miércoles, 12 de febrero de 2014

12F: Rebelión juvenil

Cogito ergo sum-. Sus rostros eran jóvenes así como sus sueños e ilusiones. ¡Tan parecidos los de ayer, los de hoy, como los de todos los tiempos! Sí, era la muchachada tricolor que vive y siempre vivirá.

Aquél 12 de febrero de 1814 salieron a combatir al más terrible de los tiranos, él era el desorden, la prédica del caos hecha cuerpo y sangre. Lucharon contra José Tomás Boves y sus forajidos.

Si hubieran apostado, todos, simplemente TODOS, hubiesen apoyado a aquel sátrapa de orilla, que su sólo nombre hacía poner al más guapo la piel de gallina. Y así todos hubieran perdido sus monedas, porque aquí, igual que en la Biblia, David venció a Goliat.

El General José Félix Ribas conociendo la apremiante situación que lo rodeaba, y entendiendo que sus escasas tropas por sí solas no podían hacerle frente al ejército realista ordenó el enrolamiento de todos los estudiantes de la ciudad de la Victoria, y aquellos adolescentes, algunos de pantalón corto con disposición y honor levantaron las banderas de la libertad.

Alrededor de mil jóvenes, armados especialmente con su fe y determinación, salieron a batallar. Cerca de 85 estudiantes del Seminario de Santa Rosa de Lima se echaron a la ataque con devoción por lo justo.

Palabras más, palabras menos, luego de una jornada entera de forcejeos entre los mozalbetes patriotas y los asesinos realistas, los primeros resistieron con valentía y cuando el ocaso llegó, y luego de recibir el apoyo de 220 jinetes a las órdenes de Vicente Campo Elías, hicieron retroceder al “urogallo”.

Ese mismo espíritu de mucha y de esperanza. Esa sensación de vencer obstáculos y de avanzar rumbo al mañana es lo que nos permite hoy  seguir adelante; a inicios del siglo pasado otras generaciones la del 28 y 36, se impusieron a modelos de represión y por sus esfuerzos nació la democracia.

¡Entonces! No podemos negar nuestra estirpe de guerreros. La generación de quien escribe, esa que aún no llega a los 30 años o que no supera los 35, estuvo batallando duramente, en aquellos días en que decir que no se era “chavista” era un pecado casi mortal.

Nosotros, éramos pocos y sin embargo protagonizamos una reyerta histórica que mantuvo viva la esperanza en el mañana. Éramos minúsculos en número y sin duda alguna unos gigantes en la fe y en los pensamientos de amor hacia la nación; luego vino el Movimiento Estudiantil que marcó un hito en nuestra lucha contra el socialismo hambreador.

Todos, absolutamente todos, hemos sido importantes y lo seguiremos siendo.

Al momento de redactar estas líneas veo, siento, palpo a esa juventud que sale de la Universidad de Oriente, de la Universidad Santa María, de la Gran Mariscal de Ayacucho, del Santiago Mariño, aquí en Puerto La Cruz, a protestar por la Venezuela que ellos merecen y por la cual están dispuestos a guerrear.

Observamos como el país nacional se vuelca a las calles a manifestar su inconformidad…

Este 12 de Febrero, Día de la Juventud, día de José Félix Ribas y de sus valientes jóvenes, día de la muchachada tricolor que está hoy más activa que nunca, en la calle batallando, soñando y creando futuro, se demostró que no hay nada, ni nadie que paralice a la juventud venezolana.

La unidad en la calle es con sabor popular, juvenil y cada vez más masivo.

PD: Hagan silencio absoluto… Escuchen, ¡Sí, escuchen!... ¡Lo escuchan! Eso que suena son los dientes de Maduro que tiritan del miedo.  


Twitter: @jdsolorzano 

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