miércoles, 23 de enero de 2013

La Derecha (II Parte)


Cogito ergo sum-. Desde la semana pasada he dedicado este espacio para aclarar un poco el término político-ideológico de la “Derecha” que ha sido utilizado por los actuales representantes del Gobierno Nacional como una especie simbolismo negativo para “estigmatizar” a todos los representantes de la oposición democrática.
Ya explicado, en la entrega anterior, que no todos los partidos políticos que integran la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) son de “Derecha” y que dentro de esta visión política-social de gobierno existen disensos en las diferentes confecciones doctrinarias de este segmento del mapa ideológico universal,  ante todo esto,  quisiera dedicar estas líneas a la defensa histórica y socio-económica de las administraciones derechistas y además de mencionar el real carácter nacionalista de esta expresión política.
Mientras los regímenes de izquierda centran su actuación y propuestas en un populismo desacerbado, el internacionalismo entreguista y la filosofía de la igualdad mal entendida, las organizaciones de la Derecha ofertan con criterio más responsable una visión de crecimiento social, humano, económico e inclusive espiritual basado, en algunos casos, en la hegemonía del Estado como soporte esencial para el desarrollo integral del eje de la sociedad como es: El ser humano.
Económicamente las administraciones con inclinaciones derechistas y nacionalistas han demostrado avances importantes, han garantizado en muchos casos la verdadera libertad ciudadana no entendida como un derecho sino como un deber de los pueblos. Han sido los gobiernos de la Derecha quienes han enfilado al desarrollo económico de sus diferentes naciones.
En el aspecto social, basado en el papel fundamental de la familia, la Derecha ha demostrado una intencionalidad efectiva que ha permitido el bien común a través de un concepto plural, dinámico, y humano del rol que juega cada ciudadano en la construcción de un república sana, pujante y que le brinde a la sociedad un canal adecuado y digno para el buen vivir.
Mientras la izquierda heredera de los bolcheviques rusos nos presenta la igualdad como esencia básica y superior a la libre determinación del hombre, las manifestaciones del socioliberalismo, el nacionalismo, el patriotismo, y el mismísimo liberalismo han marcado distancia de este tópico y han elevado la creencia de la libertad dentro del Estado (salvo los neoliberales) como la única vía para que los integrantes de los pueblos puedan crecer en plena facultades de sus capacidades y esfuerzos, siempre bajo la tutela conciliadora, y unificadora del Estado.
Sobre el campo del nacionalismo podemos decir que la intención del Ejecutivo nacional ha sido la de intentar endilgarle a los derechistas el mote de “apátridas”, es bueno recordar que el uso de esta terminología en el campo político fue empleada por los movimientos de extrema Derecha para calificar y ponderar las actitudes “blandas” y entreguistas que ha caracterizado siempre a la izquierda internacional, por lo tanto la acusación es risible y hasta ofensiva para la inteligencia de nuestro pueblo.
Los más firmes defensores del concepto de “lo nacional” ha sido la Derecha, en muchas ocasiones, y es prudente decirlo, han llegado a posiciones extremas que rayan en el chauvinismo grosero, pero tratar de referirse a los derechistas como “apátridas” o “anti- nacionales” es como negar los orígenes de la izquierda y su idea de la unidad global de una clase social por encima de todas las demás en procura de un poder supranacional.
La Derecha siempre ha sido el pensamiento político que subsana las grades tragedias económicas y sociales que brotan de la izquierda y su extremo político, la Derecha con los errores que posee, como todo en este mundo porque sólo Dios es perfecto, ha sido el sistema como lo dijo el Libertador Simón Bolívar que “garantiza la mayor suma de felicidad posible”.
(Próximamente hablaremos el pensamiento conservador y derechista del Padre de la Patria,  Simón Bolívar). 

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