lunes, 29 de marzo de 2021

De Trump a Bolsonaro

Por José Dionisio Solórzano 


Cogito ergo sum-. En el  Gobierno nacional, con sus distintos voceros, cada vez que se ocupan de abordar el tema de la pandemia inician con un análisis profundísimo de las secuelas del virus chino en otras partes del mundo, como si con esto disminuyeran las consecuencias de la Pandemia en el suelo nacional.

Ya sea el presidente Nicolás Maduro, la vicepresidente Delcy Rodríguez o el ministro de comunicaciones  Freddy Ñáñez, todos efectúan una perorata incansable y cansona con relación a la «gravísima situación del Covid» en otras partes y de las «política irresponsables» de tal o cual presidente.

Durante la crisis del 2020 – en los tiempos de la más dura cuarentena – en Miraflores comenzaban sus alocuciones al país hablando que Donald Trump esto qué Donald Trump aquello, efectuaban larguísimas reflexiones sobre las supuestas políticas erráticas de la administración del expresidente de los Estados Unidos.

Ahora, como ya no está un Donald Trump a quien atacar, enfilaron sus baterías contra el presidente derechista del Brasil, el señor Jair Bolsonaro.

Me atrevería a decir que pasan más tiempo hablando de los hospitales y de los casos de Covid-19 en la nación carioca qué de los índices reales de la enfermedad en el territorio nacional; simplemente están aplicando la vieja – y muy desgastada estrategia – de desviación de la opinión pública.

El planteamiento es tan ideológico y políticamente conveniente, para quienes poseen el poder, que ese mismo gobierno que era incapaz de llamar al Covid-19 con el epíteto  «virus chino», y hasta condenaba su uso, no tiene el menor reparo en hablar de la «cepa brasileña»; y esto es obvio, pues China es padre tutelar de Miraflores, y en cambio el gobierno de Brasil representa los valores que el oficialismo venezolano rechaza.

De acuerdo con la narrativa política del Gobierno nacional, el culpable de la crisis pandémica en el mundo es Jair Bolsonaro y sus políticas nacionales alrededor de la crisis de salud, sin embargo obvian que la enfermedad nació de China, y que fueron los chinos, con su pésimo manejo de la situación, quienes permitieron que el mal se expandiera por todo el globo terráqueo.

Para el discurso político de quienes se encuentran en el usufructo del poder, el Coronavirus cundió en el mundo por culpa de – primeramente – Donald Trump y ahora de Jair Bolsonaro, y que los laboratorios biológicos del Partido Comunista Chino no tienen nada que ver con el asunto, semejante descaro en la vida.

Ahora bien, al venezolano promedio le tiene sin cuidado lo que pase en Estados Unidos o en Brasil – y quienes tienen el coroto en las manos tienen que recordar aquella frase tan usada por ellos, cuando les conviene, que dice  «la autodeterminación de los pueblos», pues cada nación aplica las políticas a lo interno que mejor le parezca –, los venezolanos lo que quieren son soluciones a los problemas de salud pública, de orden económico y social que abundan en el país. 

El país lo que reclama a gritos es dotación para los hospitales, equipos de bioseguridad para todo el mundo, vacunación masiva y punto.

¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!

 

lunes, 15 de marzo de 2021

Postdata

Por José Dionisio Solórzano 


Cogito ergo sum-. El periodismo no es una simple profesión, es algo más. El periodismo es una pasión, es una forma de vida, es una concepción profunda de la sociedad. Es por ello, que quienes hemos ejercido el periodismo nunca dejamos de añorar – cuando pasamos a otros ámbitos de la comunicación – el ardiente frenesí de la noticia, la emoción del «tubazo» y la adrenalina de las intrigas políticas.

Quien le escribe – los últimos años de su vida – se ha dedicado a otros aspectos de la comunicación social como han sido la comunicación institucional, la comunicación digital - las redes sociales -, la comunicación política y la atención al cliente; sin embargo, me hacía falta hacer algo de periodismo, pues no bastaba con esta columna de opinión: «Cogito ergo sum».

Es por ello, que desde el lunes 15 de marzo empecé una pequeña tribuna de periodismo, en este caso radial, desde la emisora Cosmos 94.1 FM. Ahora, a través del programa «Postdata» estaremos entrevistando a los diferentes voceros de la vida política y económica nacional y regional.

Con una visión clara de nuestro rol como periodistas, con una idea cimentada de nuestra responsabilidad como comunicadores, estamos listos para ofrecerle un espacio polémico, divertido y sobre todo analítico de lo que es noticia en un país totalmente convulsionado y en una sociedad donde las noticias se sobreponen gracias a una dinámica arrolladora.

«Postdata» es un intento de fomentar los valores del periodismo, es decir: imparcialidad, veracidad, equilibrio e investigación, con el firme propósito de informar a los oyentes de los más diversos temas de interés.

Mediante «Postdata» no solo regreso – de cierta forma al periodismo – sino que buscaré demostrar que, por encima de las circunstancias, aún se puede realizar un periodismo sin pasiones, sin ideologías, y sin necesidad de arrodillarse frente a nadie, ni ceder ante nadie.

Todos los lunes, miércoles y viernes en «Postdata» estaremos abordando los temas que son noticias a escala nacional y local y trataremos los temas con la mayor amplitud y la seriedad que demanda nuestra complicada realidad nacional. Junto con el experimentado locutor, Ricardo Velázquez llevaremos una visión diáfana y precisa del acontecer público.

Cosmos 94.1 FM – una nueva emisora radial con un alcance importante – nos está dando la oportunidad de abrir un espacios donde rojos y azules, donde católicos y protestantes, donde liberales y conservadores, y tirios y troyanos tendrán la oportunidad de hablar y dar a conocer sus opiniones bajos una entrevista que nunca será complaciente y que siempre irá al epicentro de la noticia.

En «Postdata» los estaremos esperando los lunes, miércoles y viernes de 12m a 1pm para darles a conocer los pies de páginas, los entretelones y las letras pequeñas, que a veces se escapan de los ojos más atentos, de los hechos noticiosos venezolanos.

Sin duda, estoy retomando una de las pasiones de mi vida, el periodismo. Y lo hago en un medio que no ha sido el que más he dominado, pues salvo una experiencia anterior en el programa «Toque de Sazón» que conducía junto a la buena amiga María Alejandra Malaver, la radio es algo, relativamente nuevo para quien le escribe. ¡Nos oímos pronto!

¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!