martes, 26 de diciembre de 2017

¿Quiénes Somos?

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  ¿Quiénes somos en verdad? ¿Quiénes somos los venezolanos? ¿Cuál es nuestro propósito? Medito sobre las anteriores interrogantes en la búsqueda de una respuesta, de alguna revelación que me permita entender las razones que nos llevaron a vivir lo que estamos viviendo hoy en día.

¿Quiénes somos? Somos aquellos llaneros a pantalón a media pierna que atravesaron los andes detrás de un "hombre a caballo" como diría Andrés Eloy Blanco.

Somos aquel ejército que derrotó al imperio español, como aquella masa militar que no encontró descanso en las guerras de independencia y prosiguió el estado bélico en interminables guerras civiles, revueltas y escaramuzas.

Tal vez, somos aquellos caribes indómitos y con sentido de la nacionalidad que arrasaron la tierra y eran dueños del mundo salvaje antes de la llegada de los españoles; o somos esos españoles que a fuego, sangre y sudor conquistaron una tierra cimarrona y mística.

¿Quiénes somos en verdad? Somos aquel pueblo alegre, bonachón y dicharachero que prendía el jolgorio en cualquier momento o por cualquier excusa, el mismo que construye un chiste de su desgracia para reírse de ella.

Somos aquella nación solidaria que abrazaba al extranjero y lo convertía en uno más de nosotros; aquel país que recibió a italianos, portugueses, árabes, alemanes, colombianos, peruanos, panameños y chilenos.

Somos aquel pueblo que llamaba musiú a todo extranjero catire y de piel muy blanca, el que le decía de cariño "portu" al portugués dueño de la panadería de la esquina, o "turco" a todo árabe que se le atravesaba por el camino.

Somos ese pueblo amable que extendió su mano a las naciones del continente cuando éstas sufrieron de sangrientas dictaduras, aquella nación humana que nunca le dio la espalda a nadie y siempre estuvo allí para socorrer a aquel país que lo necesitase.

Somos el pueblo de pescadores intrépidos, de llaneros que como centauros conquistan las planicies, como los negros trabajadores de Barlovento creadores del cacao y de la música del tambor.

Somos rebeldes como Andresote, somos líderes como el Libertador Simón Bolívar, invencibles como el General José Antonio Páez, somos rectos y fuertes como el General José Antonio Anzoátegui o leales como el Mariscal Antonio José de Sucre.

Somos ingenioso como el Maestro Abreu o como Jacinto Convit, somos soñadores como Rómulo Gallegos o Aquiles Nazoa; somos como la genialidad de Andrés Bello o como la visión de Laureano Vallenilla Lanz.

Sí, somos todo lo anterior y ninguno de ellos. Somos cada uno de esos venezolanos guerreros, divertidos, soñadores y geniales, pero a la vez somos parte de una desviación social construida por un ensayo de destrucción nacional que lleva 18 años en ejercicio.

Hemos perdido gran parte de lo que fuimos. En estas dos décadas han aniquilado la alegría nacional y una muestra de ello es este diciembre carente de la dicha que siempre caracterizó al pueblo venezolano.
Sin embargo, estoy convencido que lo que se hereda no se hurta; en lo más profundo de nuestra alma nacional yace todas los rasgos de aquel venezolano que lo distingue sobre todos los demás latinoamericanos.

Y sin ánimos de soñar chauvinista, me siento orgulloso de ser de esta tierra, de nacer en el mismo país de Bolívar, Páez y Bello, de ser de la tierra de Gallegos y José Gregorio Hernández, de ser paisano de Salmerón Acosta, Andrés Eloy Blanco y Mariano Rivera.

¡Gracias Dios por haber nacido en Venezuela!


No hay comentarios: