martes, 31 de enero de 2023

Pérez Vivas y Bukele

José Dionisio Solórzano

César Pérez Vivas prometió “mano dura” contra el hampa al estilo del presidente de El Salvador Nayib Buyele. Estas declaraciones me sorprendieron, pues pareciera – hasta ahora – que a la clase política venezolana le da urticaria hacer causa común con las fuerzas conservadoras y de derechas del continente.

Que Pérez Vivas – un connotado dirigente de la democracia cristiana venezolana – diera el paso de construir una vinculación discursiva con Bukele, por lo menos a lo referente al tema de seguridad – es un paso inesperado e interesante.

Con semejante aseveración – de acuerdo a mi análisis – el aspirante busca generar una política de empatía con los sectores más arraigados en el sentimiento anti-socialista del país y, además, abordar uno de los problemas históricos de la nación, es decir, la inseguridad personal.

Al prometer una política de combate al hampa al estilo de Bukele, César Pérez Vivas le envía un guiño a los sectores conservadores del país quienes parecieran, hasta ahora, que solo estaban representados en la vida política venezolana por María Corina Machado.

Las declaraciones, en el marco del análisis político-comunicacional, fueron acertadas , y desde la óptica política-internacional es un intento de escalar ranking para tener más probabilidades de obtener la candidatura presidencial de la oposición.

Pérez Vivas es un candidato que avanza a pasos agigantados hacia el fortalecimiento de su opción presidencial; con una campaña digital inteligente – sobre todo en TikTok – se ha hecho sentir, logrando despojarse de parte de las críticas que le pudieron formular por su estilo de la “vieja escuela” política.

No obstante, el exgobernador del Táchira, emprendió una cruzada para ser el candidato de la democracia cristiana simbolizando o encarnando una política más sesuda, más diligente y, a la vez, fresca y vehemente, para los venezolanos.

César Pérez Vivas nos dice en sus mensajes de campaña que su candidatura es la de todos aquellos venezolanos que no son socialistas y que no quieren ser gobernados por los socialistas; nos reitera que él representa algo totalmente distinto al socialismo que ha gobernado Venezuela por los últimos 22 años.

Ahora, aunque la decisión de crear un vínculo con los sectores que admiran a Bukele fue atinada, aún César Pérez Vivas tiene mucho camino por recorrer, sin embargo posee a su favor la experiencia, la constancia y la disciplina de un luchador de mil batallas.

Nadie puede olvidarse que Pérez Vivas fue gobernador del completo estado Táchira, fue diputado al extinto congreso nacional y también diputado la Asamblea Nacional en distintas ocasiones, dirigió al partido Copei y, también, se ha caracterizado por su fuerte oposición a Hugo Chávez y a Nicolás Maduro.

El “gocho” de origen copeyano sabe que tiene una ardua tarea frente a él, no obstante asume el compromiso debido a que posee la capacidad de trabajo, la inteligencia y la firmeza para hacer un buen papel tanto en las primarias opositoras como, si llegase a salir airoso en esta primer parada, en la contienda presidencial contra Nicolás Maduro.

César Pérez Vivas está demostrando que es un candidato serio y de temer, bien harían los del status quo en no subestimar a este guerrero demócrata cristiano.

¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!

miércoles, 25 de enero de 2023

Candidatos (Parte 1)

José Dionisio Solórzano

En este artículo haré una rápida radiografía política a los precandidatos a la presidencial de la República por parte de las fuerzas de oposición, iniciemos con el Grupo de los Tres (AD-Henry Ramos; Un Nuevo Tiempo; Primero Justicia).

1-. Carlos Prosperi: Un joven dirigente, desconocido para la inmensa mayoría de los venezolanos e inclusivo para una parte significativa de los acciondemocratistas que siguen al lado de Henry Ramos Allup.

Cuenta con el aval de la maquinaria – ahora disminuida de AD – y con la asesoría de veteranos políticos; sin embargo, sus grandes defectos son su poca capacidad oratoria, poco vínculo con la sociedad venezolana, y la ausencia de “ángel político” lo colocan en una posición de minusvalía.

