martes, 18 de junio de 2019

Cóctel de incapacidad

Por José Dionisio Solórzano 


Cogito ergo sum (@jdsolorzano)-. Mientras el ministro de comunicación e información, Jorge Rodríguez, se vanagloria del efecto de su “pote de humo” en torno a un supuesto caso de corrupción a raíz de la Ayuda Humanitaria, tratando de enlodar a Juan Guaidó, la realidad que padecen los venezolanos es un completo cóctel de incapacidad.

Sí, mientras Jorge Rodríguez pretende colocar el foco de la opinión pública en el tema de la “corrupción de la Ayuda Humanitaria”, millones de venezolanos estamos sufriendo las consecuencias de la mala política y de la pésima administración de Nicolás Maduro.

La falta de capacidad gerencial, la inoperatividad técnica, la real corrupción administrativa y la politización en extremo en las instituciones del Estado, han producido que en el país vivamos en medio de la “escasez permanente”.

Ya no se trata de la ausencia de alimentos, los cuales ya se encuentran, pero a precios extraordinariamente elevados. Sino, que las actuales ausencias son de luz, gasolina, gas y agua.

Vemos con asombro como el país de la mayor reserva petrolera del mundo se quedó sin gasolina. Vemos como decenas de carros se aglutinan alrededor de las estaciones de servicios con la esperanza de poder recargar sus tanques.

Además, observamos como miles de personas sufren en colas interminables alrededor de las plantas distribuidoras de gas doméstico, para así poder adquirir una bombona y hacer la poca comida que poseen.

Sí, el país petrolero por excelencia se quedó sin gasolina y sin gas. Aquí en Anzoátegui tenemos una ciudad que es considerada el “corazón gasífero de Venezuela”, y a pesar de ello, este recurso escasea por todos los rincones de la entidad.

Amén de todo esto, no podemos dejar de mencionar que la crisis eléctrica no ha cesado. Por el contrario, los apagones siguen su marcha indetenible, por ejemplo antes de venir a la oficina viví el primer apagón del día en mi casa.

Sin gasolina, sin gas, sin luz, ni tampoco agua. El sistema es tan atroz que los venezolanos parecemos camellos debido al mal servicio en el suministro de agua potable en toda la nación.

Así como somos el país con la mayor reserva petrolera del mundo, somos uno de los primeras naciones con la mayor reserva de agua dulce subterránea, y esto no ha impedido que los socialistas nos pongan a cargar tobos de agua y a comprar cisternas, las cuales están cada vez más cara, a tal punto que se debe comprar agua pagando en divisas, como diría mi abuelita “fin de mundo”.

Este panorama es el resultado de un régimen que aniquiló la calidad de vida de los venezolanos, que pulverizó las herramientas de progreso y creó una nación de necesitados.

Y justamente este cóctel de ineptitud e incapacidad, es lo que quieren ocultar, con sus mentiras y sus guerras psicológicas, los esbirros comunicacionales de la usurpación.

Jorge Rodríguez busca tapar el sol con un dedo, al crear un “fantasma” para que los venezolanos nos olvidemos de la falta de combustible, de la ausencia de gas doméstico, de las fallas de luz y de la inconsistencia o ausencia total del suministro de agua.

¿Será que caeremos en la jugada del régimen? Dios quiera que no, y sigamos firme en la ruta trazada por Juan Guaidó.



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