales escogidos.

Se informaba sobre la desaparición de una, dos, tres, cinco, diez, veinte jóvenes. Algunos hablaban de una red de secuestradores que buscaban muchachas para colocarlas en el mercado internacional como esclavas sexuales.

De súbito, la noticia mutó. No eran solo mujeres, sino que una camioneta negra deambulaba por las calles de Puerto La Cruz, Barcelona y Guanta buscando a niños a quien arrebatar de las manos de sus padres.

Enseguida, eruditos de la información en 240 caracteres dieron su explicación. “Es una mafia que se lleva los niños a la frontera con Colombia o Brasil”.

La proliferación de informaciones se difundió con la rapidez del rayo. Por todas partes emergían “noticias” de los secuestrados. Un caso en Los Cerezos, y otro en Palotal, todo con una velocidad y precisión que los grupos comandos de las grandes potencias militares envidiarían,

Al cabo de unas pocas horas otra alerta. Según decían por los medios digitales encontraron una mujer descuartizada, pero lo curioso es que jamás el cadáver o el despojo de éste llegó a la morgue del Hospital Razetti.

Mientras las cadenas vía whatsaap pasan de celular en celular. Mientras las publicaciones en los diferentes medios se extendían como las llamas en una sabana en pleno verano, solo una denuncia llegaba a los cuerpos de seguridad.

Al término de unos pocos días, el rumor para algunos se convertía en un hecho cierto. Los colegios citaron a los padres y representantes para reuniones de emergencia para tomar medidas de seguridad por la “ola de secuestros”.

Algunos planteles meditaban la idea de cerrar mientras pasaba la alerta en la sociedad. Era un pandemónium total por todas partes.

Los periodistas iban y venían de las comandancias de la policía y hacia la morgue, pero no había indicios de el número exorbitantes de casos de secuestrados como se palpaban en las redes sociales.

Solo uno se reportaba en los cuerpos policiales; lo demás eran noticias y rumores que se irradiaban y ahogaban los ánimos de miles de anzoatiguenses que empezaron a caminar con miedo por las calles.
El paroxismo llegó a niveles insospechados. Todo el mundo temía que fuera verdad lo que se aseveraba por las redes sociales.

El caso de los raptos, me hizo recordar el famoso episodio de la “Guerra de los Mundos” de Orson Wells, en 1930 varios comunicadores de la época en los Estados Unidos adaptaron un libro a un guion de radio. Lo que se emitía por la frecuencia, que era una recreación de esa obra literaria, fue asumido por el público como una verdad. Esto trajo una terrible repercusión.


Ahora, no fue la radio, sino las redes sociales. La reflexión que hago sobre el tema es que cada uno de nosotros tenemos que tener cuidado con lo que publicamos y a quién le creemos en las en estas plataformas.