miércoles, 12 de agosto de 2020

Fuerza Uribe

 Por José Dionisio Solórzano

Cogito ergo sum-. Desde Puerto la Cruz, al oriente de Venezuela, a muchísimos kilómetros de distancia de la frontera con Colombia, quiero enviarle un mensaje de apoyo, solidaridad y empatía al expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien es hoy objeto del más terrible acoso político por parte de la izquierda neogranadina.

Uribe es un símbolo de la decencia política, un paladín de la resistencia Latinoamericana en contra del socialismo, un hombre que se las ha jugado en contra del extremismo y el terrorismo, y justamente por ello las fuerzas de izquierda pretenden pasarle factura.

Los socialistas colombianos han tenido en la mira a Álvaro Uribe Vélez, porque nunca le han perdonado, ni le perdonará, el hecho que haya sido precisamente él quien sirvió de dique de contención para evitar que la avalancha de destrucción del socialismo llegase a Colombia.

Personajes nefastos como Piedad Córdoba, Gustavo Petro y tantos otros, han construido una cofradía, al amparo del apoyo, influencia y financiamiento de Caracas, con el claro propósito de quitar del medio a Uribe.

Las fuerzas de las izquierdas al verse derrotadas militarmente durante el período de Uribe y al verse superadas electoralmente en más de una ocasión, han optan por el exterminio moral del expresidente; es por ello que emplean la Corte Suprema de Justicia de Colombia como una pistola apuntando a la sien del político más importante de las tierras colombianas.

Todo esto porque Álvaro Uribe Vélez fue un estorbo, siendo presidente de Colombia, cuando el contubernio de Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, "Lula" Da Silva, Néstor Kirchner, y otros, hacían lo que les daba la gana con Sudamérica; porque el expresidente Uribe fue un estorbo cuando haciéndole oposición a su sucesor, Juan Manuel Santos (quien traicionó los postulados que lo hicieron presidente), evitó que éste le entregara al país a la guerrilla en bandeja de plata.

Lo atacan y agreden porque fue un estorbo cuando se montó en la campaña para hacer llegar a Iván Duque al Palacio de Nariño. Por todas estas cosas, hoy se lanzan contra él cual hienas enfermas de odio y venganza.

Por ende, los demócratas del mundo, y sobre todo de Venezuela, debemos solidarizarnos con el expresidente Álvaro Uribe Vélez, ya que es lo menos que podemos hacer por un hombre que ha sido consecuente y persistente en la lucha en contra del atraso político, social y económico que significa eso que mientan el socialismo del siglo XXI.

En resumidas cuentas, lo que acontece en Colombia es una vil emboscada del mismo carácter furtivo, criminal, indecente y traidor con el cual la guerrilla ha atacado y sigue atacando a las fuerzas constitucionalistas e institucionales del Estado colombiano; de esa misma forma la izquierda colombiana amparándose en jueces sin pudor tejieron una trampa leguleya con el afán de desprestigiar a quien ha sido un baluarte de decencia y ética política.

Señor presidente Uribe, sé que millones de colombianos lo respaldan, como ha sucedido en los últimos años; además, puede usted contar con la solidaridad, aprecio, oraciones y apoyo de millones de venezolanos que reconocen en usted a un aliado de la libertad para Venezuela y de la democracia en todo el continente americano.

¡Fuerza Uribe! ¡Fuerza Presidente!

¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!

 

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