miércoles, 27 de enero de 2016

Héctor y sus frases

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Nuevamente el actual jefe de la fracción parlamentaria del régimen en la Asamblea Nacional, Héctor Rodríguez, sorprende al país con una de sus elocuentes y desatinadas frases.

En esa ocasión el diputado de Maduro dijo: “no desarrollamos una economía productiva porque el pueblo es analfabeta”.

Es decir, según la lógica de Héctor Rodríguez, la culpa de la crisis económica que atraviesa la nación no es responsabilidad del modelo socialista, ni siquiera de sus ejecutores sino del ciudadano de a pie.

Con estas palabras el legislador rojo nos dice el tamaño de su irresponsabilidad y cobardía, al preferir atacar a los venezolanos que de asumir las culpas que claramente están corroyendo al modelo socio-económico que defienden los socialistas.

Sin embargo, esta no es la primera vez que Héctor nos sorprende con sus ingeniosas construcciones discursivas. Hace un tiempo, siendo ministro afirmó que:

“No vamos a sacar de la pobreza a los venezolanos para que se conviertan en escuálidos”. ¡Sí! Este señor dijo esto y se ufanó en pregonarlo por doquier.

¿Qué esconden las palabras de Héctor Rodríguez? Sus impulsos verbales pueden estar relacionados con su negación a su origen. En realidad no sé qué tipo de niñez tuvo Rodríguez y la condición de la misma, no obstante es evidente su repudio constante hacia los más pobres.

Las palabras de Héctor Rodríguez pudieran ser expresiones de su inconsciente que deja escapar de vez en vez su repudio y animadversión hacia aquellos que poseen una situación económica no privilegiada.

 Si razonamos sus palabras encontramos constantemente un ataque directo, o por lo menos encubierto, contra los pobres. Fíjense por un momento como sin aguársele el guarapo afirma que son los más necesitamos, los más débiles, los analfabetas, los responsables de la crisis. Y cómo había asegurado posteriormente  que sacar al pueblo de la pobreza, y por ende de la ignorancia, era el camino para que éstos formasen parte de la disidencia al modelo que él defiende.

Con esto podemos intuir, en el plano psicológico, un rechazo notorio de él hacía todo aquello que significa superación de otros y además un desprecio a la pobreza. Tal vez dentro del esquema mental del diputado el prefiera tener a lacayos pobres, incultos, empobrecidos para en lo personal erigirse como un especie de rey, pisoteando y humillando a otros.

También sus frases describen la orientación de sus creencias éticas, políticas y sociales. Su ideológica demuestra un odio profundo hacia los pobres y su deseo permanente de mantenerlos aprisionados y dominados.

Estas expresiones de Héctor Rodríguez se puede cotejar con otras, como por ejemplo, a la dicha por otro dirigente del régimen, en este caso el exalcalde Mayor de Caracas, Juan Barreto, quien dijo: “El pueblo tiene que sacrificarse y  comer menos”.

Aquí observamos, además de una carencia de moral y una negación consciente del pudor, como se demuestra el aborrecimiento de los oficialistas hacia los venezolanos más pobres, a los que dicen defender y querer.


En pocas palabras, es cada vez más evidente que en el seno del régimen lo que existe es un desprecio completo con relación a los venezolanos de clases populares, un ataque sostenido contra los ciudadanos de las urbes urbanas más empobrecidas y hacia los sectores rurales de la nación.  

martes, 19 de enero de 2016

Rafael Caldera

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Este 24 de enero se cumple el centenario del nacimiento del Dr. Rafael Caldera. Quien fuese dos veces presidente de la república, fundador de una de las organizaciones políticas de mayor impacto y alcance en el país, Copei, y un intelectual con vocación de servicio.

Las siguientes líneas es un elogio histórico a uno de los grandes hombres que lucharon y vivieron por la libertad de Venezuela, que dejaron claro con sus acciones que la política no está divorciada de la ética.

¿Qué cometió errores? Claro que sí y ¿quién no los ha cometido en su vida? Aunque muchas de las críticas de la cual es objeto el Dr. Caldera son infundadas y sobreestimadas.

El hijo de Yaracuy, vino al mundo un 24 de enero de 1916 y desde muy temprano dio indicios de su devoción católica, su fe en Dios y su motivación para el quehacer público.

Rafael Caldera dirigió los destinos del país. Con su sapiencia, sabiduría e intelecto privilegiado recorrió la senda de la lucha social y tomó, desde muy joven, una de las banderas políticas más dignas y nobles del pensamiento: el socialcristianismo.

