martes, 5 de junio de 2018

Trump, OEA y otros fantasmas

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Donald Trump sí está empeñado en verle el hueso a Nicolás Maduro y así lo están demostrando sus acciones y actuaciones dentro y fuera de la Organización de Estados Americanos (OEA).

El presidente de los Estados Unidos es uno de los fantasmas que aterra a Maduro; las posibilidades de cualquier iniciativa del mandatario del norte hacen trinar los dientes del inquilino del Palacio de Miraflores.

Trump no es Barack Obama, el republicano no es un actor silente de la vida latinoamericana, no permitirá que el espacio cedido por los Estados Unidos en la administración del demócrata siga siendo ocupado por Rusia o por China.

El fin de la era de los gobiernos de izquierda en el continente pareciera una de las metas que persigue el Jefe de Estado de EEUU, su política de acción contra Maduro y Daniel Ortega así lo evidencia.

El afán de Donald Trump y de muchos países dentro de la OEA es doblegar al régimen de Maduro, y evitar que se conforme un cinturón socialista entre Brasil, Venezuela y Colombia, ante la posibilidad del retorno de Lula Da Silva y la tentativa de victoria electoral de Gustavo Petro en la república neogranadina.

Para el modelo político venezolano la expulsión del país de la OEA es otro de los fantasmas, porque la realidad mundial actual no es para nada idéntica a lo que sucedía en el mundo cuando Cuba fue echada de esta plataforma continental en la década de los 60.

Si los cubanos tenían a la extinta Unión Soviética para defenderse, Maduro cuenta con una China desesperada por cobrar todo lo que le deben y una Rusia que apoya cuando se acuerda y le conviene hacerlo. Lo cual indica, que ser botado de la OEA no es tan lucrativo como lo fue en plena Guerra Fría hace más de 50 años atrás.

Salir de la Organización de Estados Americanos, y ser sancionados por la Organización de Naciones Unidas (ONU), dejaría a Venezuela aislada por completo del resto del mundo. ¿A quién le venderíamos petróleo? ¿Quién nos vendería alimentos?

Rusia es productor de crudo igual que nosotros, los Chinos son acreedores de nuestras materias primas, los hindú no están muy interesados en nuestro petróleo, ¿se nos acaba el mundo? ¿Se agotan las expectativas para el gobierno?

Nicolás Maduro está viendo y viviendo las consecuencias de los espectros de las sanciones que cotidianamente salen de todos los rincones del mundo para acorralar su gestión y condenar su estilo de gobierno.

Los inquilinos de Miraflores saltan o se encaraman. Ya los Estados Unidos empezaron con el arresto de los sobrinos de la pareja presidencial, continuaron con la congelación de bienes y activos de personeros del régimen y siguen con sus iniciativas políticas y económicas en el norte y Europa.

Hasta cuándo podrán sostenerse en Caracas, y todo esto en medio de una crisis económica y social que presiona cada vez más a miles de venezolanos, que asfixia a millones de ciudadanos que están entre la emigración y la explotación social.

Y es que, un desenlace social a la crisis nacional es otro de los fantasmas que asusta a Maduro, es otro de los males que atormenta a un presidente que para muchos no cumplió con su rol y para muchos más ejerce el poder de forma ilegal e ilegítima.

Entre miedos y fantasmas transcurre el gobierno actual. ¿Qué pasará al final de la historia? ¿Qué acontecerá? ¿Qué vendrá después de que Trump logre suspender a Venezuela de la OEA?


La historia se va contando capítulo por capítulo. Esto aún no ha terminado.

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