lunes, 13 de junio de 2011

Un proyecto de país

Podemos criticar y menospreciar la visión política que poseen quienes creen en el llamado socialismo del siglo XXI, o el comunismo a la usanza de Stalin o Tito Broz, pero lo cierto es que quienes creen en la “dictadura del proletariado” posee un norte de acción política. Entonces me pregunto para ¿dónde va la Mesa de la Unidad Democrática?
Nos ufanamos en afirmar que en nuestra diversidad subsiste el espíritu de democratización y pluralismo, nada más cercano a la verdad absoluta, pero más allá de auto aplaudirnos nuestra capacidad de tolerancia mutua, debemos estrechar esfuerzos en procura de redactar un plan o programa de gobierno que esté palpitando en las necesidades del pueblo y en las exigencias de la sociedad y tiempo actual.
Necesitamos un proyecto de país. Afirmar con necedad que nuestro plan está escrito en la Constitución Nacional, es caer en el más lamentable de los simplismos, es no mirar más allá de donde se proyecta nuestras sombras. El país entero necesita un mapa, que le aclaremos hacia donde marchará el país luego de la salida de Hugo Chávez, pautada para las elecciones del 2012.
El silencio en esta materia, la incertidumbre del horizonte del país, sólo beneficia las pretensiones de Chávez de continuar sentado en el Palacio de Miraflores. Existe un grupo importante de venezolanos que no están de acuerdo ni conforme con el desempeño de la actual administración, pero no obstante necesitan que le digamos cual es la propuesta de gobierno que se encarna desde la oposición, para motivarse a aupar a este lado de la balanza. Si esos venezolanos encuentran sólo críticas y no soluciones a los problemas de la nación, seguirán votando por el que les habla y le crea ilusiones aunque estás sean de “cartón”.
Como demócrata cristiano tengo creencias e ideales enmarcados en la doctrina donde he militado y defendido, así existen muchos que han profesado y argumentado a favor de otras teorías políticas, como la democracia social, el socialismo, liberalismo, socialdemocracia, entre otros, en esta divergente visión doctrinaria se esconde la visión más global e integral para desarrollar un programa de acción de rescate nacional que de por concluida la oscura etapa que nos ha tocado desandar en los últimos 12 años.
A Venezuela le urge un plan de acción, una visión colectiva de conducción y progreso, donde todas las áreas sean atendidas, desde la petrolera, pasando por la industrialización, la economía en todas sus escalas, la agricultura, la seguridad social, el empleo, la seguridad, el orden, este país no aguanta un fracaso más, tenemos que salvar a nuestra patria de una debacle peor que la que estamos viviendo. Pero esto sólo se logra con una coherencia de acción y de convicción.
@jdsolorzano/ solorzano.dj@gmail.com

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