martes, 29 de agosto de 2017

Dos versiones, un planeta

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  La polarización venezolana llega a tal punto que ya está dividiendo al mundo en dos opiniones prácticamente  irreconciliables.

Cuando sintonizamos a TeleSur o a Rusia Today (RT), nos encontramos que presuntamente voces internacionales se solidarizan con Venezuela y rechazan las amenazas de los Estados Unidos contra el país Sudamericano.

En cambio, si observamos lo que dice CCN o cualquier otra estación de noticias nos encontramos que líderes mundiales como Emmanuel Macron, presidente de la República de Francia, están abiertamente condenando al gobierno venezolano.

Para los medios, de clara inclinación hacia las izquierdas, naciones como Rusia, China, India, Irán, muestran su “resteo” para con Nicolás Maduro, a diferencia de otros órganos de difusión quienes informan que la posición de la Unión Europea es dura en relación a la calificación que le otorgan a quienes gobiernan en este país.

Es decir, el debate internacional está dividido, de la misma manera que los estamos aquí adentro.

Es curioso el caso. En España los voceros del partido político Podemos defienden hasta la saciedad el modelo político venezolano, e inclusive lo han colocado como un ejemplo a seguir, mientras que el gobierno español, dirigido por el Partido Popular, de tendencia socialcristiana, ha dejado en claro su crítica y beligerancia en contra de Maduro.

El mandatario actual galo ya ha dejado acentuado su criterio al marcar distancia del gobierno de Caracas, mientras Jean-Luc Mélenchon, líder de la extrema izquierda francesa, ha manifestado su admiración por el Socialismo del Siglo XXI, a tal punto que es considerado el “Chávez francés”.

En el caso de los Estados Unidos de Norteamérica, una cosa fue la actitud complaciente y fofa  de Barack Obama, y otra el endurecimiento de Washington bajo la ad ministración de Donald Trump y de los republicanos.

Mientras  Tom Shannon, fue una especie de quintacolumnista del oficialismo venezolano en los Estados Unidos, por su parte, bajo la guía de Rex Tillerson, las cosas cambiaron en la Casa Blanca, y de qué manera.

Cuando realizamos un paneo por el mundo, podemos encontrarnos con criterios diferentes, con posiciones desiguales cuando se aborda el tema Venezuela. 

La izquierda planetaria se reúsa a admitir que el proyecto venezolano fracasó y con él cualquier esperanza de una renacer triunfante de los pensamientos socialistas.

Y, mientras existe esta negación, los defensores de la libertad y de la democracia colocan en la mesa de discusión el caso nacional para describir como los pensamientos emparentados en Marx o en Fidel Castro jamás terminan bien.

Una lección  que a veces es difícil de asumir en escarmiento ajeno. Tal es el caso de la República de Colombia, país que está cometiendo el error de legalizar un partido de las Farc, abriéndole la oportunidad al extremismo por vías democráticas.

Sí, tenemos un solo planeta, pero dos versiones de lo que ocurre en Venezuela.

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Sin embargo, usted que me lee sí sabe la verdad de lo que acontece aquí. ¿O lo duda?


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