miércoles, 27 de septiembre de 2017

¡Yo te aviso chirulí!

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  He leído, escuchado y visto a más de un “Cid campeador”  de la abstención explicando las razones por la cual no podemos o no debemos asistir a la contienda electoral del próximo 15 de octubre.

Con argumentos rocambolescos, son afirmaciones temerarias y análisis jalados por los cabellos, concluyen que la no participación en las elecciones regionales va a dejar “desnudo e ilegitimo” al régimen de Nicolás Maduro.

Me parce curioso que muchos de los que le recriminaron a Henry Ramos Allup el llamado a la abstención en el 2005, sean los mismos que ahora le reclamen diametralmente lo opuesto, es decir que esté apoyando la participación en los comicios.

Los abstencionistas vocean por las redes sociales que ir a votar legitima a Maduro, al Consejo Nacional Electoral y a la Asamblea Nacional Constituyente, con lo cual dejan entrever que el quedarnos en nuestras casas los deslegitima y los golpea.

Aquí tenemos que recordar que en Venezuela el voto es un derecho y no un deber. Esto indica que cada uno de los venezolanos tiene la facultar de ejercer el voto mas no está obligado a hacerlo.

La abstención no le restará validez a la elección o no de las regionales. En cambio, si votamos y ganamos la mayoría de las gobernaciones sí le daremos un duro golpe al régimen que azota a nuestra amada nación.

¿Cómo quedará Nicolás Maduro si pierde 20 gobernaciones? En este escenario, sí resultará sin ninguna legitimidad.

Con el voto reafirmamos que la Unidad Democrática es la mayoría del país. Se demostrará que los fantasmagóricos 8 millones de votos de la elección de la constituyente fueron la farsa más grande diseñada por los acólitos de este desgobierno rojo.

Si votamos evidenciamos al mundo que la inmensa mayoría de este pueblo no se cala más un modelo económico y político que hundió a la nación en el hambre, la inseguridad y la represión política. En pocas palabras, si votamos ganamos.

Coincido con  la afirmación de que el “voto es resistencia”, porque en verdad lo es.

Cuando el gobierno juega a la abstención, cuando los inquilinos del poder han boicoteado varias fechas para diversas elecciones, cuando sabemos que los afectos de este modelo socioeconómico no ganan ni una junta de carnaval, entonces el voto se transforma en resistencia y rebelión.

El voto es un paso más hacia la liberación nacional, es un avance hacia el objetivo de la constitución de una república nueva, con ideales nuevos y un futuro vigoroso para todos los venezolanos.

Aunque los defensores de “los brazos cruzados” sigan pululando por doquier con su retahíla de afirmaciones y señalamientos, es cada vez más notorio que la mejor decisión para los que amamos este país es acudir a votar por el cambio y por gobernadores que transformen los estados en ejemplos de lucha y libertad.

Siempre preferiré un gobernador de la Unidad que un cómplice de Maduro en la gobernación, por eso ¿quedarme sin votar? Yo te aviso chirulí.



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