miércoles, 10 de julio de 2013

¿Pensarán?

Cogito ergo sum (@jdsolorzano)-. En muchas ocasiones me pregunto ¿será que en la cúpula del Gobierno nacional pensarán las consecuencias de sus actos?; es increíble como los responsables del poder político venezolano comenten errores y errores mientras que los venezolanos pagamos los platos rotos.

Vemos como el señor "presidente" de la república, Nicolás Maduro, se lanza en un ataque furibundo en contra del "imperialismo”, como irresponsablemente le ofrece asilo al traidor de Snowden; observamos como ellos, el alto gobierno, conciben los graves problemas sociales, como aplican acciones de "pañitos de agua tibia" a realidades tan difíciles como la inseguridad, el desabastecimiento y el alto costo de la vida, como si para ellos estas situaciones fuesen casi de rutina.

¿Pensarán en Miraflores?, bueno para mí ellos no piensan, no han pensado, ni pensarán. El vacío político que dejó el finado Hugo Chávez es enorme, sin él el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) es una marea sin dirección, en su seno la autoridad no tiene poder y el poder no tiene autoridad, justo el camino para la división y la hecatombe.

Claro que no piensan, allí jamás han pensado por su cuenta, quien lo hacía era el que ya no está, y actualmente quienes mueven los hilos de las decisiones trascendentales son los hermanos Castros Ruz, quienes a pesar de su longeva realidad tienen más lucidez política que los "maduros" dirigentes pesuvistas.

El pensamiento, decía René Descartes, es la génesis de la vida, entonces podemos decir que filosóficamente Venezuela no tiene gobierno, pues al no pensar no existen; podríamos aseverar que éticamente la nación atraviesa una acefalía de acción, coordinación y dirección. ¿En manos de quién estamos?, sencillo estamos en las peores posible, la de los descabellados e inmaduros, qué podemos esperar.

Nicolás sin duda no mide, no evalúa, ni siquiera imagina las consecuencias de sus cada vez más demenciales acciones, él no piensa, o tal vez sí lo haga, pero de forma ligera, muy ligera; Elías Jaua, quien luce más centrado, tal vez sea el cerebrito del régimen, es un decidido, convencido, y enfermo comunista que no puede entender el mundo más allá del materialismo dialéctico de Marx y de los recuerdos nostálgicos de la extinta Unión Soviética.

Me atrevería a decir que lo único que produce el señor Nicolás son pajaritos en su cabeza, ¿será que es lo más que posee en ella?, aunque lo triste de todo esto es que somos los casi 30 millones de venezolanos los que nos vemos perjudicados por los, cada vez más alocados y desmedidos, procesos que paren, o quizás abortan, los inquilinos del Palacio de Misia Jacinta.

Ante esta realidad los venezolanos debemos unirnos más que nunca, tenemos que emprender un proceso de participación más aguda, más firme, más sólida para detener las demencias políticas y acciones de un Gobierno de enchufados acéfalos quienes son simples marionetas de los titiriteros de La Habana.


Para arrebatarle de las manos el poder a los no pensantes, nos vemos en la obligación de renovar nuestras autoridades empezando este 8 de diciembre eligiendo a nuevos alcaldes y concejales que sí piensen, pero que lo hagan por y para la comunidad, no para sus intereses personales que son los únicos logros de los enchufados rojos, rojitos.

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