jueves, 7 de julio de 2016

Culpa de…

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Y dijo: “eso es culpa de los adecos y de los copeyanos”. Varios de los presentes se voltearon a mirar las caras.

El hombre aún con el entendimiento algo nublado, después de unas 200 horas de ver y escuchar a Mario Silva por Venezolana de Televisión, siguió diciendo: “Ramos Allup es quien tiene la comida escondida”.

Uno de los presentantes tuvo que contener la risa, otro se enrojecía del malestar que le producía la cháchara el militante oficialista.

Con claros signos de desnutrición, gracias a la dieta de Nicolás Maduro, el “leal cooperante” no cesaba en su discurso.

“Es que Leopoldo, Capriles, María Corina, Ramos Allúp, junto con la Polar son los responsable de la Guerra Económica”…

Ya varios de los primeros que escuchan los argumentos del orador de esquina, y se reían de sus aseveraciones, iban arrugando el rostro.

No obstante, proseguía el silencio del 90% de los presentes. Solo un borrachito se atrevía a decir “Si se meten con mi botellita, allí si es que dejo de votar por la revolución”.

El defensor del “proceso” no desmayaba en su defensa. Decía que “esto es culpa de Carlos Andrés y de Caldera”.

Justamente allí fue cuando la paciencia de los presentes se colmó.

Un avejentado hombre, de canas en el cabello, bigote grisáceo y arrugas en la sien, respondió que: “Carlos Andrés es culpable de qué, Caldera es culpable de qué, Lusinchi es culpable de qué”.

Así iba refiriéndose a los viejos y nuevos dirigentes democráticos del país, hasta que aseguró que “Los viejos presidentes ya murieron, con sus virtudes y defectos, y ninguno de ellos es responsable de esto”.

Paró por un instante, como tomando fuerzas para continuar, y apuntó certeramente: “si uno de los muertos es culpable de algo, es Chávez que fue el padre de la criatura”.

El oficialista intentaba responder, pero el impulso de su interlocutor era imparable, tal vez aupado por los aplausos, gritos y comentarios de todos los presentantes.

“La culpa es de Chávez. La culpa es de Maduro”, repetía y repetía.

Dijo que acusar a hombres fallecidos y que tienen más de 20 años fuera del poder es una forma absurda de escurrir el bulto.

“La culpa es de un modelo que fracasó, es de una política que despilfarró y esfumó miles de millones de dólares”, aseveró.

Más gente se agrupaba e iniciaba un aguacero de expresiones como “culpables del hambre”, “culpables de la escasez” “culpables por la inflación”.

Casi corriendo el “camarada cooperante” huyó con la cabeza cabizbaja, mientras del fondo del sentimiento popular surgía un clamor social: “Pa’ los culpable, revocatorio y más na’”.

Y, todos continuaron con su día. Unos se fueron a trabajar, otros a hacer colas. Cada quien a lo suyo y el grupo se fue dispersando, no obstante el deseo de cambio se mantiene firme y vivo en el corazón de esa mayoría que responsabiliza a Maduro de la crisis económica y política que vive Venezuela.  


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