martes, 6 de enero de 2015

La “caja de Pandora” venezolana

Cogito ergo sum-. Bajo la tradición helénica y los mitos hesiódicos emergen los diversos relatos que hablan de Pandora y la caja que Zeus envió con ella a la humanidad.

Según los relatos mitológicos Hefestos, dios del fuego, moldeó a Pandora a imagen y semejanza de las inmortales y para ello contó con la ayuda de Palas Atanea, la diosa de la sabiduría, para convertir a aquella en la primera mujer en la tierra.

Zeus es el artífice de la orden para crear a Pandora con el propósito de castigar a los hombres por las acciones de Prometeo, quien había robado el fuego divino para entregárselo a los mortales.

Cada uno de los dioses del Olimpo, donde habitan los inmortales, le entregó a Pandora una cualidad, entre ellas: la persuasión, la gracia, la belleza, la capacidad de hacer con sus manos, por ejemplo Hermes (el mensajero de los dioses e intérprete de ellos) colocó en el corazón de Pandora la mentira y el engaño.

Una de las creencias griegas establece que existía un jarrón, que contenía todos los males existentes, la mujer al verla la abrió y permitió que los las desgracias inundarán a la tierra, al observar lo que había hecho Pandora se apresuró a cerrarla dejando solamente en su interior la esperanza, ante lo cual la humanidad no la recibió.

Vale resaltar el paralelismo con la historia de Eva en el Jardín del Edén de las creencias judeo-cristianas.

Otra de las interpretaciones que se le da al mito de los griegos es que la caja poseía en su interior todos los bienes existentes y Zeus se la entregó a Pandora para que se la regalase a Epimeteo, hermano de Prometeo, el día de su boda.

Pandora la abrió antes de dársela a su destinatario dejando escapar todos los bienes, los cuales regresaron a las cumbres del Olimpo, dejando a la humanidad entristecida por todos los males y con el único alivio de la esperanza.

En ambas acepciones de la historia de la “caja de Pandora” encontramos a la esperanza como el último de los bienes o males que mantuvo a la humanidad en pie luego de varias imprudencias.
Hoy Venezuela, sumergida en los mayores del caos existentes gracias a que desde el Gobierno abrieron la caja que llevaba todas las desgracias del socialismo, tiene que aferrarse más que nunca al bálsamo de la esperanza.

El socialismo desató en el país la escasez, el desabastecimiento, la devaluación, la inflación, la delincuencia, la corrupción y la incapacidad de los gobernantes, de allí que haciendo un parangón con el mito helénico tenemos que mantenernos al lado de la esperanza.

¿Quién abre la caja de Pandora? Sí, quién la abre, no para que emerjan los males que ya andan pululando por todas partes de nuestra golpeada y sufrida sociedad, sino para que brote por doquier la esperanza en un pueblo que ha sido engañado por un régimen descarado e inmoral.

Es el momento de grandes proezas, la hora de las acciones sin temores. Tenemos, cada uno de los venezolanos que soñamos con un país mejor, que alzar las banderas de la dignidad y los estandartes de la esperanza para iniciar el cambio de sistema que con urgencia requiere nuestra nación.

Los males del izquierdismo se han diseminado por todos los rincones del país, es responsabilidad de todos nosotros que cívica y activamente, armados de esperanza e ímpetu, los obliguemos a abandonar el poder y así reconstruir a Venezuela.


¡Qué Dios Todopoderoso nos guíe en este propósito!

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