Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. Al arribo
de Hugo Chávez al poder y el inicio de sus desmanes hegemónicos, a través de la
Asamblea Nacional Constituyente y todas las acciones que llevó acabo, el
expresidente de la república, Luis Herrera Campins, con una atinada visión
recomendó a los venezolanos que: “compren alpargata que lo que viene es
joropo”.
Y fue acertada la
recomendación del expresidente Herrera. Los venezolanos hemos bailado joropo
desde el inicio que esto que suelen llamar revolución.
Desde 1999 hasta la
actualidad la democracia se ha esfumado, un sistema totalitario fue dando paso
a una autocracia con vicios de eternización en el poder.
La violación de los
Derechos Humanos, el encarcelamiento de disidentes, el irrespeto a la
institucionalidad, todo se mezcló en un cóctel de tiranía que hoy pasamos cual
el poema de “Trago Amargo” de Andrés Eloy Blanco.
Y es que, los
venezolanos tenemos que volvernos a poner las alpargatas en este 2017.
Lo que se vislumbra no
es para nada agradable. La crisis económica nacional se agudizará, enero será
un mes caótico para la inmensa mayoría de los venezolanos.
En las postrimerías del
2016 hemos podido evidenciar el cierre de más de una empresa y de un comercio
debido a la catástrofe económica que padecemos en la nación.
Y lo que viene es aún
peor. La devaluación sigue su camino a pasos agigantados; la escasez de alimentos y medicamentos será
aún más aguda.
La esperanza del régimen
sólo se centra en el aumento de los precios del petróleo, y sí tarde o temprano
este incremento de precios del crudo llegará, pero no será suficiente.
El déficit
presupuestario es enorme, las erráticas medidas económicas, políticas y
sociales que sigue impulsando el régimen imposibilitan una mejoría sustancial en
la vida cotidiana de los venezolanos.
Frente a esto,
recordamos al expresidente Luis Herrera Campins y decimos que todo tenemos que
comprar alpargatas porque el joropo que viene va ser templado y bien recio.
El hambre no se
terminará sino que se expandirá. La carencia de medicinas y tratamientos
médicos será terrible y las consecuencias impronunciables.
La única vía para
solventar la crisis económica que sufrimos es a través de la instauración de un
nuevo gobierno que permita la liberación del mercado, sincerar el sistema
cambiario, respetar la inversión privada nacional e internacional y que facilite
la entrada de Venezuela al siglo XXI.
El primer trimestre del
2017 será muy duro para la sociedad venezolana. El desempleo crecerá y ni
siquiera la economía informal tapará el agujero creado.
El gobierno mismo estará
pendiendo de un hilo, la posibilidad de una explosión social crecerá en la
medida que la situación empeore y se profundice, dejando un rastro de
frustración, decepción y desespero social.
Las alpargatas no sólo
serán para el pueblo, sino para los enchufados que estarán temblando de pánico
en la cúspide de su poder.
Lo que se augura para el
país no es fácil, y por esto la unidad de los demócratas debe estar blindada,
la rectificación de los errores asumida y la lucha repotenciada, porque este
año que nace tiene que ser el año del cambio para Venezuela.