lunes, 20 de febrero de 2023

COPEI

José Dionisio Solórzano

Iniciemos este artículo afirmando – aunque le parezca antipático a más de uno por allí – que Copei solo hay uno y funciona en la sede nacional de Cujicito.




El partido demócrata cristiano de Venezuela es Copei y éste opera desde sus instancias y cuerpos institucionales, en las mismas donde grandes hombres como Rafael Caldera, Pedro del Corral, Luis Herrera Campins, Rafael Andrés “Pepi” Montes de Oca, Pedro Pablo Aguilar, y tantos otros, guiaron los destinos de la tolda verde.

Hay que diferenciar, y en esto debemos estar claros, lo que es Copei y lo que son algunos socialcristianos a quienes se le reconoce su papel histórico y su vida pública, sin embargo esto no implica que ellos sean Copei o que tengan potestad sobre la organización.

Por ejemplo, nadie le quita los méritos a Eduardo Fernández, un hombre que tuvo una vida política deslumbrante, a pesar que no logró obtener la Presidencia de la República, no obstante fue el demócrata cristiano que más votos sacó en la historia del país, casi 3 millones de personas le votaron en la elección de 1988.

No obstante, Eduardo Fernández no es Copei, e incluso él fundó su propia organización política llamada Unión y Progreso, conformada en su gran medida por ilustres socialcristianos, por tal razón Eduardo Fernández no representa al partido Copei aunque es un democristiano respetable.

Por su parte, César Pérez Vivas, es otro demócrata cristiano de una valía comprobada. Un dirigente que ha sido diputado a la Asamblea Nacional,  Gobernador del estado Táchira, secretario general del partido, y más. Un hombre que merece aplausos por su vida política.

Y a pesar de todos sus créditos, César Pérez Vivas tampoco es Copei. Es, como otros (Oswaldo Alvarez Paz o Nelson Chitty), una personalidad que se ha ganado a pulso su posición y, ademas, es muy respetable su decisión de optar por la Presidencia de la República. 

Ahora, tampoco es Copei ese grupo de dirigentes que se aglutinaron en algo que llaman “Copei-ODCA”, con el fin de confundir y producir desconfianza entre los miles de electores copeyanos en todo el país.

Eso de “Copei-ODCA” es una necedad de un señor llamado Roberto Enríquez, quien caprichosamente quiere seguir ostentando el puesto de presidente de Copei, cuando en el fondo sabe – y en la profundidad de su ser lo reconoce – que las autoridades del partido son Juan Carlos Alvarado y Miguel Salazar.

Roberto Enríquez en una actitud megalómana, se niega a reconocer a viva voz que “Copei-ODCA” es un invento de su cabeza y que no representa nada, más allá de la inocente posición de algunos copeyanos que aún creen en él y en eso que llaman (y que fracasó) Gobierno de Transición.

El señor Enríquez se rehusa a creer que ya no es el jefe de Copei, pues le corroe en su mente y en su alma todo lo que hizo para sacar de la jefatura del partido a ese gran copeyano como es Luis Ignacio Planas; a quien traicionó y le arrebató el partido a través de una sentencia del TSJ, el mismo órgano judicial que hoy reconoce como autoridades a Alvarado y a Salazar. Aquí aplica eso del karma. 

Ahora bien, como bien lo afirmamos Copei es uno solo, funciona en la sede nacional de Cujicito y tiene como presidente a Miguel Salazar y como su secretario general a Juan Carlos Alvarado, y son ellos los llamados a levantar las lanzas verdes de la esperanza y en trabajar por la construcción de la Venezuela posible. 

¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!

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