Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. Nicolás
Maduro quería poner contra la pared a los gobernadores de la oposición al
pedirles que fuesen los fiadores de los presos políticos, para de esta forma
echarle la culpa a Barreto Sira, Laidy Gómez, Alfredo Díaz y Ramón Guevara de
la permanencia de los detenidos en los calabozos de la policía política
venezolana.
El régimen pretendía
echarla una soga al cuello a los gobernadores de la oposición. Pero, el tiro le
salió por la culata a Maduro, él no esperaba que el gobernador de Anzoátegui le
tomara la palabra y agarrara el toro por
los cuernos.
Con la frase “haré lo
que tenga que hacer por los presos políticos”, Antonio Barreto Sira rompió la
jugada de Maduro y picó adelante.
Con esta respuesta, el
mandatario anzoatiguense le regresó el balón a la cancha de Maduro y éste deberá
responder si acepta a los fiadores y si libera a todos los presos políticos.
Barreto Sira ha sido
tajante al indicar que prefiere utilizar esta brecha abierta por el régimen y
lograr la libertad de todos los hombres y mujeres detenidos por luchar por una
Venezuela libre, que quedarse sin hacer nada.
Dijo que “opto por ser
fiador, antes de quedarme sin hacer nada… más allá de las lamentaciones debemos
pasar a las acciones”, con estas afirmaciones Barreto Sira deja claro su compromiso
con los venezolanos y sobre todo con aquellos que se encuentran privados de
libertad por expresar libre y democráticamente sus ideas en contra de Maduro.
Ahora, quien queda
entrampado, en su propia trampa, es Nicolás Maduro. Él tendrá que recular o
salir hacia adelante aceptando la libertad de aquellos que se encuentran en el
Sebin o en otras prisiones civiles o militares de la nación.
Además, la respuesta de
Barreto Sira deja otro tipo de lecciones.
Por un lado, no todos
los que hablan de la defensa de los Derechos Humanos de los venezolanos, no
todos los que pregonan la libertad para los presos de consciencia, están
dispuestos a darse a sí mismos como garantes para alcanzar la liberación de
éstos, en cambio personas que hablen menos sobre el tema están dispuestos a
hacer más.
Muchos hablan sin
meterse en la candela, en cambio Barreto Sira en pocas palabras aceptó el reto
y las responsabilidades que éstos traen consigo. En resumen, fue una muestra de
valentía y compromiso político.
Nuestros gobernadores
han sido objeto constante de los ataques de los personeros del régimen. Sin
embargo, no han tenido la solidaridad de sus compañeros del sector democrático.
Varias Organizaciones No
Gubernamentales (ONG) que defienden los Derechos Humanos de los venezolanos en
vez de criticar la posición asumida por Barreto Sira, deberían ofrecerse para
ser veedores del proceso, y así todos trabajar para alcanzar la libertad de los
detenidos por motivaciones políticas.
¿O es que, para algunos
es mejor que Daniel Ceballos, Lorent Saleh, Raúl Baduel y tanto otros sigan
tras las rejas?
Lo que vivimos en
Venezuela es una época peculiar y necesita de acciones peculiares para avanzar
hacia la restitución plena de la legalidad nacional. Actuar de forma contraria sería pecar de
ingenuo.
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