martes, 4 de junio de 2019

Esfuerzo y lucha

Por José Dionisio Solórzano

Cogito ergo sum (@jdsolorzano)-. A veces somos consumidos por el día a día, por el oleaje permanente de noticias, hechos y declaraciones, y dejamos de valorar rasgos importantes en la fisonomía política del país.

Enfilamos nuestras baterías para reprochar lo que no nos agrada de los diputados a la Asamblea Nacional (AN), en ocasiones injustamente criticamos las actuaciones del Parlamento y nos quejamos sobre los niveles de alcance de las acciones de éstos.

Lo hacemos, y no nos detenemos a pensar sobre lo mucho que han sacrificado los legisladores en este camino de liberación nacional.

Actualmente hay diputados en el exilio, otros refugiados en embajadas, varios en los calabozos del Estado y, no podemos olvidar, que hay un legislador desaparecido como es el caso de Gilber Caro.

¿Cuántas veces los diputados han sido insultados, agredidos, amenazados y vilipendiados? El número es incontable. Por ejemplo, recordemos las imágenes de diputados como Julio Borges bañado en sangre, de María Corina Machado agredida, y de tantos otros parlamentarios que han tenido que sobrevivir a batallas campales para representarnos en el Parlamento.

Cuando este tipo de cosas ocurren, inmediatamente nos vamos a las redes sociales a solidarizarnos con los diputados, pero esta emoción se esfuma con la misma rapidez con que aparece una nueva noticia.

Así mismo ocurre con los gobernadores de la oposición. Los cuatro gobiernos democráticos que persisten en las regiones en este momento, tienen que soportar el expolio de sus instituciones, las amenazas, las agresiones, la asfixia económica y presupuestaria y, a pesar de ello, algunos “radicales” siguen acusándolos de que no han hecho lo que ellos esperaban que hiciesen.

Los más cabezas calientes, reclaman por el hecho que los gobernadores y alcaldes demócratas acudieron a la Asamblea Nacional Constituyente para juramentarse, dicen que “son colaboracionistas, porque fueron a reconocer ese adefesio”, pero no se sientan a pensar que si los dirigentes opositores no hubiesen pasado por ese escollo, actualmente los espacios conquistados, por pequeños que éstos fuesen, estarían en manos del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).

Vean lo que pasó en el estado Zulia: Juan Pablo Guanipa ganó las elecciones a gobernador, en uno de los estados más emblemáticos de Venezuela, erróneamente le hizo caso a la bulla rabiosa de los extremistas y no acudió a la Constituyente, ergo, los zulianos están gobernados por uno de los cómplices de la represión, son el estado más golpeado por la crisis eléctrica, por la falta de gasolina y por diversos problemas que los azotan.

¡Conclusión! Todos los venezolanos que deseamos un cambio para Venezuela tenemos que agradecer el esfuerzo que diariamente están haciendo los diputados a la Asamblea Nacional, los gobernadores y los alcaldes demócratas.

No es fácil luchar por una causa cuando se tiene una espada de Damocles pendiendo sobre tu cuello, y es precisamente esto lo que estos guerreros democráticos hacen todos los días hasta alcanzar el cese de la usurpación y la instauración de un Gobierno de Transición Nacional.



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