Por José Dionisio Solórzano
Cogito ergo sum-. ¡Bolivariano Sí, Socialista No! No se puede ser
bolivariano y socialista al mismo tiempo, esta es la mayor estafa de
pensamiento que se hizo en el marco de la oferta política de aquellos que vienen
desgobernando a Venezuela en las últimas dos décadas.
El bolivarianismo es la antítesis
del socialismo, y esto lo sabía muy bien Karl Marx, el padre del Socialismo
Científico, y mentor filosófico de todos los comunistas y socialistas del
mundo. Marx lo dijo en una carta a su amigo y coautor del Manifiesto Comunista,
Federick Engels, fechada el 14 de febrero de 1858.
Cito: “La fuerza creadora de los
mitos, característica de la fantasía popular, en todas las épocas ha probado su
eficacia inventando grandes hombres. El ejemplo más notable de este tipo es,
sin duda, el de Simón Bolívar”.
Y más adelante agregaría sobre el
Libertador Simón Bolívar lo siguiente: “es el canalla más cobarde, brutal y
miserable. Bolívar es un verdadero Soulouque”.
¡Bolivariano Si, Socialista No! Y
la cosa no termina en una simple misiva entre amigos, en 1857 Charles Dana,
director del New York Daily Tribune, le solicitó a Marx y a Engels un grupo de
biografías para incorporarlas en la New American Cyclopaedia.
A la sazón le tocó la figura de
Bolívar a Marx y la retahíla de agravios, insultos y epítetos, además de datos
inexactos y prejuicioso, que éste empleo mereció el repudio del editor y la no
publicación del agresivo y ofensivo texto que el “padre de los socialistas”
había exteriorizado cargado de odio y desprecios contra el mayor americano de
todos los tiempos.
En la biografía que Marx redactó
sobre Bolívar, lo llamaba sin cesar “cobarde y traidor” a tal punto que lo
calificó como el “Napoleón de las retiradas”. Marx aseveraba que Bolívar había
entregado sin luchar la plaza militar de Puerto Cabello, dijo que la toma de
Santa Marta fue una “hazaña cruel” porque la ciudad había capitulado.
¡Bolivariano Sí, Socialista No! Marx
en aquel tratado de infamia y mentiras, dijo que Bolívar había dejado a su
suerte al General Arismendi en la isla de Margarita, al General Freites en la
Casa de la Misericordia en Barcelona.
Dice Marx que las conquistas de
Nueva Granada, Quito, Perú y Bolivia fueron gracias a la fuerzas británicas y
que, sin bastarle los improperios ya esbozados por su fatídica pluma, dice que
Bolívar “dio curso a las tendencias despóticas de Sucre”.
¡Bolivariano Sí, Socialista No!
No es comprensible como algunos tratan de ignorar el divorcio histórico entre
el marxismo y el bolivarianismo; cómo algunos tratan de unir lo que es, por
esencia, incompatible.
¡Bolivariano Sí, Socialista No!
Además, ser bolivariano significa tener un altísimo sentimiento de patriotismo
real y no ficticio, como los socialistas que hablan de la “patria” mientras se
la venden a cubanos, rusos o chinos.
Ser bolivariano significa es
tener un elevadísimo sentido de la ética pública, a tal punto que el Libertador
mandó al paredón a los corruptos, cosa diametralmente opuesta a la pléyade de
sinvergüenzas, trúhanes y pillos que alzan el puño izquierdo luciendo una
camiseta del “Che” Guevara.
Por todo lo expuesto, lo digo con
todo compromiso y certeza: ¡Bolivariano Sí, Socialista No!
¡Para mí, el guarapo dulce, el
café amargo y el chocolate espeso!
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