El candidato de Primero Justicia, el señor Henrique Capriles, no debió presentarse como una opción presidencial dentro de su partido pues sobre él reposa una inhabilitación impuesta por la Contraloría General de la República que lo imposibilita para postularse a la Presidencia de la República.
Capriles debió mostrar mayor grandeza política y colocarse a un lado y dejar que Guanipa u Ocariz tomasen el testigo de su organización y los representaran en las primarias pautadas para el 22 de Octubre.
Sin embargo, el exgobernador de Miranda optó por el camino contrario. Ahora, su candidatura encarna un falsa esperanza, pues de ser elegido candidato de la Plataforma Unitaria no podrá inscribir su candidatura ante el CNE dejando a esa parte de la oposición en medio de una disyuntiva.
¿Qué hacer en ese posible escenario? A la Plataforma solo le quedarían dos caminos si Capriles es elegido candidato y no le acepten la inscripción para las presidenciales, y esas opciones son las siguientes:
1. “Botan tierrita y no juegan más”, es decir, vuelven a cometer el error de llamar a la abstención con la falsa tesis de causar una supuesta ilegitimidad del proceso. El error cometido para las legislativas del 2005 y de las presidenciales del 2018.
2. Siguen adelante y en vez de presentar oficialmente la candidatura de Capriles, deciden presentar a quien resulte de segundo, en ese hipotético escenario.
Sencillamente, todo este probable episodio se hubiese evitado si Capriles se hubiera quedado tranquilo y apoya a otro candidato dentro de su propio partido.
Ahora, la pregunta ¿Por qué Capriles se lanzó sabiendo que está inhabilitado? La respuesta rápida es por ambición, aunque hay otros factores que, presumo, debieron pesar en la toma de decisión.
En una contienda electoral donde todas las encuestas ubican a María Corina Machado como la principal opción dentro de la Plataforma Unitaria, y colocan con buenos números a Benjamín Rausseo (Er Conde del Guácharo), a Capriles no le quedó otra alternativa que ser él el candidato de Primero Justicia, pues es quien pudiera representar alguna opción frente a María Corina y Benjamín.
Ahora bien, Capriles debe hablarle con la verdad a sus seguidores; no puede ocultarle el hecho de su inhabilitación y mucho menos justificarse con argumentos vacíos o eufemismos, pues le haría un flaco favor a ese sector de la oposición.
El aspirante por Primero Justicia – quien ya fue candidato presidencial en dos ocasiones – tuvo su oportunidad de guiar a la oposición y no pudo lograr el objetivo, igual con el caso de Juan Guaidó, quien también guió a la oposición y no llegó a nada concreto.
Y, sobre Capriles, debemos recordar – y más ahora que está en boga el tema de la corrupción – que él fue salpicado por el escandaloso caso de Odebrecht, ya que su nombre fue mencionado como posible beneficiario de presuntos sobornos.
Mi consejo a quienes vayan a participar, en calidad de electores, en las primarias es que piensen bien como vayan a votar, pues elegir a Capriles es como echar el voto en saco roto.
¡Para mí el guarapo dulce, el café amargo y el chocolate espeso!
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