martes, 11 de febrero de 2020

¡Juventud!


Por José Dionisio Solórzano

Cogito ergo sum-. “La juventud tiene el genio vivo y el juicio débil” esta frase del eterno Homero encierra tal verdad que es irrebatible.

La juventud es la mezcla entre la fuerza y el desespero, entre la energía y la falta de prudencia.
La juventud es dinamismo, es valentía, es coraje, es fuerza creadora. La juventud es una energía que renueva todo y destruye todo a su paso. La juventud es un sentimiento que une, aviva el fuego y genera ilusiones.

Y ese mismo ímpetu ha hecho que los jóvenes venezolanos hayan sido incontables veces forjadores de libertades y de refundaciones de este pedazo de tierra que llamamos Venezuela.

Fueron los jóvenes, soldados y seminaristas, quienes un 12 de febrero entregaron sus vidas por el amor hacia la libertad y la independencia. Fue José Félix Ribas quien moldeó la arcilla de aquella juventud para hacer de aquellos espíritus hombres listos para el sacrificio por un bien mayor.

Fueron jóvenes los de la generación del 28, quienes alzaron sus voces en medio de una sociedad silenciada bajo el yugo del terror y de la opresión. Fueron jóvenes los de la generación del 36 quienes reavivaron las llamas por la democracia en otro momento de nuestra historia.

La Venezuela de siempre ha sido movida por el motor de su juventud, por el engranaje de sus nuevas generaciones que no se han quedado quieta, y cuando lo han hecho ha sido el nacimiento de períodos de estancamiento social, político, económico e incluso moral.

Y en el país que vivimos en la actualidad, han sido nuevamente los jóvenes quienes han salido a las calles. En la generación 2007 y en la generación 2014, miles de jovenzuelos salieron a las calles a decirle a un régimen que no era de su agrado: ¡No te queremos!

Las calles de Venezuela se llenaron de unos jóvenes combativos y valientes; así como fueron los jóvenes que siguieron a Bolívar, Ribas, Paéz, Sucre o Anzoátegui, jóvenes como esos mismos héroes que dieron un paso al frente cuando la necesidad de su tierra así lo pidió.

La Venezuela actual necesita que sus nuevas generaciones no se queden arrimadas a un lado del camino de la historia, por el contrario es urgente que los jóvenes asuman el protagonismos que les toca jugar en el presente.

Sin embargo, juventud sin guía es una anarquía. Juventud sin consejos es una bacanal, juventud sin la experiencia de un buen padre o maestro, es una energía que fluye sin destino, sin orientación y sin porqués definidos.  

Nunca la juventud puede caminar sin el apoyo de aquellos que han vivido más, ni los viejos pueden estar sin el ánimo, la inspiración y la fe que se desprende de los jóvenes que su andar.

La clave del éxito es la convergencia entre vitalidad joven y la prudencia de vida, es la unión entre los que quieren transformarlo todo y aquellos que saben cuál es el camino para ello.

Y ahora que celebramos el Día de la Juventud, le recuerdo a los más jóvenes que el presente es compartido y el futuro es plenamente suyo.

¡Para mí, el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!




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