miércoles, 9 de marzo de 2016

¿Cómo le dice?

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Cómo la madre le dice a su bebé que llora que no consigue alimento para él o ella, cómo le explica a otro de  sus hijos, cuando le pide una arepa para comer, que no encuentra harina precocida por ninguna parte.

Cómo le dice una madre a su hijo que no podrá comer pan en la cena porque después de tres horas en una cola en la panadería, salió el encargado y anunció que el producto se había agotado.

Hambre, Venezuela tiene mucha hambre


Cómo el papá le dice a su hijo que no puede comprarle el uniforme escolar o el libro que tanto necesita para sus estudios, porque el sueldo no le alcanza.

Cuando hablamos de la crisis en las dimensiones macroeconómicas nos alejamos de las consecuencias sociales y humanas del desastre que estamos viviendo en el país.

Escuchamos a economistas, muy avezados en su área, disertando sobre la crisis alimentaria e inflacionaria en la nación, no obstante es cuando observamos los pequeños detalles cuando nos percatamos del real alcance de la emergencia humanitaria que padecemos dentro de Venezuela.

Ver y oír a mujeres desesperadas porque no consiguen alimentos para sus bebés, escucharlas como lloran presas de la angustia de saber que su bebé no tiene que comer, nos indica el nivel de catástrofe social que estamos viviendo.

El pueblo es el que sufre


Escuchar a un adulto mayor resignado en que en cualquier momento “me dé un tanganazo” porque no consigue las pastillas para controlarse sus dolencias de hipertensión o diabetes.

Cuando nos detenemos a observar el miedo y el desespero de los familiares de los enfermos de cáncer ante la imposibilidad de conseguir medicamentos para tratar sus dolencias, nos enfrentamos al lado real, tangible, y doloroso de la crisis nacional.

Porque el bebé que llora no se le puede explicar sobre errores económicos, mala administración o crisis alimentaria. Cuando el estómago de nuestro hijo de unos 8 o 9 años le empieza a gruñir no se le puede satisfacer su hambre con explicaciones macroeconómicas y menos con los chapuceros argumentos del régimen.

 Cuando la tensión  se le dispara a un paciente hipertenso o los niveles de azúcar a un diabético no se solventa el problema acudiendo a encender el televisor para escuchar las excusas o aseveraciones triviales del régimen de Nicolás Maduro.

No hay comida en ninguna parte
Cuando un paciente de alguna enfermedad muere porque no se consiguen tratamientos y en los hospitales públicos no hay ni curitas y menos algodón, no podemos encontrar explicaciones sobre esta tragedia.

“Después de ojo saca’o no vale Santa Lucía”, cuando el cuerpo no aguanta más el desenlace es el menos indicado, y no solo me refiero al humano, sino al cuerpo de la sociedad, esa que se encuentra estoicamente soportando los sinsabores de la crisis, pero ¿hasta cuándo?



Apreciado lector, cómo le dirá mañana a sus hijos que no tenemos país, porque usted no quiso actuar hoy, porque usted se dejó ganar por el desinterés y el desdén, porque usted fue víctima de la apatía.


Hoy estamos más cerca del cambio profundo que iniciamos con nuestro voto el pasado 6 de diciembre. No desmayemos, sigamos luchando por Venezuela.

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