2-. Manuel Rosales: El líder indiscutible de Un Nuevo Tiempo (UNT), controla uno de los estados más importantes del país, el Zulia, y cuenta con un caudal de votos en esta entidad que lo colocan como un precandidato de respeto en unas primarias opositoras.

Manuel Rosales tiene en contra sus niveles de rechazo en las encuestas, su poca sintonía con el resto del país y la carencia de un partido político realmente posicionado en el país.

Su pro más importante es su experiencia como gobernante y como candidato presidencial.

3-. Henrique Capriles: Uno de los candidatos dentro de Primero Justicia; optaría por tercera ocasión por la silla de Miraflores.

Es un candidato conocido en todo el país, lo que esto le da rechazo y aceptación. Aún existen en el país personas que se denominan “caprilistas” luego de las campañas que éste protagonizó en el 2012 y 2013. 

Su punto débil es el agotamiento de su credibilidad en un importante sector de la oposición.

4-. Juan Pablo Guanipa: Es otro abanderado por Primero Justicia, no tiene el nivel de conocimiento en la opinión pública como sus contrincantes: Capriles y Rosales.

Su elección como gobernador del Zulia y su rechazo a juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente, le entregó en bandeja de plata esa gobernación al oficialismo, acción que aún le reprochan muchos zulianos.

Ahora, veamos los candidatos no G-3, pero que están dentro de la Plataforma Unitaria: 

5-. María Corina Machado: La candidata con mayor fuerza en las encuestas y menos nivel de rechazo; es la preferida por parte del grueso de los venezolanos opositores.

Su debilidad se encuentra que no posee un partido con equipos en todo el país, Vente Venezuela no se ha sembrado como tal en muchos estados de nación; además, cuenta con mucha resistencia por parte del status quo opositor que la acusan de “radical”.

6-. Delsa Solórzano: Candidata de Encuentro Ciudadano una opción interesante, con mucha vehemencia, sin embargo no termina de calar en la opinión de los venezolanos. Cuenta con un incipiente movimiento político.

7-. Juan Guaidó: Es el candidato (o posiblemente lo sea) de Voluntad Popular, tiene el apoyo de un sector pequeño de la oposición, y un rechazo muy elevado debido al fracaso del llamado “gobierno de transición”.

Su salida abrupta del espacio de la transición, promovida por el G-3, lo han victimizado pero su efecto no ha sido suficiente para elevar su posición en las encuestas presidenciales.

(Quedarán en el tintero los candidatos de la Alianza Democrática, a quienes evaluaremos en la segunda parte de este artículo).

Como vemos, en este panorama particular, las cosas no pintan nada bien para el G-3 y si para María Corina Machado.

¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!

miércoles, 18 de enero de 2023

Credibilidad

José Dionisio Solórzano

Hoy a la política venezolana le falta credibilidad; es asombroso como millones ciudadanos desconfían de los actores de la vida pública nacional, y cuando hablo de todos me refiero a blancos, azules, verdes, amarillos, rojos y del resto del arcoíris político venezolano.

Millones de venezolanos – sin que hablemos de las razones puntuales – desconfían del Gobierno nacional, no creen en los planteamientos, ideas, propuestas y planes de quienes despachan desde las instituciones del Estado.

Pues, la falta de credibilidad no solo salpica a Miraflores sino al resto del aparataje institucional, lo que es gravísimo para cualquier República o Nación en cualquier parte de la bolita del mundo.

Sin embargo, las oposiciones (sí, así en plural) también poseen un peligroso problema de credibilidad, debido a que muchísimos venezolanos tampoco le creen a quienes se hacen llamar de oposición.

Por ejemplo, la pelea entre el G4 (Ramos Allup, Julio Borges y Un Nuevo Tiempo) contra Voluntad Popular, y viceversa, deja en muy mala posición a este sector de la vida política venezolana, debido a que lo que dicen y las acusaciones mutuas, desprenden una inmundicia atroz.

Las declaraciones de Leopoldo López en contra de Julio Borges, Henrique Capriles, Manuel Rosales y compañía son terroríficas, y las posiciones de éstos contra los anaranjados de Juan Guaidó no se quedan atrás.

