martes, 10 de marzo de 2015

¿Asustados?

Cogito ergo sum-. Me acuerdo cuando el finado dijo aquello de que: “Ay, espero que el Imperio no se le ocurra invadirnos, que no le ocurra la locura de pisar esta patria, porque aquí hay un ejército del pueblo y un pueblo que saldrá a defender la patria”, y al mismo tiempo se escuchaban los gritos y vivas de una concentración que se dejaba llevar por lo apasionado del ambiente y del discurso.

Unos cuantos años después de aquella escena y de aquellas palabras, me llamó poderosamente la atención escuchar como muchos de los voceros de ese “valentonado” movimiento hoy hablan como asustados ante el anuncio de la presidencia de los Estados Unidos de declarar al Gobierno venezolano como un peligro para la política exterior de los gringos.

Escuché a más de uno de esos valientes de televisor y micrófonos decir “qué amenaza podemos ser nosotros contra el imperio militar más grande del mundo”.

Parece que ellos se olvidaron de aquello de que “aquí hay una revolución armada”, como decía el líder de su movimiento.

Todos los guapetones de barrios son así, la valentía se les agota cuando alguien le presenta batalla, allí culipandean y retroceden en marcha forzada.

Nicolás Maduro sabe que el pueblo venezolano mayoritariamente lo rechaza, sus pésimas decisiones económicas han sumido al pueblo a vivir la peor crisis de nuestra historia, también comprende que los “amigos” internacionales de ayer ya no le son tan leales como en otros tiempos.

Valerosos eran los discursos de los pesuvistas cuando era impensable que se tomarán medidas en contra de los gobernantes venezolanos, ahora que se ven ante una amenaza cierta y con una serie de sanciones por violación de los Derechos Humanos, casi todos salen a bajar el tono y a entronar a los gringos en una sitial.

Ya aquello que el imperio se está desmoronando, de que el capitalismo vive su crisis más feroz,  no se repite como antes.

La escena de Nicolás es cada vez tiene más símil con la imagen de Manuel Antonio Noguera blandeando el machete y amenazando al presidente del país norteño, será que la bajada del tono, y las expresiones de reconsideración del Ejecutivo venezolano, se deben a que no quieren terminar como aquel dictador.

Ya conocen como sus panas del Medio Oriente cayeron. Sadam Husein, Muamar Gadafi, y otros han sido derrocados y quedados en el lodazal de la historia como lo que fueron viles representantes de un sistema represor y sanguinario.

Será que en Miraflores están asustados por los anuncios de los gringos.

Como nacionalista que soy, he sido y siempre seré, rechazo cualquier intervención extranjera en nuestro país.

Por esta razón siempre he mantenido mi firme oposición a la presencia cubana en nuestras comunidades y sobre todo en los cuarteles y más cuando estos personajes imparten instrucciones como si nuestros soldados fuesen dependientes de las órdenes de La Habana.

Por ser nacionalista he sido crítico y adverso a la posiciones de la llamada revolución, porque este sistema ha sido entreguista, realmente apátrida e internacionalista.

La izquierda no es y nunca será nacionalista, si lo fuese jamás hubiesen malgastado nuestros recursos petroleros en inversiones sociales y construcciones en otros países mientras la miseria crece entre nuestro pueblo. 

Lo cierto es que están asustados. Le tiembla la voz, y lucen poco apetentes de seguir los pasos de Noriega.



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