miércoles, 30 de mayo de 2018

Barreto Sira, el fiador

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Nicolás Maduro quería poner contra la pared a los gobernadores de la oposición al pedirles que fuesen los fiadores de los presos políticos, para de esta forma echarle la culpa a Barreto Sira, Laidy Gómez, Alfredo Díaz y Ramón Guevara de la permanencia de los detenidos en los calabozos de la policía política venezolana.

El régimen pretendía echarla una soga al cuello a los gobernadores de la oposición. Pero, el tiro le salió por la culata a Maduro, él no esperaba que el gobernador de Anzoátegui le tomara la palabra y  agarrara el toro por los cuernos.

Con la frase “haré lo que tenga que hacer por los presos políticos”, Antonio Barreto Sira rompió la jugada de Maduro y  picó adelante.

Con esta respuesta, el mandatario anzoatiguense le regresó el balón a la cancha de Maduro y éste deberá responder si acepta a los fiadores y si libera a todos los presos políticos.

Barreto Sira ha sido tajante al indicar que prefiere utilizar esta brecha abierta por el régimen y lograr la libertad de todos los hombres y mujeres detenidos por luchar por una Venezuela libre, que quedarse sin hacer nada.

Dijo que “opto por ser fiador, antes de quedarme sin hacer nada… más allá de las lamentaciones debemos pasar a las acciones”, con estas afirmaciones Barreto Sira deja claro su compromiso con los venezolanos y sobre todo con aquellos que se encuentran privados de libertad por expresar libre y democráticamente sus ideas en contra de Maduro.

Ahora, quien queda entrampado, en su propia trampa, es Nicolás Maduro. Él tendrá que recular o salir hacia adelante aceptando la libertad de aquellos que se encuentran en el Sebin o en otras prisiones civiles o militares de la nación.

Además, la respuesta de Barreto Sira deja otro tipo de lecciones.

Por un lado, no todos los que hablan de la defensa de los Derechos Humanos de los venezolanos, no todos los que pregonan la libertad para los presos de consciencia, están dispuestos a darse a sí mismos como garantes para alcanzar la liberación de éstos, en cambio personas que hablen menos sobre el tema están dispuestos a hacer más.

Muchos hablan sin meterse en la candela, en cambio Barreto Sira en pocas palabras aceptó el reto y las responsabilidades que éstos traen consigo. En resumen, fue una muestra de valentía y compromiso político.

Nuestros gobernadores han sido objeto constante de los ataques de los personeros del régimen. Sin embargo, no han tenido la solidaridad de sus compañeros del sector democrático.

Varias Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que defienden los Derechos Humanos de los venezolanos en vez de criticar la posición asumida por Barreto Sira, deberían ofrecerse para ser veedores del proceso, y así todos trabajar para alcanzar la libertad de los detenidos por motivaciones políticas.

¿O es que, para algunos es mejor que Daniel Ceballos, Lorent Saleh, Raúl Baduel y tanto otros sigan tras las rejas? 

Lo que vivimos en Venezuela es una época peculiar y necesita de acciones peculiares para avanzar hacia la restitución plena de la legalidad nacional.  Actuar de forma contraria sería pecar de ingenuo.



jueves, 24 de mayo de 2018

Y ahora qué


Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Pasaron las elecciones presidenciales y como estaba previsto  el resultado no fue placentero. Henri Falcón denunció el proceso y aseveró que no reconocía la elección porque se habían violado los acuerdos suscritos entre la oposición y el Gobierno nacional.

Habló del ventajismo, de la compra de votos a través del carnet de la patria, de la entrega de cajas de comidas de los Clap, de la coacción a empleados del Estado, se mostró airado ante la forma soez como el Gobierno utilizaba los fondos públicos para hacerse campaña y, aún más molesto, por como las autoridades electorales y militares presionaban a sus testigos de mesa para que abandonaran los centros de votación.

Falcón no avaló los resultados, en cambio Javier Bertucci quien en las primeras de cambio pareció seguir la misma línea de dignidad política, más tarde apareció en el Palacio de Miraflores secundando, por la vía de los hechos, una jornada que a todas luces estuvo viciada.

