Cogito ergo sum-. La dolarización de Venezuela no es una idea ni
una sensación, ni siquiera puede ser esbozada como una propuesta económica,
sino que es un hecho tangible en toda la geografía nacional.
En Venezuela circula el dólar
como una moneda de circulación nacional, las operaciones de compra y venta se
efectúan en divisas. Las plataformas que indican la fluctuación cambiaria se
han convertido en los portales más visitados en la nación.
Hasta en los mercados
municipales, para comprar verduras, vemos el fenómeno de la dolarización de la
economía. El General Washington reemplazó al General Bolívar como la figura de
mayor circulación en los billetes que pasan de mano en mano.
El intercambio de divisas por
bienes y servicios es una situación real, palpable. Y lo que se comercializa en
bolívares se hace basándonos en el valor del día del dólar. Sin duda, no hay
salida, la dolarización de la economía es un hecho cierto.
Ante la presión de los hechos,
cada vez más profesionales en todo el país están revalorizando sus servicios y
actualizando sus tarifas, nadie puede, ni quiere quedarse atrás.
Vivir en bolívares es una
ilusión, vivir a base a los dólares es lo que está mandando. ¿Quién lo puede
negar?
Repuestos para los vehículos,
medicamentos, inmuebles, hasta los alimentos se cotizan en moneda extranjera.
Nicolás Maduro por más que cacaree sobre los yuanes chinos o los euros, los
venezolanos persiguen por donde quiera a las llamadas “lechugas”.
Ni hablar del fiasco de las
criptomonedas rojas, rojitas. Nadie comercializa con el denominado Petro,
quienes usan este tipo de monedas virtuales para sus intercambios y negocios lo
hacen con las más famosas como son por ejemplo: Bitcoin, Ethereum, Ripple, entre tantas otras.
La economía nacional está en
manos de los dólares; esta es una verdad que tienen que tener muy en claro
quienes están llamados a conducir la transición nacional.
La crisis venezolana es profunda
y con muchas vertientes, la económica es una de las más agudas. Se debe sincerar
la verdad de las finanzas nacionales, se debe repotenciar el aparato económico,
y si se va a dolarizar que se haga por completo.
Sí, que los sueldos y salarios
estén en dólares. Que existan tablas para ponderar el valor real de los
productos y servicios en el mercado; detener la especulación que sí existe y sí
afecta a todos los niveles económicos de la nación, y desarrollar un plan de
rescate nacional.
Esto es necesario, debido a que
la distorsión económica venezolana es tal que empezamos a generar una inflación
forzosa del dólar. Sí, los venezolanos incrementamos el valor de los productos
en servicios, ya ofertados en dólares, como si se tratara de bolívares.
Se llegó al punto que hay
personas que no aceptan el billete de $ 1
, como si se tratara del cono monetario nacional al cual lo vilipendiamos cada
vez que queremos y dejamos de aceptar billetes de diversas denominaciones como
si cada quien fuese el Banco Central de Venezuela.
¡Es increíble! Los disparates
económicos y el comportamiento económico del venezolano son tan alocados, que
el dólar en Venezuela está inflacionado y ya vetamos parte del Cono que surge
de la Reversa Federal de los Estados Unidos. Qué cosas no…
¡Para mí, el guarapo dulce, el café
amargo y el chocolate espeso!
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