Incluso – esto hay que decirlo – antes que prendieran el ventilador puertas adentro del ya fenecido G4 y del «gobierno de transición», ya otras voces habían denunciado la podredumbre alrededor de la «transición»; un caso de esto fue el de Humberto Calderon Berti quien hace mucho tiempo atrás expuso las cochinadas que ocurrían dentro de Monómeros.

Ahora, en la otra oposición pesó durante un lapso prolongado – y aún pesa – el calificativo de «alacranes»; quienes participaron en la llamada «Rebelión de las Regiones» y quienes le dieron el primer gran golpe político a Juan Guaidó fueron descalificados, agredidos e insultados desde los laboratorios comunicacionales del G4, y aún padecen las consecuencias de aquellos ataques.

No obstante, debido a lo sucedido en el G4, quienes participaron en aquellos eventos y más tarde conformaron la Alianza Democrática  hoy disfrutan de la reivindicación a raíz  del colapso de la política de Guaidó y compañía.

El Primero Venezuela (de Luis Parra y José Brito), la Acción Democrática (de Bernabé Gutiérrez), la Voluntad Popular (de “Goyo” Noriega) están refrescando su posición debido a que – como ellos mismos dicen – el tiempo les dio la razón.

La mejor librada en esta cadena de desatinos pareciera ser María Corina Machado, quien al no ser «alacrán», tampoco del G4 (ahora G3), ni menos haber tenido participación en el mentado «gobierno de transición», se encuentra fuera del ojo del huracán y libre de pecado.

Empero, ella posee – para algunos venezolanos – el estigma del radicalismo, el cual de cierta manera – aunque en mejor nivel – también perjudica su credibilidad pública.

Es entonces, que el país necesita personas que no solo sean honestas a cabalidad sino que transmitan esa honestidad con cada una de sus acciones.

¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!

jueves, 12 de enero de 2023

Maduro

José Dionisio Solórzano

Tal vez más de un lector tome a mal lo que redactaré, y lo advierto antes que sigan leyendo y así se prepare de todas las maneras posibles para leer lo que a continuación escribiré.

Primero, quienes se dicen llaman oposición deben quitarse la venda de los ojos y dejar de creer que el señor Nicolás Maduro carece de inteligencia, pues el actual Presidente de la República ha demostrado lo contrario, lo quieran o no comprender.

Una de las claves del fracaso de la oposición por más de 20 años, es que menosprecian la capacidad de sus rivales, lo hicieron con Hugo Chávez Frías y posteriormente con Nicolás Maduro. A tal punto, que los líderes de oposición creyeron que luchaban contra desaventajados intelectuales. ¡Gran error!

Nicolás Maduro – con habilidad – está en el poder y se mantiene en él a pesar de los problemas que subsisten en el país; Maduro ha sobrevivido a una crisis de alimentación terrible, a aquellos años de escasez total, cuando los anaqueles estaban vacíos y las colas era interminables para comprar harina, arroz, papel higiénico o medicamentos.

La crisis del desabastecimiento pasó, y Nicolás Maduro siguió en el poder.

Luego llegaron las protestas encabezadas por ilusionados jóvenes que querían un cambio político, y otra vez, el temporal pasó y Nicolás Maduro continuó sentado en la Silla de Miraflores.

Vino la crisis de la gasolina, las estaciones de gasolina repletas de vehículos haciendo turnos para cargar combustible.

Y pasamos del bachaqueo de comida a la de litros de gasolina; y, otra vez, la crisis pasó y Nicolás Maduro permaneció despachando desde la Quinta de Misia Jacinta.

Vinieron los días del llamado «gobierno de transición», el desconocimiento de 60 países, la presión internacional, el cierre de las fronteras con Brasil y Colombia, la parálisis económica y la pérdida de activos en el exterior. Durante 4 años Juan Guaidó tuvo el control de los bienes del Estado en el extranjero, sin embargo ya el señor Guaidó dejó de ser «presidente de la transición» y su gobierno fue desarticulado, mientras tanto Maduro está allí, en su oficina en Palacio de Gobierno.

El Presidente de la República superó las tormentas económicas, internacionales, protestas y un gobierno paralelo, y aún lo vemos gobernando.