Para muchos la democracia cristiana y la filosofía del humanismo cristiano estaban personificados en Rafael Caldera, y su voz era el eco de la justicia social dentro del país.

Caldera sembró a Venezuela de la esperanza y la alternancia. Gracias a él aquí no reeditamos el triste fenómeno de la “dictadura perfecta” PRI de México; por medio de su amplitud y visión se alcanzó la pacificación del país y hoy podemos decir que “en sus manos no se perdió la república”.

Gobernó con minoría en el congreso y a pesar de ello, y mediante su capacidad de conciliación, le hizo frente a los tiempos difíciles. En el plano internacional abrió los brazos para entablar relaciones cordiales con el resto de la humanidad, sin distingo ni complejos de ninguna índole.

En su primer quinquenio logró éxitos económicos que pudieran servir como puntos de comparación con el actual desastre gubernamental.

Entre 1969-1974 se alcanzó el equilibrio fiscal lo que permitió lograr una inflación de tan solo el 14% durante su gestión, logró un superávit en 1973, revaluó el bolívar de 4,50 a 4,30 por dólar y creó 500 mil nuevos empleos.

Aumentó la participación fiscal de bs. 3,93 a 34,63 por cada barril de petróleo, fue descubierta la Faja petrolífera del Orinoco e incrementó la matrícula escolar en 33,3%. Bajo su administración Venezuela aumentó en 4.000 km cuadrados su extensión.

En  materia de infraestructura Caldera construyó el Poliedro de Caracas, el Parque Central, los Edificios del BCV, el distribuidor Cienpiés, el segundo piso de la Autopista del Este, la prolongación de la Cota Mil e inauguró el Hospital Miguel Pérez Carreño y comenzó el desarrollo del Metro de Caracas.

Se inició la construcción del Complejo Turístico de El Morro en Lechería, el canal de alivio de los ríos Neverí y Manzanares en Barcelona y Cumaná, además del aeropuerto de La Chinita y la represa José Antonio Páez en Santo Domingo.

El Ateneo de Caracas, el Teatro de la Opera de Maracay y el Museo de Arte Contemporáneo en Caracas son obras suyas. Pero lo más importante de su vida pública es que demostró honestidad, pulcritud administrativa y decencia pública a tal punto que un oponente político y sucesor en Miraflores, Carlos Andrés Pérez, dijo “recibo la Presidencia de las manos limpias de Rafael Caldera”. 

lunes, 11 de enero de 2016

Democracia, Copei y Caldera

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Son las 9:42 minutos de la mañana del lunes 11 de enero. Justo en este instante inicio una de mis acostumbradas columnas de opinión, en esta ocasión abordaré las celebraciones democráticas que nos trae este enero.

El próximo 23 de enero se recuerda el inicio del sistema de libertades que conocemos como el establecimiento de la democracia. Más allá de las consideraciones políticas, económicas y sociales comparativas con el régimen del General Marcos Pérez Jiménez, que es tema de otro artículo, es innegable que bajo la égida de los partidos democráticos se alcanzó un infinito más de logros si se coteja con los últimos 17 años de revolución socialista.

Bajo los gobiernos de AD y Copei se edificaron obras públicas importantes, se construyeron teatros, aeropuertos, hospitales, escuelas, universidades, millones de viviendas a lo largo y ancho del país y se culminaron obras iniciadas bajo el perezjimenismo.

El 23 de enero significó el nacimiento de una nueva era para los venezolanos. Este período que va desde ese día hasta la victoria electoral del expresidente Hugo Chávez en 1998 estuvo signado por éxitos, errores, logros y fracasos, pero todos bajo un manto de libertades.

La acritud con la cual el régimen actual pondera el período civilista de la república es irresponsable y soez. El 23 de enero simboliza una época de pluralismo, entendimiento, libertad y libre albedrío que ha sido cercenado en el modelo de desgobierno socialista.

Cuando cayó la dictadura o cuando el General Marcos Pérez Jiménez decidió retirarse del poder como muestra de su comprensión del momento histórico, surgió un acuerdo reflejado en el Pacto de Punto Fijo que es el documento político de más alta significación de nuestra historia contemporánea.

Pero, enero no sólo nos trae el recuerdo del inicio de esa democracia que perdimos y que en este momento luchamos por recuperar, sino que se recuerda el surgimiento de uno de los partidos que más ha contribuido por las libertades ciudadanas en Venezuela: Copei.

