lunes, 6 de enero de 2014

Desinformación como táctica

Mar de Leva-.  Los gobiernos, partidos políticos e inclusive empresas o factores individuales como deportistas, artistas, entre otros, son proclives a realizar un uso consciente, planificado y premeditado de la desinformación como medio para alcanzar un objetivo en la opinión pública del ámbito que le compete.

Existen dos tipos de desinformación, la estratégica y la táctica, en este caso hablaremos brevemente de la segunda abordando el porqué de su uso y cómo se debe emplear.  

En ocasiones a un dirigente, partido, gobernante, empresa o personalidad del mundo de espectáculo o del deporte, le interesa que una puntual información no se publique de la forma correcta sino que buscará, mediante el uso de técnicas, cambiarle la orientación para su beneficio.

Sin embargo, antes debemos conceptualizar el término, es decir, la desinformación puede entenderse como un conjunto orquestado  de ardides en una era en que los  medios de comunicación se hayan enormemente desarrollados.

También puede entenderse como: las informaciones falsas que se hacen colar a la opinión pública generando una reacción favorable al desinformador y perjudicial para su oponente, enemigo o adversario.

Dícese, por algunos autores que, es la acción de inducir a error mediante uso de informaciones falsas.
Lo cierto es que el desinformador para lograr su objetivo necesitará aplicar tres puntos fundamentales en su retórica: Demonización del adversario, los Adjetivos Disuasivos  y el Misticismo. Todos imbuidos en un mensaje que sea creíble y aceptable por los receptores.  

En el primero de los casos el mensaje debe estar dirigido a entablar una especie de “Guerra Santa”, entre el mal que representa nuestro adversario, y los ángeles que son encarnados por “nosotros”; segundo el uso de palabras y expresiones que no admiten réplica, ni menos razonamiento lógico, como: Irreversible, incuestionable, inquebrantable, inasequible, insoslayable, indeclinable.

Y por último el Misticismo es el método que permite el retórico-desinformador entretejer un red de enigmas y de dibujos verbales con expresiones sibilas, ambiguas y enredadas, permitiendo que las interpretaciones emerjan de los públicos receptores, y aceptando cualquier interpretación lo que generará el error.  

¿Cómo hacer común una desinformación? Se pueden emplear diferentes técnicas como:

-          La filtración: Es cuando  la noticia filtrada siempre viene “protegida” a cambio del secreto de la fuente emisora.
-          La sobreinformación: La divulgación en exceso de datos e informaciones que incitan más a la desorientación que a la reflexión de la información.
-          Selección ventajosa: Sólo se dice lo que se quiere decir y/o conviene decir.
-          Descontextualización: Se extrapola la información dentro del contexto en que se ha generado, no se explica o profundizan las causas del fenómeno o suceso. Se inventan motivos o justificaciones.
-          Falsedades: Aunque la información es falsa, se entrelaza con datos verificables, reales y ciertos, creando una información “relativa”, que sea creíble a los públicos metas.
-          Errores: Se elaboran informaciones con datos inciertos.
-          Especulaciones: Hipótesis, datos no confirmados, los rumores.
-          La analogía: Son parangones disimiles y en ocasiones contradictorios, y que a pesar de ello son unidos creando figuras verbales emotivas que son difíciles de derrumbar con simples argumentos “lógicos”.
-          El rumor.
-          Eufemismos: Presentación de palabras y lenguaje estudiados para no determinar el sentido real de una aseveración o contenido conceptual de una oración.

En conclusión la desinformación es una táctica altamente eficiente en el proceso comunicacional, es ampliamente usada y trae consigo el “nacimiento de verdades” que suelen ser aceptadas por los públicos y por la Opinión Pública, siempre y cuando no exista un proceso de contracomunicación por parte de sus “victimas”.

Recuerden que comunicar no es sólo hablar… Pensar no sólo es creer que se está pensando.

Twitter: @jdsolorzano


No hay comentarios: