Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. He leído,
escuchado y visto a más de un “Cid campeador”
de la abstención explicando las razones por la cual no podemos o no
debemos asistir a la contienda electoral del próximo 15 de octubre.
Con argumentos rocambolescos,
son afirmaciones temerarias y análisis jalados por los cabellos, concluyen que
la no participación en las elecciones regionales va a dejar “desnudo e ilegitimo”
al régimen de Nicolás Maduro.
Me parce curioso que
muchos de los que le recriminaron a Henry Ramos Allup el llamado a la
abstención en el 2005, sean los mismos que ahora le reclamen diametralmente lo
opuesto, es decir que esté apoyando la participación en los comicios.
Los abstencionistas vocean
por las redes sociales que ir a votar legitima a Maduro, al Consejo Nacional
Electoral y a la Asamblea Nacional Constituyente, con lo cual dejan entrever
que el quedarnos en nuestras casas los deslegitima y los golpea.
Aquí tenemos que
recordar que en Venezuela el voto es un derecho y no un deber. Esto indica que
cada uno de los venezolanos tiene la facultar de ejercer el voto mas no está
obligado a hacerlo.
La abstención no le
restará validez a la elección o no de las regionales. En cambio, si votamos y
ganamos la mayoría de las gobernaciones sí le daremos un duro golpe al régimen
que azota a nuestra amada nación.
¿Cómo quedará Nicolás
Maduro si pierde 20 gobernaciones? En este escenario, sí resultará sin ninguna
legitimidad.
Con el voto reafirmamos
que la Unidad Democrática es la mayoría del país. Se demostrará que los
fantasmagóricos 8 millones de votos de la elección de la constituyente fueron
la farsa más grande diseñada por los acólitos de este desgobierno rojo.
Si votamos evidenciamos
al mundo que la inmensa mayoría de este pueblo no se cala más un modelo
económico y político que hundió a la nación en el hambre, la inseguridad y la
represión política. En pocas palabras, si votamos ganamos.
Coincido con la
afirmación de que el “voto es resistencia”, porque en verdad lo es.
Cuando el gobierno juega
a la abstención, cuando los inquilinos del poder han boicoteado varias fechas
para diversas elecciones, cuando sabemos que los afectos de este modelo
socioeconómico no ganan ni una junta de carnaval, entonces el voto se
transforma en resistencia y rebelión.
El voto es un paso más
hacia la liberación nacional, es un avance hacia el objetivo de la constitución
de una república nueva, con ideales nuevos y un futuro vigoroso para todos los
venezolanos.
Aunque los defensores de
“los brazos cruzados” sigan pululando por doquier con su retahíla de
afirmaciones y señalamientos, es cada vez más notorio que la mejor decisión
para los que amamos este país es acudir a votar por el cambio y por
gobernadores que transformen los estados en ejemplos de lucha y libertad.
Siempre preferiré un gobernador
de la Unidad que un cómplice de Maduro en la gobernación, por eso ¿quedarme sin
votar? Yo te aviso chirulí.
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