martes, 30 de junio de 2015

Luchas de hipócritas

Cogito ergo sum-.  Hace un mes aproximadamente leí como un grupo de mujeres católicas, aglutinadas en una plataforma denominada “Damas de Blanco”,  fueron atacadas por militantes del Partido Comunista de Cuba (PCC), este episodio es un ejemplo de la hipocresía de los gobiernos de izquierda.

Desde hace mucho tiempo los socialistas de América Latina han ensalzado, glorificado y promovido, y hasta se dice que financiado, al movimiento de “Madres de Plaza de Mayo”, un grupo de mujeres argentinas que han manifestado durante décadas por la desaparición de sus hijos en los años de las dictaduras militares en el Cono Sur.

Aunque el apoyo a la labor de aquellas madres no es para nada criticable, porque inclusive puede calificarse como un acto de caridad humana, lo que sí es reprochable es que aquellos dirigentes de la izquierda que encumbran la lucha de las “Madres de Mayo”, justifican las agresiones del régimen cubano en contra de las “Damas de Blanco”.

Para los dirigentes socialistas las cubanas que luchan pacíficamente por la democratización de su país, que organizan misas y actos religiosos como parte de su resistencia al régimen ateo de La Habana, son “saboteadoras” y en otros casos movimientos inexistentes que no son mencionados en sus peroratas embriagadas en la argumentación marxista de la lucha de clases.

He aquí la hipocresía de la izquierda, mientras alaban la acción de las argentinas que lloran y luchan por la memoria de sus hijos caídos durante el yugo militar de aquel país, callan y hasta critican las actividades democráticas y pacíficas de las cubanas en contra de la dictadura de Fidel y de Raúl Castro.
Este doble discurso de la izquierda es típico. En la historia han sido recurrente sus alharacas en contra de los Estados Unidos y su política permisiva, silenciosa y cómplice en el caso de la extinta Unión Soviética o actualmente de Rusia.

Aquí, en Venezuela, está sucediendo lo mismo. Los izquierdistas del régimen nos hablan de que es un logro de ellos la disposición de paridad en género en las candidaturas a cargos de elección popular, no obstante ellos son los responsables de que cada vez más madres lloran sin consuelo ante el asesinado de sus hijos, o sufren en colas interminables para la adquisición de la escaseada leche para sus niños.

El régimen socialista venezolano tiene dos caras con relación a las mujeres, por un lado a un grupo selecto las eleva en posiciones de poder, mientras a las mayorías de las madres las encierra en un calabozo de miedos, incertidumbres y llanto.

Para el sistema socialistas existen dos clases de ciudadanos los que están en el poder y tienen la oportunidad de vivir en medio del lujo y la opulencia, y el resto de la sociedad, es decir la inmensa mayoría, que están condenados a sobrevivir en medio de las penurias propias del modelo socialista.

Así ocurre con las mujeres, mientras impulsan una legislación para darle mayor oportunidad a las aspiraciones políticas electorales, lo cual apoyo, por otro lado restringe el derecho a miles de mujeres formadas a ejercer con libertad sus profesionales por la escasez de empleo.


Su acción en este tópico, como en otros, es  la lucha de los hipócritas. 

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