Alrededor de todo este panorama, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) reiteró su rechazo al evento comicial, y la Asamblea Nacional (AN) ponderó la jornada como írrita.

Los diputados nacionales lo dijeron fuerte y claro: "el evento electoral no fue válido"; esto aunado a la declaratoria de vacío de poder, con lo cual los legisladores reafirman que constitucionalmente Venezuela carece de gobierno constituido.

Todo el escenario nos dibuja una realidad de inestabilidad política embriagante y desorbitante. La crisis venezolana se agudizó tras el 20 de mayo, y se profundizará en la medida que el Gobierno base su poder en la opresión y la ilegitimidad.

Lo antes dicho nos lleva a la pregunta: ¿y ahora qué?. Los venezolanos acataron el llamado a la no participación realizado por las fuerzas democráticas, y de esa inacción se debería pasar a la acción, pero ¿qué tipo de iniciativas se deberían tomar en el seno opositor?

Más de 12 millones de electores se quedaron en sus casas el pasado 20 de mayo, lo que representa que siete de cada diez venezolanos se abstuvieron o votaron por otras opciones diferentes a Nicolás Maduro.

Si tomamos como veraces los resultados electorales anunciados por Tibisay Lucena, apenas unos 6 millones de venezolanos votaron por Maduro, es decir más de un millón y medio menos que hace seis años, lo que es en sí una derrota arrolladora para un presidente que aspiraba a obtener 10 millones de votos.

Tenemos el 70% de la población en abierta y franca oposición al Gobierno nacional, tenemos una inmensa mayoría que tiene dos salidas ante la emergencia social, política y económica que atraviesa el país: luchar o emigrar.

Pareciera probable que nuevamente salgan venezolanos a la calle a protestar, es prácticamente eminente que muchos ciudadanos retomen una posición más beligerante frente a lo que ponderan como un gobierno ilegítimo.

¿Qué viene? Vienen muchas cosas, las sanciones de los Estados Unidos, de la Organización de Estados Americano (OEA), de la Unión Europea (UE), bloqueos petroleros y económicos que ahogarán aún más a este modelo que desde hace rato está boqueando.

Lo que viene es candanga; Maduro no es mocho y se va a defender, aunque la falta de recursos, la merma de popularidad, la carencia de legitimidad en el mundo son sus lastres que le pesarán cada vez más.

Mientras más débil sea el Gobierno, más radical serán sus actitudes. Mientras más cercano esté su final, más agresivas asumirán sus posiciones, de esto no podemos tener ninguna duda.

Los tiempos cercanos no serán fáciles, pero a corto plazo veremos el amanecer de una nueva Venezuela, esto lo pueden anotar.



martes, 15 de mayo de 2018

Grupo de Lima

¿Qué es el Grupo de Lima?  Es una instancia internacional conformada por representantes de 17 países, que se unieron en busca del objetivo de dar seguimiento y buscar una salida a la crisis en Venezuela.

Este ente multilateral  fue creado el  8 de agosto de 2017 en la capital peruana, donde varios cancilleres y representantes de Estado de América Latina expresaron su profunda preocupación por lo que ocurre en Venezuela.

El Grupo de Lima nació para abordar la crisis que vivimos los venezolanos, en él cohabitan los gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú. Estas naciones, junto con Guyana y Santa Lucía, que son miembros recientes del grupo, sin dejar de mencionar a los Estados Unidos y Bahamas, firmaron al margen de la reciente Cumbre de las Américas, en Lima, una declaración para que los comicios venezolanos ofrezcan las "garantías necesarias" de un proceso democrático.

Estos países han repudiado el hecho de la carencia de condiciones democráticas dentro del país, y se han mostrado solidarios con la lucha que libran millones de venezolanos por el restablecimiento del Estado de Derecho en el país.

Por ejemplo, en los más recientes días el canciller de la República de México, Luis Videgaray, dijo, en nombre de todas las aludidas naciones que le hacían "un último llamado al gobierno venezolano a suspender las elecciones generales previstas para el próximo 20 de mayo”.

Esto va dibujando un panorama internacional agudo para el régimen de Nicolás Maduro, que ya no cuenta con los votos que en otrora lucían en la Organización de Estados Americanos (OEA).

