Cogito ergo sum-. El medio de comunicación PanAm Post publicó un
reportaje donde intentaba unir supuestos cabos sueltos sobre presuntos nexos
económicos entre la familia de Henry Ramos Allup y el régimen de Nicolás
Maduro, aunque como comunicador social creo en el periodismo de investigación,
como profesor de Edición y Estilo como de Teoría de la Comunicación que fui, y
en el fondo sigo siendo, tengo que expresar mi rechazo a este trabajo hecho
público en los últimos días.
Aunque es cierto que los tiempos
periodísticos no tienen nada que ver con los tiempos políticos, es curioso
repasar los trabajos de investigación de este medio de comunicación, que por lo
general buscan lacerar la imagen de los diferentes dirigentes democráticos del
país.
No es la primera vez que PanAm Post
lanza sus dardos contra Acción Democrática, ni es la primera vez que este medio
se enfoca en supuestas debilidades de los máximos representantes de los
partidos políticos de la oposición.
Si analizamos los mensajes
ocultos, en la mayoría de sus reportajes, nos encontramos con una descarada
intencionalidad de crear zozobra, división, y enemistad entre los dirigentes de
la oposición democrática. Y, ¿por qué lo hacen? Esta pregunta la deberían
responder ellos, aunque me atreveré a dar mis observaciones y opiniones al
respecto.
La comunicación posee diferentes
etapas de impacto psicológico, por ende, cuando estructuramos mensajes estos
poseen básicamente tres niveles de significado: Directo, entorno y profundo.
Cuando entendemos esto, podemos
definir la intencionalidad del mensaje y las dimensiones de éste. PanAm Post de
forma abierta busca insistentemente promover una fractura política entre los
demócratas y, sobre todo, pretende crear miedos e incertidumbre en la opinión
pública.
¿Cuál es el estímulo que
aparentemente buscan? Bueno, la respuesta deseada en función al estímulo
aplicado es que sus lectores de inclinación opositora digan: “Estamos perdidos,
no podemos confiar en nadie”, produciendo apatía en el seno de aquellos que
rivalizan y/o se oponen a lo que representa el actual régimen venezolano.
La desmovilización y la
desesperanza son los sentimientos que procuran obtener como feedback en este
proceso de comunicación, que está bien pensado, articulado, aunque con un
ligero error de cálculo en la ejecución.
¿Cuál ha sido ese error? La
repetición de la estrategia, la insistencia en que PanAm Post genera
reportajes, crónica y demás, sobre la dirigencia política presentándola bajo un
cristal permanentemente negativo, nos hace llegar a la conclusión que su línea
editorial está claramente enfocada en atacar a los demócratas de Venezuela, a
pesar que se presenta con un barniz de independencia e idílica objetividad.
PanAm Post me hace recordar al
programa “Agárrate” que trasmite por su canal de Youtube la avezada periodista
Patricia Poleo, quien a pesar de su verborrea antimadurista, constantemente
lanza sus dardos contra partidos y dirigentes democráticos dentro de la nación.
Si estuviera en clase de Teoría
de Comunicación les enviaría a mis alumnos a analizar en profundidad las ideas,
conceptos y premisas esbozadas en los trabajos de investigación de PanAm Post;
mientras que al resto de la humanidad les recomendaría no volver a leer ese
medio de comunicación.
¡Para mí, el guarapo dulce, el
café amargo y el chocolate espeso!