El partido socialcristiano Copei, cuna de grande prohombres de la democracia venezolana, arriba este 13 de enero a 70 años de fundación.

Desde una pequeña reunión de cinco personas en una lavandería arriba del cine Rialto, hasta la presidencia de la república, Copei ha encarnado un sentimiento de moral pública, de trabajo incansable y de formación que es ejemplo para las noveles organizaciones políticas del país.

70 años se dicen fáciles, no obstante durante este lapso esta agrupación política sembró de orgullo al pueblo venezolano. De sus filas han surgido grandes intelectuales, hombres académicos, luchadores sociales y demócratas que no han dejado de batallar por el bienestar de la nación.

Y el fundador del partido de los demócratas cristianos, Rafael Caldera, estuviese cumpliendo este 24 de enero 100 años de su nacimiento. Caldera fue uno de los artífices de la consolidación democrática del país, uno de los gestores de las libertades públicas, es uno de los símbolos de lucha democrática que debemos rescatar.


Rafael Caldera, uno de los padres de la democracia y líder histórico de Copei, debe ser un referente de trabajo, ética, moral y compromiso que debemos imitar justo cuando la inmoralidad gobierna en Miraflores. 

martes, 5 de enero de 2016

Ofitas venezolanos

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Los Ofitas eran una de las tantas ramificaciones de los gnósticos que veneraban a las serpientes, porque según sus concepciones y creencias basadas en la “Creación” y en el “Jardín del Edén”, éste animal logró vencer a Dios.

En las celebraciones litúrgicas de esta secta se glorificaba al animal y se ataca a la imagen de Jesús de Nazaret. Como toda religión falsa, los ofitas cayeron en el olvido y fueron derrotados por el avance arrollador de la fe verdadera, es decir, por la cristiandad.

Hoy a casi 2000 años de la existencia de esta tendencia dentro de las variopintas expresiones gnósticas, podemos decir que han emergido una nueva clase de ofitas, unos que se hacen llamar socialistas.

Así como los ofitas del siglo I y II se arrodillaban y ensalzaban a la serpiente al aseverar que Dios había perdido ante el animal, de esa misma forma, prácticamente blasfema, hoy quienes defienden al socialismo glorifican la escasez, el caos y la miseria porque según creen este es el camino para vencer la voluntad de progreso y prosperidad que habita en el ser humano.

Para el neo-ofita devenido en político es preferible la escasez, el hambre del pueblo, la anarquía generalizada y profundizada ante la libertad del pueblo, que la real libre determinación de los ciudadanos para elegir su propio bienestar.

Para el neo-ofita,  encabezado por Maduro, es mejor la destrucción de la economía, el aniquilamiento social del pueblo, ante ceder frente a las presiones de una colectividad quiere cambio.

Cual sacerdotes ofitas se aparecen delante de la nación hombres como Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, quienes en vez de venerar a Dios prefieren hacerle culto a la serpiente. Ellos a través de sus prácticas políticas y económicas han condenado a la nación a padecer la crisis más aguda que se haya vivido en este país.

La negación del bien y de la verdad es una constante tanto en los ofitas originarios como entre los nuevos paladines de las creencias falsas y erráticas. Para los monjes ofitas actuales la construcción de la “deidad” del Parlamento Comunal es simplemente una vía para escapar ante la realidad irrefutable de la existencia de una nueva Asamblea Nacional.

Así como ayer los ofitas fueron derrotados por el crecimiento de la cristiandad, de esa misma forma los neo-ofitas revolucionarios caerán ante el paso indetenible del cambio.

Pero, ¿cómo evitar que las creencias falsas prosigan y prosperen? ¿Cómo detener el nacimiento de rumores atemorizantes entre la sociedad? Será solo mediante la tarea misionera de quienes hoy están llamados a ser las voces de la Unidad y del Cambio lo que evitarán la propagación de creencias insanas.

La nueva Asamblea Nacional, integrada mayoritariamente por las fuerzas del cambio, tiene el deber fundamental de promover acciones que paralicen el crecimiento del mal y que enrumben a la nación hacia mejores caminos que recorrer.


Siempre en la historia de la humanidad encontraremos a personas que opten por el mal, así hemos visto que han surgido pensamientos atroces como el nazismo alemán y el comunismo internacional. Hoy los venezolanos tienen y deben que derrotar una de estas increencias, uno de estos ídolos falsos, el “socialismo del siglo XXI”.