miércoles, 10 de abril de 2013

La Venezuela que sueño


Cogito ergo sum-. Faltan menos de 5 días para la jornada electoral que se vivirá el 14 de Abril, las cartas están prácticamente en la mesa y las apuestas están cubiertas, solo resta que el pueblo venezolano salga a votar y decida, como expresión soberana de su voluntad, quien será la persona seleccionada para culminar el período de gobierno 2013-2019 que dejó íntegramente inconcluso el ex Presidente Chávez.
La nación necesita salir de esta zozobra social y política en la cual está sumergida; hay dos opciones, para solo referirnos a las que poseen mayores probabilidades, y esas alternativas enfilan sus planteamientos a horizontes muy distintos, seremos nosotros los que digamos a través del sufragio cual de ambas es la mejor para enrumbar a Venezuela durante los próximos 6 años.
Ya falta muy poco tiempo, casi llega la hora de decidir, la república espera inerte lo que nosotros resolvamos en lo más profundo de nuestras almas, la nación hablará nuevamente y su voz debe ser respetada y acatada, los factores que convergen en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) han aseverado hasta el cansancio que defenderán cada voto, mientras que los integrantes del Polo Patriótico manifiestan lo mismo, ¡sólo faltas tú y tu elección!
Pero pase lo que pase (o lo ya ocurrido) debe ser para el bienestar de nuestra gente, el pueblo no aguanta más intolerancias y odios entre hermanos, debemos emprender el camino hacia una Venezuela de todos y para todos, la justicia social y el bien común deben ser los fines que muevan al gobierno de turno, sea del partido que sea y dirigida por cualquiera de los venezolanos.
Siempre he tenido un sueño, desde que he tenido consciencia política, siempre he anhelado una Venezuela de pujante crecimiento socio-económico, desde que tenía 14 años, y empecé a simpatizar y militar en Copei, defendí y defiendo los valores de una humanismo social entendido como el motor del bienestar colectivo e individual, creí que era, y creo que es, esta filosofía el norte para la lucha por una Venezuela mejor, más digna, única, fraternal e invencible.
He soñado con que nuestra patria retorne a ser el bastión más sólido de democracia de América Latina, sueño con que nuestra nación se levante como la panacea de las libertades sociales de este continente, por ende, hoy levanto las banderas de un nacionalismo verdadero, reunificador de nuestra gran república, enaltecedor de nuestros valores más sagrados y ente reivindicador de la venezolanidad en toda su extensión. ¡Sí se puede, y sé que haremos lo imposible posible!
Yo decidí mi voto, sé por quien votar, pero por razones del desconocimiento de la fecha de publicación de este artículo y para evitar cualquier violación de las normas electorales no diré su nombre aunque para quienes me conocen la respuesta saltará a su mente en cuestión de segundos, lo que sí mencionaré es la urgencia social, política y ciudadana de que todo el pueblo escoja el futuro que merece nuestra nación.
Es el momento para hacer realidad los sueños, es la hora de edificar realidades y de construir ladrillo a ladrillo esa Venezuela que soñamos, que anhelamos, que extrañamos, pero que por encima de todo necesitamos, porque aquí los de un bando y los del otro ya están cansados de tanta diatriba y de peleas inútiles que no le han traído nada bueno a la inmensa mayoría de los venezolanos que aún están sumergidos en el lodazal del abandono y de las necesidades sociales.
Es el momento de hablar, de hacerlo mediante el voto, quedarnos en nuestras casas es traicionar la democracia, es darle la espalda al futuro, es golpear a Venezuela, pero sobre todo abstenerse de votar es manifestarnos enemigos del futuro y de nuestra propia venezolanidad. 

No hay comentarios: