Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. La polarización
venezolana llega a tal punto que ya está dividiendo al mundo en dos opiniones prácticamente
irreconciliables.
Cuando sintonizamos a
TeleSur o a Rusia Today (RT), nos encontramos que presuntamente voces
internacionales se solidarizan con Venezuela y rechazan las amenazas de los
Estados Unidos contra el país Sudamericano.
En cambio, si observamos
lo que dice CCN o cualquier otra estación de noticias nos encontramos que
líderes mundiales como Emmanuel Macron, presidente de la República de Francia,
están abiertamente condenando al gobierno venezolano.
Para los medios, de clara
inclinación hacia las izquierdas, naciones como Rusia, China, India, Irán, muestran
su “resteo” para con Nicolás Maduro, a diferencia de otros órganos de difusión
quienes informan que la posición de la Unión Europea es dura en relación a la
calificación que le otorgan a quienes gobiernan en este país.
Es decir, el debate
internacional está dividido, de la misma manera que los estamos aquí adentro.
Es curioso el caso. En
España los voceros del partido político Podemos defienden hasta la saciedad el
modelo político venezolano, e inclusive lo han colocado como un ejemplo a
seguir, mientras que el gobierno español, dirigido por el Partido Popular, de tendencia
socialcristiana, ha dejado en claro su crítica y beligerancia en contra de
Maduro.
El mandatario actual galo
ya ha dejado acentuado su criterio al marcar distancia del gobierno de Caracas,
mientras Jean-Luc Mélenchon, líder de la extrema izquierda francesa, ha
manifestado su admiración por el Socialismo del Siglo XXI, a tal punto que es
considerado el “Chávez francés”.
En el caso de los
Estados Unidos de Norteamérica, una cosa fue la actitud complaciente y fofa de Barack Obama, y otra el endurecimiento de Washington
bajo la ad ministración de Donald Trump y de los republicanos.
Mientras Tom Shannon, fue una especie de
quintacolumnista del oficialismo venezolano en los Estados Unidos, por su parte,
bajo la guía de Rex Tillerson, las cosas cambiaron en la Casa Blanca, y de qué
manera.
Cuando realizamos un
paneo por el mundo, podemos encontrarnos con criterios diferentes, con
posiciones desiguales cuando se aborda el tema Venezuela.
La izquierda planetaria
se reúsa a admitir que el proyecto venezolano fracasó y con él cualquier
esperanza de una renacer triunfante de los pensamientos socialistas.
Y, mientras existe esta
negación, los defensores de la libertad y de la democracia colocan en la mesa de
discusión el caso nacional para describir como los pensamientos emparentados en
Marx o en Fidel Castro jamás terminan bien.
Una lección que a veces es difícil de asumir en
escarmiento ajeno. Tal es el caso de la República de Colombia, país que está cometiendo
el error de legalizar un partido de las Farc, abriéndole la oportunidad al extremismo
por vías democráticas.
Sí, tenemos un solo
planeta, pero dos versiones de lo que ocurre en Venezuela.
.
Sin embargo, usted que
me lee sí sabe la verdad de lo que acontece aquí. ¿O lo duda?
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