¡Entonces! ¿Seguirá la oposición subestimando al Mandatario Nacional? Hacerlo es una gran torpeza, pues Maduro ha demostrado que sabe cómo sostenerse en el poder.

Nicolás Maduro sin el dinero de Chávez, sin el carisma de Chávez, sin los apoyos internacionales, y sin el partido que en su momento tuvo Chávez, ha demostrado ser capaz de conducir el barco y llevarlo a puerto.

Podremos estar o no de acuerdo con sus políticas económicas, con su pensamiento político, por lo que representa como figura pública, no obstante seguir negándole sus capacidades es una necedad sin razón de ser.

Tal actitud habla peor de la oposición que del mismo gobierno.

Nicolás Maduro ha derrotado al G-4 una y otra vez, y éstos se han arrodillado (por aquello de doblarse para lo partirse) en más de una ocasión, demostrándole a la nación que no tienen la fuerza, la inteligencia ni la sagacidad de ser una opción real contra el Presidente de la República.

Dentro de la oposición solamente una persona – hasta ahora – ha demostrado tener la entereza, la fortaleza y sobre todo el talento para afrontar el desafío de vencer al Gobierno Nacional, y esa persona es María Corina Machado, más nadie.

¿Más claro?

¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!

miércoles, 4 de enero de 2023

2023

José Dionisio Solórzano

¿Qué nos trae este 2023? Desde la óptica económica pareciera que estamos entrando en una etapa interesante, pues las noticias del final del 2022 prometen.

Por un lado, arribó a la Isla de Margarita el primer crucero europeo después de 15 años; una extraordinaria noticia para la economía ñera y para toda Venezuela. Es la rehabilitación del turismo internacional dentro de nuestras fronteras.

Además, la noticia que Chevron ya envió dos buques cargueros para llevar petróleo venezolano a Estados Unidos es otra maravillosa noticia que nos evidencia signos de una recuperación económica vital para el pueblo venezolano.

Aunado a esto, la apertura de la frontera con Colombia y la reanudación de las relaciones comerciales con Brasil son otras iniciativas que pudieran incentivar el aparato económico nacional y mejorar la calidad de vida del venezolano. Ojalá que todo esto continúe y no sea simple alegría de tísico.

Desde la óptica política, éste año recién nacido también trae convulsiones y movimientos, pues se vislumbra un año preelectoral.

La oposición deben buscar – como sea – su candidato a la silla de Miraflores. El G-3 luce empeñado en imponer un candidato por consenso, mientras que otros sectores como Vente Venezuela empujan las primarias, pues saben que si María Corina Machado se mide le ganaría a los demás competidores. 

Políticamente, pareciera que estamos viendo el ocaso del estatus quo opositor. Estamos en presencia del adiós de Henry Ramos Allup y de Julio Borges, pues la batalla interna en la oposición tradicional está corroyendo la poca credibilidad que aún poseían estos señores.

El final del «gobierno de transición» traerá consecuencias devastadoras para la tríada que ha mantenido el control de la oposición por años. Ellos sentirán el látigo del desprecio de millones de venezolanos que ya están cansados de sus peleas, errores y promesas incumplidas. Se viene una nueva etapa para la política venezolana.

Ahora, sobre la perspectiva social los cambios no lucen ni favorables, ni desfavorables sino nulos. Pues, aunque haya mejora económica los resultados no se verán de forma inmediata, sino en varios meses más. Por lo tanto, la realidad de millones de venezolanos será la misma, sin nada de alteraciones.

Es por ello, que sólo la acción social del gobierno – más allá de esos bonos escasos y limitados – será determinante para la mejora social; pues esta sólo llegará mejorando de lleno el poder adquisitivo del venezolano, generando seguridad y calidad de vida mediante servicio públicos que funcionen. 

Empero, no veo en este momento que el Estado priorice el tema de servicios públicos, ya que no tienen recursos suficientes para ello. 

Es menester primero mejorar los índices macroeconómicos y generar un ambiente económico fuerte y, solo después de esto, centrarse en otras mejoras. 

Este 2023 será un año de adaptaciones, de posibilidades y de decisiones. Amanecerá y veremos.

¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!