martes, 21 de abril de 2015

Dios, confiemos en Él

Cogito ergo sum-.  ¿En quién confiar cuando nos sentimos presos entre las rejas de la desesperanza? ¿A quién acudimos cuando la soledad golpea nuestros corazones? ¿A quién debemos pedirle socorro cuando nos sentimos dominados por la desilusión? La respuesta es a Dios.

Esta semana quiero dedicar estas palabras al Ser Supremo. Él que nos ha dado la vida, y que nos ha colmado de bendiciones, quien nos ama con el amor más puro y sincero, porque es en Él en quien debemos confiar en cada momento.

Deseo, desde lo más profundo de mi ser, que este artículo sea expresión cotidiana del ecumenismo que debería reinar en nuestras sociedad, está dedicado a mis hermanos católicos, a los hermanos separados de todas las definiciones protestantes, a todos los que confiamos en un Dios único y misericordioso.

Cuando nuestro país atraviesa uno de los momentos más difíciles de su historia, cuando la crisis económica golpea a todos por igual, debemos acudir a Dios y pedirle con humildad y corazón abierto que nos ilumine el camino.

Siempre he sido un defensor de que la santidad vive en cada uno de nosotros y la expresamos en la medida que la bondad, compasión, la caridad y el amor se manifieste en cada una de nuestras acciones.

Desde una simple sonrisa, un aliento, hasta el sacrificio por caridad son demostraciones fieles de ese cristianismo que nos anima siempre a dar todo por el bien común.

San Juan Pablo II dijo una vez “no tengáis miedo”. Hoy los venezolanos, que creemos y confiamos en Dios Todopoderoso, no podemos tener temor a nada y mucho menos a nadie.

Sé, porque confío en el Señor, que nuestro país saldrá adelante, que vencerá las sombras que trata de dominarlo y se levantará con la cara al sol con la fe inmovible en Dios y en el pueblo sabio.

Dios nos habla de diferentes formas, nos muestra las salidas a las situaciones difíciles por distintos medios. El mensaje de Lorenzo Mendoza fue motivado por algo muy superior a él, fue un medio que el Señor empleó para decirnos directamente que existe esperanza.

El Padre de los cielos jamás nos abandonará, Él como siempre estará a nuestro lado a pesar que en ocasiones tomamos la decisión de apartarnos de Él, porque ese alejamiento es del hombre para con Él y no de Él para con sus hijos.

Los invito, a todos los que me leen, a que confiemos en Dios más que nunca.

Existe un mañana mejor para cada uno de nosotros. Existe un porvenir de esperanza y de progreso, no desmayemos ante las piedras que se nos atraviesan en la vida.

El Señor es tan grande y misericordioso que envió a su Hijo para que muriera en la Cruz por la salvación de nuestros pecados. Así de infinito es su amor para con todos nosotros.

Y recuerda que al sentirte desalentado, solo, desilusionado, triste, siempre puedes acudir a Dios, sus oídos siempre estarán para ti.

Dios es tan buen amigo que no nos interrumpe cuando hablamos con Él en devota oración. Él simplemente nos escucha, y misteriosamente nos orienta hasta la solución.


Pongamos todos nuestros problemas, pongamos al país entero, a cada uno de los venezolanos en las manos de Dios Todopoderoso y en su santo hijo, Jesucristo. 

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