jueves, 11 de noviembre de 2021

Etapas de la Derrota

Por José Dionisio Solórzano

 Opinión-. Es fascinante estudiar el comportamiento humano; es maravilloso evaluar como el hombre actúa en momentos difíciles, como se desenvuelve y qué herramientas utiliza en su búsqueda por sobrevivir en un momento álgido.

Por ende, dedicaré este artículo a las etapas de la derrota, basado en el ambiente político.

Durante años he estado – y analizado – diversos comandos de campaña de candidatos a cargos como alcaldes, gobernadores, presidentes; y en todos emergen características símiles en sus etapas.

Sin embargo, sólo hablaré, en este particular, sobre la derrota.

La primera etapa de la derrota es la negación.

Quienes conforman un comando de campaña niegan que estén perdiendo. Tercamente, rechazan la posibilidad de no tener éxito en sus esfuerzos.

La segunda etapa es la ilusión sin lógica.

Empiezan a reconocer que las cosas no están bien, no obstante, siembran sus esperanzan en un “cisne negro”, en un movimiento salvador, en una estrategia mágica que le “dará la vuelta al partido”.

Tercera etapa es la culpa.

Comienzan los señalamientos, la búsqueda de culpables. Todos se acusan entre todos; la campaña se vuelve una guerra, no contra el adversario sino a lo interno.

El cuarto nivel es la ira.

Los comandos perdedores – o que se sienten como tales – suelen optar por la agresión, por la ira. Se vuelven estructuras violentas.

Sus acciones de campañas se convierten en desahogos de su frustración.  Así, cuando un futbolista se le acaba el tiempo y se desespera porque va abajo en el marcador, y empieza a jugar más rudo, más desesperado, más irracional.

Última etapa, la salvación.

Muchos de los que integran el comando de campaña que posee signos de derrota, se van separando de éste e inician un proceso de “salvación”.

Es decir, buscan acomodo en otras opciones con mayores posibilidades de triunfo. La sobrevivencia del más apto, del más “astuto”.

He aquí que se articula procesos psicológicos de autoprotección.

El ser humano – por lo general – huye de las derrotas y se aparta de quienes sufren este fin; de allí la famosa frase: “las derrotas son huérfanas”.

Ahora, ¿qué comando, en la actual campaña electoral, está sufriendo estas etapas? Sin duda, los síntomas psicológicos emanan del comando de campaña de Antonio Barreto Sira.

Sus integrantes saben que el aspirante a la reelección está perdiendo de calle la contienda; pues, su opción no entusiasmó, no articuló y no inspiró.

Actualmente, quienes votan por Antonio María lo hacen por dos razones: Resignación (por la tarjeta de la manito), o por Obligación (ya que quieren votar por un candidato a alcalde que sí les agrada).

Conclusión: Una campaña como la de Barreto Sira vacía de argumentos, huérfana de ideas, y sin “alma” está condenada al fracaso; y eso se respira, eso se siente, incluso entre quienes forman parte de su equipo de campaña.

¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!