Rincón del Gurú-. Para
nadie es un secreto lo que está sucediendo en Venezuela. Existe dos gobiernos
uno en ejercicio, calificado como de usurpador, y otro nacido de la Asamblea
Nacional, órgano parlamentario del país, y avalado por los Estados Unidos, la
Organización de Estados Americanos y por parte de la Unión Europea.
No obstante, no disertaremos en
esta oportunidad sobre la realidad política del país sino que abordaremos muy
particularmente el último incidente en aquella nación, que se trató de una
falla eléctrica que dejó a gran parte del país sin servicio de energía por de
tres días.
Primeramente, el gobierno de
Nicolás Maduro a través de sus distintos voceros fue raudo en afirmar que el
problema eléctrico se ocasionó por un “saboteo” en la planta generadora de
electricidad ubicada en el Guri. Un discurso aceptable, si ya no estuviese tan
trillado en aquel escenario político.
Desde el oficialista aseveraron
que la falla fue un saboteo ordenado por el “imperialismo yanqui”, para no
olvidarse de la jerga histórica de la izquierda, en complicidad con Juan
Guaidó, el presidente interino avalado por gran parte del mundo y sostenido por
la Asamblea Nacional.
No obstante, lo medular del
discurso de los defensores de Maduro es que trataron de desmoralizar a los
seguidores de Guaidó afirmando que éste dejó sin luz a todo el país, y sobre
todo a los sectores medios de la población.
¿Su objetivo? Generar una acción
comunicacional que se tradujese en rechazo contra el presidente interino,
achacándole a éste sus propias responsabilidades en el mantenimiento y
resguardo de las instalaciones eléctricas y/o estratégicas de la nación.
Por su parte, desde la acera
contraria se refirmó el discurso de la carencia de capacidad entre aquellos que
acompañan a Maduro y de éste mismo para resolver los problemas del país, que a
su parecer son causados por las propias torpezas del gobierno.
Además, se enfocaron en indicar
que los venezolanos son las víctimas de una política económica que se enfocó el
despilfarrar la inmensa riqueza del país dejando al país sumergido en una
profunda crisis económica que se demuestra por la falta de inversión en todas
las áreas.
Sin embargo, el punto neurálgico
de Juan Guaidó fue el tocar el tema salud, al referirse a los muertos en los
centros hospitalarios por la falta del servicio eléctrico.
He aquí el punto clave. ¿La
razón? Es que une la crisis momentánea del servicio eléctrico con el tema
humanitario que ha sido la bandera del gobierno de transición en los dos
últimos meses.
Inteligentemente, de forma discursiva,
se unen los dos elementos, y vuelve a redundar el debate político sobre la
necesidad que en Venezuela exista una intervención extranjera desde la óptica
de los Derechos Humanos.
En este país, sencillamente,
estamos siendo testigos día con día, acción tras acción, de una milimétrica
guerra mediática y comunicacional que determinará el futuro del país sudamericano.
¡Comunícate y hazlo bien!
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