martes, 27 de septiembre de 2016

Contradicción política

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-. A continuación  efectuaré una crítica constructiva a la democracia. Sí, criticaré al sistema democrático y presentaré algunas de sus contradicciones y lo haré porque soy un demócrata y como tal me explayo en el ejercicio  abierto y diáfano de este modelo contradictorio.

Por ejemplo, en muchas democracias occidentales se han prohibido las formaciones políticas de extrema derecha.

En los regímenes de libertades los grupos de extrema derechistas son vetados por representar “peligros para la democracia”, y en esos mismos modelos democráticos permiten el libre ejercicio de los partidos comunistas, como si estos no representasen peligros para el modelo democrático.

Si las organizaciones fascistas o neofascistas  representan un latente riesgo para los modelos democráticos en el mundo, entonces ¿por qué razón permiten que los comunistas sí se organicen libremente?

Y es que ya el expresidente chileno Gabriel González Videla lo dijo una vez: “Mi teoría  era clara  y muy sencilla y creo que es la única manera de defender la democracia en el mundo.  La libertad que da la democracia  no puede servir para ser destruida y usted al darle cabida a un comunista y otorgarle los derechos y libertades que tiene un demócrata sencillamente usted está sentenciando a muerte a la democracia, lo ha demostrado el partido comunista en todo el mundo”.

Los comunistas en el mundo profesan con descaro que su afán político es el de “transformar” las institucionales de sus respectivos países y ¿cómo se come eso? Fácil, los comunistas prometen la destrucción de la democracia y si algo cumplen los rojos en la vida es ésta aseveración.

La democracia cercena los derechos de los extremistas de derecha, pero hace mutis frente a los extremistas de izquierda.

Un caso peculiar es la “paz” en la hermana república de Colombia. Allá el presidente Juan Manuel Santos, para algunos dando una demostración de amplitud democrática, firmó la “paz” con el grupo guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), y éstos ya prometen que “lucharán democráticamente por el cambio de instituciones”.

Es decir, tal cual como ocurrió en la Venezuela de Chávez  o en la Chile de Allende la izquierda busca acceder democráticamente al poder para luego aniquilar la misma democracia. ¿Usted han visto semejante contradicción democrática?

Vi y escuché a un guerrillero de las Farc aseverar que cambiarán las balas por los votos, pero el “objetivo de la revolución sigue siendo el mismo”.

La democracia no puede cerrarle el paso de los representantes de los nacionalismos, porque no todos los nacionalismos de derecha son malos, y en cambio sí debe conculcar las libertades políticas a los comunistas, porque en todos los casos ellos sin propugnan la “dictadura del proletariado” que al final no es del proletariado sino de un puñado de enchufados como ocurrió en la extinta Unión de República Socialistas Soviéticas (URSS).

¿Qué me acabo de contradecir al proclamar mayor libertad para la derecha nacionalista y menos libertades para los comunistas? Sí, tienen razón; pero no olviden lo que dije al principio soy un demócrata y como tal me contradijo en algunos aspectos.

Lo cierto, y permítanme profundizar en este tema, los comunistas son y siempre serán los eternos enemigos de la libertad y la justicia en las sociedades del mundo.


No hay comentarios: