martes, 30 de julio de 2019

Sin control


Por José Dionisio Solórzano

Cogito ergo sum-. En menos de una semana se hicieron virales dos noticias, por las redes sociales, que demostraron, nuevamente, que Nicolás Maduro no tiene el control del país, ya que infinidades de zonas en la geografía nacional están en manos de grupos delincuenciales.

La noticia del enfrentamiento entre cuerpos policiales del Estado y grupos hamponiles en la Cota 905 en Caracas, fue noticia en todo el mundo. No obstante, lo más sorprendente de este hecho es que los criminales hicieron correr a las fuerzas del orden público.

Luego, vimos por Twitter e Instagram como un grupo denominado la banda del "Malony" se paseaba por las calles de Altagracia del Orituco, disparando armas largas, con suma impunidad. Y, se logró observar que el armamento de éstos, es mucho mejor que el que poseen muchísimos de los cuerpos de seguridad de la nación.

¿Este es el control que Caracas ejerce sobre el hampa en el país? Obviamente, no hay capacidad de respuesta, ante una sociedad que se la llevó quien la trajo, que no hay forma de contener una violencia desatada y la cultura del crimen institucionalizada.

Maduro no tiene control del territorio nacional, crearon un clima de anarquía y ésta se empoderó de Venezuela, dejando a su surte a millones de venezolanos que están a merced de este tipo de organizaciones que pululan por doquier en ciudades y campos, en metrópolis y pueblos de toda la república.

Venezuela marcha sin control, sin orden, sin seguridad. Las llamadas zonas de paz, tan cacareadas por aquellos que forman parte de la estructura del poder en Venezuela, se quedaron en lo que se ha quedado todo a lo largo de los últimos 20 años, en puro “buche y pluma”.  

Venezuela necesita, con urgencia meridional, un gobierno serio, duro y con carácter, que le ponga un coto definitivo a este libertinaje que capea por doquier en la nación; no se puede seguir mirando hacia otro lado, no se puede seguir ignorando la realidad, ni el miedo que reina por todas partes.

Pareciera que el Estado venezolano las tiene bien puestas cuando se trata de jóvenes universitarios marchando, mujeres flameando sus banderas, y de ancianos tocando pitos, pero cuando se trata de medir fuerzas con estos grupos, se les enfría el guarapo.

Venezuela no puede seguir en manos de la delincuencia, no puede seguir conducida por unas seudo autoridades genuflexas que no hacen nada, que dejan que los criminales actúen a sus anchas, y que pareciera ser aliados de aquellos que sembrar de terror a Venezuela.

El país necesita, como decía los abuelos, un General Marcos Pérez Jiménez que venga a acomodar esto. Una mano dura conservadora, moral y de derecha, nada que ver con la izquierda ya sea democrática o autoritaria, hacia la izquierda ni un paso más.

¡Para mí, el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!

martes, 23 de julio de 2019

Perdemos el tiempo


José Dionisio Solórzano  / @jdionisioss

Cogito ergo sum-. He leído en las Redes Sociales, en páginas web, y hasta en grupos de Whatsaap, he escuchado por la radio y visto por televisión, a más de uno lanzando sus ráfagas de críticas en contra de Juan Guaidó y del proceso que éste inició hace seis meses atrás.

En lo personal, me parece inaudito que existan personas que se hagan llamar opositores y le ofrezcan en bandeja de plata una grandiosa ayuda a aquellos que aún se sostienen en el poder.

Los venezolanos, los que queremos la libertad de Venezuela, no podemos perder el tiempo en críticas internas, en jaleo innecesario y en diatribas estériles. Tenemos que dar un paso al frente, debemos hacerlo, por el bien de nuestra nación.

Califico, de acuerdo a mi criterio personalísimo, como injustas las críticas que se emanaron en contra de la imagen de Juan Guaidó recorriendo los estados de Venezuela. Él está haciendo un arduo esfuerzo, a sabiendas que sobre él pende la espada filosa de la opresión venezolana.

A través de estas líneas quisiera enviarles un mensaje a todos los demócratas de Venezuela. No importa si son socialdemócratas o socialcristianos, nacionalistas o liberales, todos tenemos que construir una gran convergencia nacional, que nos brinde la fortaleza necesaria para derrotar la represión y el oscurantismo en el cual estamos sumergidos en la actualidad.

Ya basta de pelear entre nosotros, todos tenemos la oportunidad de crecer y lograr el objetivo del Cese de la Usurpación y la instauración de un Gobierno de Transición Nacional. Todos tenemos que unirnos, más allá de nuestras diferencias, para alcanzar un bien superior.

Sí, he sido un duro crítico de los diálogos, sin embargo sería necio y una torpeza de mi parte no entender la necesidad de las conversaciones. Hasta en tiempos de guerra, las partes se sientan a dialogar, esto no implica que ninguna paralice el avance de sus respectivas estrategias.

¡Señores! Juan Guaidó no es el enemigo, por el contrario su figura nos despertó las esperanzas de lucha. ¡Señores! Acción Democrática tampoco es el enemigo, ni Copei, ni Primero Justicia, Ni Voluntad Popular. Tampoco María Corina Machado, ni ningún otro dirigente de la oposición democrática del país, no.

Claro que existen divergencias. Claro que existen visiones de país totalmente diferentes, esto era de esperarse, ¿quién pensó que la Unidad era sinónimo del entierro de los principios y creencias de cada quién? Si alguien lo hizo, estaba meando fuera del perol, como decimos en mi pueblo.

No obstante, por encima de esta realidad, todos tenemos que unir esfuerzos. Luego de restituida la democracia en Venezuela, cada quien volverá a su trinchera política, cada quien defenderá sus ideales y concepciones de sociedad, pero solo cuando los riesgos de la tiranía hayan cesado por completo.

No perdamos más el tiempo peleando entre nosotros mismos; recordemos al Libertador Simón Bolívar, quien dijo: “Unión, unión… o la anarquía os los devorará”.

¡Para mí, el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!

martes, 16 de julio de 2019

Dolarización total


Cogito ergo sum-. La dolarización de Venezuela no es una idea ni una sensación, ni siquiera puede ser esbozada como una propuesta económica, sino que es un hecho tangible en toda la geografía nacional.

En Venezuela circula el dólar como una moneda de circulación nacional, las operaciones de compra y venta se efectúan en divisas. Las plataformas que indican la fluctuación cambiaria se han convertido en los portales más visitados en la nación.  

Hasta en los mercados municipales, para comprar verduras, vemos el fenómeno de la dolarización de la economía. El General Washington reemplazó al General Bolívar como la figura de mayor circulación en los billetes que pasan de mano en mano.

El intercambio de divisas por bienes y servicios es una situación real, palpable. Y lo que se comercializa en bolívares se hace basándonos en el valor del día del dólar. Sin duda, no hay salida, la dolarización de la economía es un hecho cierto.

Ante la presión de los hechos, cada vez más profesionales en todo el país están revalorizando sus servicios y actualizando sus tarifas, nadie puede, ni quiere quedarse atrás.

Vivir en bolívares es una ilusión, vivir a base a los dólares es lo que está mandando. ¿Quién lo puede negar?

Repuestos para los vehículos, medicamentos, inmuebles, hasta los alimentos se cotizan en moneda extranjera. Nicolás Maduro por más que cacaree sobre los yuanes chinos o los euros, los venezolanos persiguen por donde quiera a las llamadas “lechugas”.

Ni hablar del fiasco de las criptomonedas rojas, rojitas. Nadie comercializa con el denominado Petro, quienes usan este tipo de monedas virtuales para sus intercambios y negocios lo hacen con las más famosas como son por ejemplo: Bitcoin,  Ethereum, Ripple, entre tantas otras.

La economía nacional está en manos de los dólares; esta es una verdad que tienen que tener muy en claro quienes están llamados a conducir la transición nacional.

La crisis venezolana es profunda y con muchas vertientes, la económica es una de las más agudas. Se debe sincerar la verdad de las finanzas nacionales, se debe repotenciar el aparato económico, y si se va a dolarizar que se haga por completo.

Sí, que los sueldos y salarios estén en dólares. Que existan tablas para ponderar el valor real de los productos y servicios en el mercado; detener la especulación que sí existe y sí afecta a todos los niveles económicos de la nación, y desarrollar un plan de rescate nacional.  

Esto es necesario, debido a que la distorsión económica venezolana es tal que empezamos a generar una inflación forzosa del dólar. Sí, los venezolanos incrementamos el valor de los productos en servicios, ya ofertados en dólares, como si se tratara de bolívares.

Se llegó al punto que hay personas que no aceptan el billete de  $ 1 , como si se tratara del cono monetario nacional al cual lo vilipendiamos cada vez que queremos y dejamos de aceptar billetes de diversas denominaciones como si cada quien fuese el Banco Central de Venezuela.

¡Es increíble! Los disparates económicos y el comportamiento económico del venezolano son tan alocados, que el dólar en Venezuela está inflacionado y ya vetamos parte del Cono que surge de la Reversa Federal de los Estados Unidos. Qué cosas no…

¡Para mí, el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!

martes, 9 de julio de 2019

Divisiones rojas


Por José Dionisio Solórzano

Cogito ergo sum-. La muerte del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo trajo consigo muchas consecuencias, una de ellas el recrudecimiento de la lucha intestina en el seno de aquellos que ocupan el poder en Caracas.

A la Fuerza Armada Nacional, que forman uno de los núcleos de poder más importante en el país, no le agradó lo que sucedió con el capitán; las tropas vieron con malos ojos lo sucedido, mientras que el generalato evalúa el suceso con prudencia y mucha preocupación.

Entre las informaciones que salieron a la luz pública, se corrió una en la que se hablaba de una reunión del Alto Mando Militar donde se le exigió a Miraflores determinar responsabilidades del hecho y detener a aquellos que están cometiendo torturas dentro de los calabozos adscritos a los órganos de inteligencia de la nación.

Cierto o no lo que se viene escuchando en las Redes Sociales, la verdad es que la cosa no debe estar color de rosas en el seno del oficialismo.

La negativa de Nicolás Maduro de hacer el tradicional desfile militar el 24 de Junio, y de realizar unos escuetos actos para conmemorar el 5 de Julio, dan clara evidencia que quienes están en Miraflores no confían en los uniformados.

Los indicios, que supuestamente, involucran al ocupante del Ministerio de la Defensa, Vladimir Padrino López, con los hechos acaecidos el pasado 30 de abril; la posición asumida por el exdirector del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), Manuel Cristopher Figuera, quien se encuentra en los EEUU cantando más que un canario, abren las brechas existentes entre los factores que sostienen al régimen venezolano.

Más allá de los que ocurre en el ámbito de las relaciones verde oliva y rojas, en el mismo seno del Partido Socialista Unidos de Venezuela hay un enfrentamiento abierto entre el entorno más cercano de Nicolás Maduro, integrado por los hermanos Rodríguez (Jorge y Delcy), quienes dirigen el partido y de la Asamblea Nacional Constituyente, y otros sectores que poseen sus grupos de presión dentro del oficialismo.

Ya vimos como corrió como la pólvora la posible candidatura de Héctor Rodríguez como reemplazo de Nicolás Maduro, al asumir la postulación roja en una eventual elección acordada en Barbados.

¡Arde Troya! La realidad en el Psuv no es sencilla, ni en el Palacio de Miraflores. Y menos cuando muchos de aquellos que están cerca del poder conocen las implicaciones de las denuncias esgrimidas por el exdirector del Sebín, y lo planteado en el llamado “Informe Bachelet”, presentado por la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Sí, en el primer caso: Todos los datos esgrimidos por quien fuese el jefe de la inteligencia nacional, pueden ser tomados por el Gobierno de los Estados Unidos  como “la gota que derrame el vaso”. Con respecto al segundo caso: La ONU puede llegar a calificar a Nicolás Maduro como un nuevo Milosevic, y las repercusiones serían terribles para él y su séquito en el usufructo del poder. 

Ante todos estos posibles escenarios, más de uno debe estar como “palo de gallinero”, debido a que poseen muchos intereses en juego.

¡Para mí, el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!