Y, por este motivo lo oímos reaccionar de la siguiente forma: "Es una falta de respeto a ustedes. Ellos ya saben que a Maduro no le gana nadie el domingo", frase dicha por el mandatario venezolano durante un mitin de campaña en La Fría, lo que refleja la respuesta iracunda del Jefe de Estado.

Pero diga o haga, la cosa no luce bien para Maduro más allá de las fronteras nacionales. El presidente Juan Manuel Santos, en visita en Madrid, reiteró este lunes que su país no reconocerá el resultado electorales en Venezuela porque son "unas elecciones amañadas que ya tienen el resultado previsto".

Santos auguró, en esa oportunidad, que el gobierno de Maduro "no va a perdurar", cercado por la grave crisis económica. Esta es, simplemente, el resumen de la actitud y opinión de los gobiernos democráticos del continente.

El Grupo de Lima se ha convertido en un dolor de cabeza internacional, pero lo que más preocupa a Nicolás Maduro es que detrás de ellos se encuentran los Estados Unidos y Donald Trump, quien pareciera que no se olvida de Venezuela.

Maduro no las tiene todas consigo, la suerte se le está acabando, así como se le agotó los petrodólares para seguir financiando su diplomacia de bolsillo y sus políticas populistas.

P.D: El Grupo de Lima, pareciera que viene a borrar lo que hizo en su momento el Foro de Sao Paulo.



martes, 8 de mayo de 2018

Cristianismo vs. Marxismo


Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  El pensamiento cristiano es diametralmente opuesto al marxismo; tratar de unirlos, cohesionarlos o mezclarnos es una herejía en ambas formas de vida.

Quienes siguen la fe y las teorías de Cristo basan sus acciones en la bondad, la solidaridad, el bien común y sobre los cimientos del espiritualismo, mientras el marxismo evoca el materialismo como basamento de sus principios filosóficos.

Karl Marx, un judío converso, repudió las existencias de las distintas iglesias, calificándolas como "el opio del mundo"; los modelos socialistas inspirados en el pensamiento marxista rechazan la religión y tratan de eliminar a Dios por decreto.

Para los socialistas rancios el "dios" es el "Estado" y la fe es aquella que eleva al proletario como actos fundamental del desarrollo de las naciones; por tal sentido en la extinta Unión Soviética se acosó a la iglesia cristiana ortodoxa, y sus sacerdotes fueron enviados a los campos de concentración en Siberia.

Igual ocurrió en China, donde aún en la actualidad la Iglesia Católica es perseguida y atacada por las autoridades comunistas. Tal cual ocurrió en la II República Española cuando los republicanos quemaron iglesias, fusilaron sacerdotes católicos y violaron a monjas.

Ser cristiano es ética y moralmente la antítesis del marxismo. Debido a que Marx desechó todo vestigio de libertad para crear una sociedad de iguales, pero una igualdad basada en la miseria y la opresión.

Cristo vino a liberarnos, de esto deben estar claros aquellos que se autodenominan cristianos. Porque el mismo Dios Padre nos dio libre albedrío para que cada uno de nosotros tomáramos con discernimiento las decisiones con relación a nuestras vidas.

El cristiano es un ser realmente libre, porque al profesar una fe sembrada en conceptos de amor libera el alma, el corazón y la mente; en cambio, el socialismo aprisiona al ser humano desvirtuando sus características individuales y uniéndolo a una masa amorfa.

Cuando un cristiano, sea católico, protestante, ortodoxo o copto, se hace llamar a sí mismo como socialista sin duda está pecando, y como dicen en mi pueblo: "está meando fuera del perol".

El cristiano que sea socialista estaría sirviendo a dos dioses distintos y a la vez; porque no existe posibilidad de compartir espacio con el socialismo marxista, porque este pensamiento no es sencillamente una doctrina política o filosófica sino que es una especie de secta en sí mismo.

Los socialistas defienden el materialismo como forma de pensamiento y método de vida. Por esta razón, el Gobierno de Venezuela ha promovido una seudo religión donde colocan al ex presidente Chávez como una especie de deidad socialista, así como en otros países han hecho con Lenín, Marx, Mao o Stalin.
Aquí, desde las altas cumbres del Gobierno, se ha atacado con saña a la religión católica y se le dio libre acción a expresiones religiosas extrañas a la cultura de nuestro pueblo, como es el caso de la santería, importada de Cuba.

