martes, 7 de diciembre de 2021

Testarudo

Por José Dionisio Solórzano / @jdionisioss

Opinión-. Leí unas declaraciones del señor Juan Guaidó en las cuales descartaba de plano cualquier unión con los llamados “alacranes” con miras a las próximas elecciones, incluyendo allí lo que sucederá el 9 de enero en Barinas y las eventuales presidenciales.

Sin duda este señor es un testarudo, para no decirle que es un estúpido.

Las elecciones del 21 de noviembre demostraron que todos los sectores democráticos son necesarios para lograr un cambio en el gobierno nacional. Pues, los estigmatizados alacranes demostraron fuerza, organización y liderazgo en varios estados del país como, por ejemplo, Anzoátegui, Aragua, Lara, Táchira y otras entidades.

En muchos estados los candidatos de la MUD impidieron que los abanderados de la Alianza Democrática vencieran al oficialismo, y en otros tantos los candidatos de la Alianza obstaculizaron una victoria de la Unidad sobre el Psuv. ¿Entonces? ¿Qué no entiende el señor Guaidó?

Pareciera que en esas declaraciones habla más su ego y su odio, que su sentido común.

Es más que evidente que todos son necesarios, pues a pesar de la crisis económica el chavismo sigue manteniendo un voto duro que se impone cada vez que la oposición marcha dividida a un proceso electoral.

Guaidó no usa su cerebro sino sus vísceras. Él no comprende que no se trata de su persona o de ese mamotreto que llama “gobierno de transición”, se trata de algo que lo supera con creces, que es más importante que él y que todas sus apetencias, se trata de Venezuela.

Su negativa pudiera – además – entenderse como su mecanismo de sobrevivencia, pues un pacto con la otra oposición lo invisibilizaría políticamente; y ya su status cayó luego de las elecciones parlamentarias del 2020 y de las regionales del 2021. Sin duda, él sabe que tiene el ocaso en la espalda.

También podríamos suponer que su rechazo a la posibilidad de unión es una forma de agradecerle a Nicolás Maduro el hecho que no terminara de encarcelarlo o de mandarlo al exilio. Pues, es muy sospechoso que Guaidó siga campante por doquier sin que el Estado le ponga un dedo encima.

Si tomamos como cierto el argumento de Guaidó de que vivimos una “dictadura”, ésta sería demasiado blanda con él. Debido a que él sigue libre, ofreciendo ruedas de prensa, girando por el país, y lo hace en pleno uso de su libertad individual.

Juan Guaidó es consciente – y eso tenemos que reconocérselo – de lo que acaba de acontecer con Henry Ramos Allup, pues la medición del 21 de noviembre también fue entre las “dos AD”, y visto los resultados la AD legal e institucional – la que tiene la tarjeta – de Bernabé Gutiérrez resultó mejor parada que la de ahora exsecretario general de la tolda blanca.

Igual pasó con Julio Borges, porque su Primero Justicia quedó maltrecha. Mientras que el Primero Venezuela de José Brito y Luis Parra salieron fortalecidos y en franco crecimiento.

Esta es una de las causas de las posiciones sectarias de un Guaidó que se siente acorralado y por eso se niega a admitir que los “alacranes” se multiplicaron en toda la nación.

¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!

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