José Dionisio Solórzano / @jdionisioss
Cogito ergo sum-. He leído en las Redes Sociales, en páginas web, y
hasta en grupos de Whatsaap, he escuchado por la radio y visto por televisión,
a más de uno lanzando sus ráfagas de críticas en contra de Juan Guaidó y del
proceso que éste inició hace seis meses atrás.
En lo personal, me parece
inaudito que existan personas que se hagan llamar opositores y le ofrezcan en
bandeja de plata una grandiosa ayuda a aquellos que aún se sostienen en el
poder.
Los venezolanos, los que queremos
la libertad de Venezuela, no podemos perder el tiempo en críticas internas, en
jaleo innecesario y en diatribas estériles. Tenemos que dar un paso al frente,
debemos hacerlo, por el bien de nuestra nación.
Califico, de acuerdo a mi
criterio personalísimo, como injustas las críticas que se emanaron en contra de
la imagen de Juan Guaidó recorriendo los estados de Venezuela. Él está haciendo
un arduo esfuerzo, a sabiendas que sobre él pende la espada filosa de la opresión
venezolana.
A través de estas líneas quisiera
enviarles un mensaje a todos los demócratas de Venezuela. No importa si son socialdemócratas
o socialcristianos, nacionalistas o liberales, todos tenemos que construir una
gran convergencia nacional, que nos brinde la fortaleza necesaria para derrotar
la represión y el oscurantismo en el cual estamos sumergidos en la actualidad.
Ya basta de pelear entre
nosotros, todos tenemos la oportunidad de crecer y lograr el objetivo del Cese
de la Usurpación y la instauración de un Gobierno de Transición Nacional. Todos
tenemos que unirnos, más allá de nuestras diferencias, para alcanzar un bien
superior.
Sí, he sido un duro crítico de los
diálogos, sin embargo sería necio y una torpeza de mi parte no entender la
necesidad de las conversaciones. Hasta en tiempos de guerra, las partes se
sientan a dialogar, esto no implica que ninguna paralice el avance de sus respectivas
estrategias.
¡Señores! Juan Guaidó no es el
enemigo, por el contrario su figura nos despertó las esperanzas de lucha. ¡Señores!
Acción Democrática tampoco es el enemigo, ni Copei, ni Primero Justicia, Ni
Voluntad Popular. Tampoco María Corina Machado, ni ningún otro dirigente de la
oposición democrática del país, no.
Claro que existen divergencias. Claro
que existen visiones de país totalmente diferentes, esto era de esperarse, ¿quién
pensó que la Unidad era sinónimo del entierro de los principios y creencias de
cada quién? Si alguien lo hizo, estaba meando fuera del perol, como decimos en
mi pueblo.
No obstante, por encima de esta
realidad, todos tenemos que unir esfuerzos. Luego de restituida la democracia
en Venezuela, cada quien volverá a su trinchera política, cada quien defenderá
sus ideales y concepciones de sociedad, pero solo cuando los riesgos de la
tiranía hayan cesado por completo.
No perdamos más el tiempo
peleando entre nosotros mismos; recordemos al Libertador Simón Bolívar, quien
dijo: “Unión, unión… o la anarquía os los devorará”.
¡Para mí, el guarapo dulce, el café
amargo y el chocolate espeso!
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