Lo cierto es que, cuando el socialismo se instaura en cualquier país se inicia un enfrentamiento político, ideológico y también espiritual, debido a que el socialismo es profundamente anticristiano y aliado natural de todo aquello que se oponga a la fe cristiana, como por ejemplo el extremismo islámico.




martes, 1 de mayo de 2018

Tomás Moro: Santo y Político

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Tomás Moro apenas llevaba dos años como canciller de Inglaterra, cuando en esta isla sucedió un sisma que llevó a las autoridades civiles a arremeter contra la religión católica y lo que ésta significaba para aquella nación. 

El rey Enrique VIII procedió a divorciarse de su legítima esposa, para convivir con su concubina Ana Bolena; pero no solo fue esto, sino que el Rey quería contraer nuevamente nupcias y que la Iglesia Católica lo volviera a casar, contraviniendo todos los principios de la fe. 

Como era de esperarse, el Sumo Sacerdote no aceptó aquella atrocidad, y como represalia en contra de Roma, Enrique VIII se autoproclamó jefe supremo de la iglesia inglesa.

El Monarca procedió de forma inmediata a perseguir a todo aquel que no aceptara su divorcio y no lo aceptará a él como el nuevo reemplazo del Papa en Inglaterra. Toda la barbaridad desmedida. 
Muchos católicos fueron a parar al cadalso. Tomás Moro, fue uno de aquellos fieles que no doblaron sus rodillas ante los deseos del Rey. 

El avezado escritor, pensador y filósofo, no cedió ante los deseos de Enrique VIII. Y por este motivo fue destituido de su alto puesto, le confiscaron sus bienes y el Rey lo mandó encerrar como prisionero en la espantosa Torre de Londres. 

Santo Tomás y San Juan Fisher, fueron los dos principales de todos los altos funcionarios de la capital que se negaron a aceptar tan grandes infamias contra la moral y la fe; y  ambos fueron llevados al encierro fatídico. 

Durante 15 meses Santo Tomás escribió innumerables cartas a su hija Margarita, en muchas de ellas dejó como legado aseveraciones como: "con esta cárcel estoy pagando a Dios por los pecados que he cometido en mi vida. Los sufrimientos de esta prisión seguramente me van a disminuir las penas que me esperan en el purgatorio. Recuerda hija mía, que nada podrá pasar si Dios no permite que me suceda. Y todo lo permite Dios para bien de los que lo aman".

La última vez que Margarita vio a su padre, los dos observaron salir hacia el sitio del martirio a cuatro monjas cartujas que no habían querido aceptar los errores impíos de Enrique VIII, y ante aquella escena Tomás Moro le dijo a su hija: "mire cómo van de contentas a ofrecer su vida por Jesucristo. Ojalá también a mí me conceda Dios el valor suficiente para ofrecer mi vida por su santa religión".

El Santo fue llamado a un último consejo de guerra, allí le pidieron que aceptara lo que el rey le mandaba y  frente a esta petición respondió: "Tengo que obedecer a lo que mi conciencia me manda, y pensar en la salvación de mi alma. Eso es mucho más importante que todo lo que el mundo pueda ofrecer. No acepto esos errores del rey". 

Luego de su valiente posición se le  dictó sentencia de muerte. Se despidió de su hijo y de su hija y volvió a ser recluido en la Torre de Londres.

Y estuvo allí hasta que en la madrugada del 6 de julio de 1535 le comunicaron que lo llevarían al sitio del martirio. El Santo y político inglés se colocó su mejor vestido y de buen humor, como era su costumbre, dijo al salir al corredor frío: "por favor, mi abrigo, porque doy mi vida, pero un resfriado sí no me quiero conseguir". 

Al llegar al sitio del suplicio rezó despacio el Salmo 51: "Misericordia Señor por tu bondad". 

Prometió que rogaría por el rey y sus demás perseguidores, y declaró públicamente que moría por ser fiel a la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. 

Santo Tomás Moro es ejemplo que la política y la moral no están reñidas, solo hace falta más valentía de los políticos y más fieles creyentes en la política.