martes, 23 de julio de 2019

Perdemos el tiempo


José Dionisio Solórzano  / @jdionisioss

Cogito ergo sum-. He leído en las Redes Sociales, en páginas web, y hasta en grupos de Whatsaap, he escuchado por la radio y visto por televisión, a más de uno lanzando sus ráfagas de críticas en contra de Juan Guaidó y del proceso que éste inició hace seis meses atrás.

En lo personal, me parece inaudito que existan personas que se hagan llamar opositores y le ofrezcan en bandeja de plata una grandiosa ayuda a aquellos que aún se sostienen en el poder.

Los venezolanos, los que queremos la libertad de Venezuela, no podemos perder el tiempo en críticas internas, en jaleo innecesario y en diatribas estériles. Tenemos que dar un paso al frente, debemos hacerlo, por el bien de nuestra nación.

Califico, de acuerdo a mi criterio personalísimo, como injustas las críticas que se emanaron en contra de la imagen de Juan Guaidó recorriendo los estados de Venezuela. Él está haciendo un arduo esfuerzo, a sabiendas que sobre él pende la espada filosa de la opresión venezolana.

A través de estas líneas quisiera enviarles un mensaje a todos los demócratas de Venezuela. No importa si son socialdemócratas o socialcristianos, nacionalistas o liberales, todos tenemos que construir una gran convergencia nacional, que nos brinde la fortaleza necesaria para derrotar la represión y el oscurantismo en el cual estamos sumergidos en la actualidad.

Ya basta de pelear entre nosotros, todos tenemos la oportunidad de crecer y lograr el objetivo del Cese de la Usurpación y la instauración de un Gobierno de Transición Nacional. Todos tenemos que unirnos, más allá de nuestras diferencias, para alcanzar un bien superior.

Sí, he sido un duro crítico de los diálogos, sin embargo sería necio y una torpeza de mi parte no entender la necesidad de las conversaciones. Hasta en tiempos de guerra, las partes se sientan a dialogar, esto no implica que ninguna paralice el avance de sus respectivas estrategias.

¡Señores! Juan Guaidó no es el enemigo, por el contrario su figura nos despertó las esperanzas de lucha. ¡Señores! Acción Democrática tampoco es el enemigo, ni Copei, ni Primero Justicia, Ni Voluntad Popular. Tampoco María Corina Machado, ni ningún otro dirigente de la oposición democrática del país, no.

Claro que existen divergencias. Claro que existen visiones de país totalmente diferentes, esto era de esperarse, ¿quién pensó que la Unidad era sinónimo del entierro de los principios y creencias de cada quién? Si alguien lo hizo, estaba meando fuera del perol, como decimos en mi pueblo.

No obstante, por encima de esta realidad, todos tenemos que unir esfuerzos. Luego de restituida la democracia en Venezuela, cada quien volverá a su trinchera política, cada quien defenderá sus ideales y concepciones de sociedad, pero solo cuando los riesgos de la tiranía hayan cesado por completo.

No perdamos más el tiempo peleando entre nosotros mismos; recordemos al Libertador Simón Bolívar, quien dijo: “Unión, unión… o la anarquía os los devorará”.

¡Para mí, el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!

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