lunes, 13 de junio de 2016

Cerezal fue noticia

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Como millones de venezolanos  Luis Josmel Fuentes salió a las calles a exigir comida, a ejercer su derecho a la legítima protesta. Y ¿cuál fue la repuesta de los órganos del Estado? Al saber de sus vecinos, amigos y familiares, éste fue ultimado por efectivos del “orden público”.

Llenos de ira, con hambre en el alma y con hambre en el estómago, los habitantes de la población de Cerezal, estado Sucre, salieron a las calles a expresar sin ningún temor su repudio a la crisis que vive el país y por el trágico final de un joven de apenas 21 años.

Ver las imágenes de funcionarios policiales y militares disparando contra ciudadanos que pedían alimentos y justicia no debería asombrarnos, aunque es difícil acostumbrarnos a la infamia y al deshonor.

Observar como con fusil en mano representantes de la Guardia Nacional arremetían contra los moradores de un pueblo artesanal, percatarnos que los funcionarios que deberían defender a la ciudadanía y velar por la integridad nacional sólo ejercen la represión contra trabajadores, amas de casa y jóvenes, descubre el foso en el cual estamos hundidos.

No escondo el dolor que me embarga. Me entristece que nuestra amada Venezuela esté sumergida en el océano de la impunidad, en la atrocidad generada por unos trúhanes que  han condenado a nuestra gente a pasar hambre y necesidad.

Escuchar los disparos de las armas de la república contra la humanidad de venezolanos que simplemente expresaban su malestar, su inconformidad y su desesperación, es la evidencia que el régimen es inhumano.

Acusar a los inquilinos de Miraflores de violadores de los Derechos Humanos es llover sobre mojado; el mundo ya sabe que quienes ostentan el poder en Venezuela no respetan ni a la sagrada Hostia.

Como dignos discípulos de Mao y Stalin los integrantes de la cúpula del Gobierno no le tiembla el pulso para disparar en contra de los venezolanos.

Con este proceder ellos pensaron que iban a atemorizar a nuestra gente, por este motivo ellos acudieron a la violencia, al hostigamiento, a la generación del terror como medio de control político y social, pero el tiro le está saliendo por la culata.

Cerezal dio un paso al frente y mantiene su dignidad como pueblo. Cerezal es una pizca de lo que podemos hacer los venezolanos por defender nuestra libertad, por pedir verdadera justicia y para el restablecimiento de la verdadera paz.

La sociedad venezolana tiene hambre. Y un pueblo con necesidad no le teme a las balas o a las amenazas de los señorones con boinas rojas y camisetas del “Che” Guevara.

Cerezal fue noticia. Fue noticia por la muerte de un muchacho de 21 años, fue noticia por la protesta que protagonizó, fue noticia por la represión ejercida por los esbirros del régimen y es noticia porque esta población con su gallardía seguirá saliendo a las calles hasta que exista un cambio de gobierno y de sistema en el país.


El tiempo del ocaso le llegó al oficialismo, a Maduro sólo le resta el anochecer de su poder. Pronto amanecerá en Venezuela.

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