martes, 31 de marzo de 2015

Resplandecerá la libertad

Cogito ergo sum-.  Dedicaré las siguientes líneas a un amigo, que forma parte de la terrible lista de presos políticos que lleva  como marca en la frente la gris gestión gubernamental del madurismo. Redactaré recordando al valiente estudiante Gerardo Resplandor.

Rememoro aquellas gestas en la cual tú participaste y fuiste protagonista.

Jamás olvidaré cuando realizaste la heroica huelga de hambre al lado de Franklin Brito, o aquella que efectuaste por la liberación de presos políticos desde la famosa Plaza dela Libertad en Lechería.

Sí. Recuerdo tus angustiosas actividades en favor de los candidatos de la unidad tanto para la Asamblea Nacional en el 2010, como para las sucesivas campañas regionales y municipales.

Dejaste el pellejo, como decimos en criollo, por Henrique Capriles.

Nunca desmayaste, los tropiezos electorales no hicieron mella en tu espíritu de guerrero y de soñador empedernido.

Aquellas largas horas de tertulia sobre el porvenir de Venezuela las mantengo frescas en el recuerdo y en la añoranza de reeditarlas más pronto que tarde.

Hoy te encuentras prisionero del madurismo. ¿Tu delito? Querer un país mejor para ti y para todos los venezolanos.

El compromiso de lucha no ha cesado a pesar de que te encuentras en las mazmorras del régimen, sino que a pesar de estar privado injustamente de tu libertad, continuas emprendiendo las justas reivindicativas en favor del pueblo.

Ahora, estando cautivo del sistema socialista, colocas tu nombre, como la gallardía y valentía que siempre te ha caracterizado, como candidato a diputado en las primarias por la circunscripción que abarca los municipios Sotillo, Urbaneja y Guanta.

Sé que Dios te acompañará porque te lo mereces. En su momento no te dominó el miedo y diste la cara, sin estar ajeno a las preocupaciones sociales de los venezolanos no vacilaste en dar el  paso y continuar la lucha.  

Eres un venezolano que ama a su tierra con rebelde y auténtico nacionalismo. Sé que tu voz se hará sentir porque a pesar de tu juventud arde en ti la llama de la esperanza de una juventud que no ha dejado de luchar y que posee su ilusión en un mañana mejor.

También estoy claro que tu campaña es humilde, y por eso es bendita.

Tu opción es millonaria en esperanzas, esas que posees en lo personal para alcanzar tu libertad y con ella la nueva oportunidad de seguir la batalla por la democracia y el Estado de Derecho, por el anhelo de tus amigos en verte activamente en la calle persiguiendo no tus sueños sino los de toda Venezuela.
Y sobre todo, porque las oraciones de tu madre las escuchará el Señor, porque Él jamás desoye los ruego de una madre por su hijo.

Todos estos factores se unen para abrigarte y protegerte. Hoy estás en la oscuridad que nace de los atropellos de los injustos y malvados, no obstante la luz de la verdad y de la justicia, convertida en pueblo, brillará con intensidad para ti y para quienes están en tu misma condición.


Tranquilo Gerardo, resplandecerá la libertad para ti y todos los presos políticos. 

martes, 17 de marzo de 2015

Bloqueo 1902-1903

Cogito ergo sum-. El gobierno venezolano se ha dado la tarea de contar, a su modo, los sucesos con relación al bloqueo que las costas nacionales sufrieron bajo la gestión de “el cabito” Cipriano Castro.

Nicolás Maduro, con su patética oratoria, ha recordado la proclama de Cipriano Castro, aquella que decía: "La planta insolente del Extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria".

No obstante el Jefe del Estado se le olvida mencionar algunos detalles. Primeramente el bloqueo lo protagonizaron las fuerzas navales de Inglaterra, Alemania e Italia.

El 15 de diciembre de 1902 navíos de guerra con banderas inglesas y germánicas tomaron el puerto de La Guaira.

El ataque fue enfrentado, con poco éxito, por la escasa capacidad venezolana naval representada por 10 cañoneros, que quedaron minimizados por los acorazados europeos.

El entonces Presidente de la República emergió con un discurso nacionalista, que a decir verdad entusiasmó a todos los connacionales, a tal punto que un pacifista como el Dr. José Gregorio Hernández se apersonó a alistarse para defender el “suelo patrio”.

Cipriano Castro emprendió políticamente un acercamiento con su más duro oponente, José Manuel  “El Mocho”  Hernández y a su Partido Liberal Nacionalista. Aquí debemos recordar que fue Castro y no “El Mocho” quien buscó la unión, todo lo contrario con el caso de Maduro.

Lo cierto es que el bloqueo a Venezuela provocó o despertó el ánimo de dos teorías provenientes de las dos puntas del continente, por un lado la “Doctrina Drago” del argentino  Luis María Drago, ministro de Relaciones Exteriores de su nación,  quien  argumentaba la ilegalidad del cobro violento de las deudas.

Vale recordar que los ingleses, italianos y alemanes, estaban exigiendo el pago de una deuda millonaria que el Estado venezolano debía y que Castro se había negado a cancelar.

Inclusive, tenemos que recordar que Antonio Guzmán Blanco había contraído una enorme deuda con el Gran Ferrocarril de Venezuela que se había acordado con Friedrich Alfred Krupp.

El primer ministro inglés David Balfour justificó las acciones violentas, sin que mediara por ninguna de las partes una declaración formal de guerra, por el reclamo de la deuda externa que Venezuela poseía con Inglaterra y Alemania y que ascendía a 119.300.000Bs, de los cuales 46.000.000 eran intereses, y por daños y perjuicios a empresas de esos países por 186.500.000 Bs, monto que el gobierno venezolano aseveraba que era excesivo.

La otra Doctrina que se coloca en el tapete es la “Doctrina Monroe”, la cual fue ensalzada por el mismo presidente Castro, quien aunque usted no lo crea y aunque le duela al Gobierno de Maduro, pidió ayuda al presidente de los Estados Unidos de Norteamérica: Theodore Roosevelt.

EEUU acordó servir factor mediador en la disputa.

El conflicto continúo durante diciembre y enero de entre 1902 y 1903, período en el cual las potencias dictaron proclamas y disposiciones que ponían bajo su control los puertos de Cumaná, Guanta, Carupano, La Guaira, Carenero, bocas del Orinoco, Puerto Cabello y Maracaibo.

Ante el escenario  los norteamericanos sirvieron de puente entre deudores y acreedores, y se alcanzó la firma del Protocolo de Washington con lo cual se levantó el bloqueo el 13 de febrero de 1903.


Con el acuerdo Venezuela se comprometió a cancelar la deuda con el 30% de sus ingresos aduaneros, mientras que la deuda reclamada fue sincerada y pasó de  352.000.000 a 150.900.000 Bs.

martes, 10 de marzo de 2015

¿Asustados?

Cogito ergo sum-. Me acuerdo cuando el finado dijo aquello de que: “Ay, espero que el Imperio no se le ocurra invadirnos, que no le ocurra la locura de pisar esta patria, porque aquí hay un ejército del pueblo y un pueblo que saldrá a defender la patria”, y al mismo tiempo se escuchaban los gritos y vivas de una concentración que se dejaba llevar por lo apasionado del ambiente y del discurso.

Unos cuantos años después de aquella escena y de aquellas palabras, me llamó poderosamente la atención escuchar como muchos de los voceros de ese “valentonado” movimiento hoy hablan como asustados ante el anuncio de la presidencia de los Estados Unidos de declarar al Gobierno venezolano como un peligro para la política exterior de los gringos.

Escuché a más de uno de esos valientes de televisor y micrófonos decir “qué amenaza podemos ser nosotros contra el imperio militar más grande del mundo”.

Parece que ellos se olvidaron de aquello de que “aquí hay una revolución armada”, como decía el líder de su movimiento.

Todos los guapetones de barrios son así, la valentía se les agota cuando alguien le presenta batalla, allí culipandean y retroceden en marcha forzada.

Nicolás Maduro sabe que el pueblo venezolano mayoritariamente lo rechaza, sus pésimas decisiones económicas han sumido al pueblo a vivir la peor crisis de nuestra historia, también comprende que los “amigos” internacionales de ayer ya no le son tan leales como en otros tiempos.

Valerosos eran los discursos de los pesuvistas cuando era impensable que se tomarán medidas en contra de los gobernantes venezolanos, ahora que se ven ante una amenaza cierta y con una serie de sanciones por violación de los Derechos Humanos, casi todos salen a bajar el tono y a entronar a los gringos en una sitial.

Ya aquello que el imperio se está desmoronando, de que el capitalismo vive su crisis más feroz,  no se repite como antes.

La escena de Nicolás es cada vez tiene más símil con la imagen de Manuel Antonio Noguera blandeando el machete y amenazando al presidente del país norteño, será que la bajada del tono, y las expresiones de reconsideración del Ejecutivo venezolano, se deben a que no quieren terminar como aquel dictador.

Ya conocen como sus panas del Medio Oriente cayeron. Sadam Husein, Muamar Gadafi, y otros han sido derrocados y quedados en el lodazal de la historia como lo que fueron viles representantes de un sistema represor y sanguinario.

Será que en Miraflores están asustados por los anuncios de los gringos.

Como nacionalista que soy, he sido y siempre seré, rechazo cualquier intervención extranjera en nuestro país.

Por esta razón siempre he mantenido mi firme oposición a la presencia cubana en nuestras comunidades y sobre todo en los cuarteles y más cuando estos personajes imparten instrucciones como si nuestros soldados fuesen dependientes de las órdenes de La Habana.

Por ser nacionalista he sido crítico y adverso a la posiciones de la llamada revolución, porque este sistema ha sido entreguista, realmente apátrida e internacionalista.

La izquierda no es y nunca será nacionalista, si lo fuese jamás hubiesen malgastado nuestros recursos petroleros en inversiones sociales y construcciones en otros países mientras la miseria crece entre nuestro pueblo. 

Lo cierto es que están asustados. Le tiembla la voz, y lucen poco apetentes de seguir los pasos de Noriega.



martes, 3 de marzo de 2015

¡Qué buena pregunta!

Cogito ergo sum-. Era un día como otro. Las calles de Puerto La Cruz lucían como siempre, repletas de personas que caminaban, esperaban el autobús o emprendían el forcejeo habitual para montarse en su seno, sujetos comiendo empanadas y automóviles de circulaban en aquellas calles llena de huecos, rayado desvaneciéndose, basura por todas partes y cornetazos que retumban en decenas de miles de tímpanos.

Apenas había bajado de San Diego y estaba organizando mi día en aquella mañana como cualquier otra.
Había comprado los periódicos para el desayuno informativo,  estaba esperando el pase radial para comentar en el programa de Omar González Moreno y Doryel Salazar, Mar de Fondo,  las tendencias informativas en las Redes Sociales, cuando presencié aquella escena y escuché aquella frase.

Procedía a adquirir un refresco, luego que la expendedora me había dicho “tómelo usted de la nevera”, cuando llegó al local un niño de tez morena, cabello liso, ojos vivos, sonrisa pícara, de unos seis años, más o menos.

El jovencito acudió directamente a la vendedora y le preguntó “señora eso cuando vale” y ésta le respondió “eso, cuesta 360 bolívares”, el niño repreguntó “señora y cuándo va a bajar de precio”.

Acto seguido, tanto como la encargada del negocio como su servidor, nos vimos las caras, ante la pregunta cargada de inocencia y de tanto significado social y económico, como una representación sencilla de lo que vivimos cotidianamente en Venezuela.

Nuevamente la vendedora habló y dijo “qué buena pregunta, hijo que más quisiera yo que bajara de precio”.

El muchacho entristecido bajó la cabeza y se marchó del local.

Muchos venezolanos nos preguntamos, igual que aquel portocruzanito, cuándo van a bajar los precios de todos los productos tanto alimenticios, como de bienes y servicios.

La escasez al lado de la inflación está carcomiendo los sueños de los venezolanos, porque si aquel niño no logró comprarse aquel juguete, cómo van a poder los ciudadanos adquirir un apartamento, casa, carro o cualquier otro bien para estabilizarse como un hogar.

La crisis nos hace preguntarnos ¿hasta cuándo resistiremos esta terrible situación? Que día a día se agudiza y desestabiliza, con fuerza, la capacidad familiar e individual de crecer y de vivir.

Por ejemplo la alimentación es cada vez más escasa y menos balanceada como dicta el deber ser, debido a los altos costos de los comestibles y por la desaparición de muchos rubros indispensable para la dieta.
Luego me enteré que el muchacho vive en Las Charas. Como él existe miles de niños que ven sus ilusiones marchitas en un país que se está agotado en la pésima admiración pública roja.

Mientras otras naciones, con muchos menos recursos y condiciones económicas que nosotros, florecen, aquí nuestros propios niños ven sus sueños y pequeñas necesidades ahogadas en el mar de la inflación y por el océano inflacionario que lo devora todo a su paso.

En este escrito quiero públicamente avalar la aseveración de la expendedora de aquel local del centro de Puerto La Cruz y decir, como ella lo dijese, “qué buena pregunta”.


Todos nos hacemos la misma interrogante, que formuló aquel muchachito, ¿cuándo bajarán los precios de las cosas? Y me atrevería a decir que eso lo alcanzaremos con la conquista democrática y decidida de un nuevo gobierno.