Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. Se llamó a
celebrar un Plebiscito. Las fuerzas que convergen en la Mesa de la Unidad
Democrática, en el mismo sentido hacia donde marcha la estrategia de
desconocimiento integral y absoluto del régimen, dirigió sus acciones para la
materialización de una consulta popular.
¿Y? ¿Para qué sirve este
plebiscito? Primero, la acción pone al
descubierto el carácter democrático y popular de la lucha de resistencia que se
está librando en todos los rincones del país en contra de la Asamblea Nacional
Constituyente y de Nicolás Maduro.
Además, es una
demostración de fuerza popular sin parangón en la historia de la nación. Si en
medio del proceso de validación de los partidos miles de venezolanos acudieron
a apoyar a las organizaciones de la Unidad, ahora seremos millones los que
participaremos en esta actividad que expresa nuestra rebeldía democrática.
Con el plebiscito,
dejamos desnudos a un Consejo Nacional Electoral (CNE) que se robó el Referendo
Revocatorio e hizo lo mismo con las elecciones regionales; con esta acción
desenmascararemos a un Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que por miedo al
pueblo y obedeciendo las órdenes del tirano, nos arrebató la posibilidad de
decidir sobre la realización o no de la Constituyente.
Los venezolanos podremos
expresarnos en un acto de resistencia popular y desobediencia constitucional,
avocados al 333 y 350 de la Constitución nacional, y luchar con los
instrumentos cívicos en contra de aquellas instituciones que hoy allanan el
terreno para vulnerar los derechos del pueblo y ultrajar la actual carta magna.
El plebiscito será la
oportunidad de oro para evidenciar que somos millones los que no nos calamos
más a Nicolás Maduro en la presidencia de la república, para exteriorizar ese
sentimiento que se respira en todos los rincones del país y que late en los
corazones de un sinfín de hombres y mujeres que quiere vivir en un país mejor.
Así como Maduro pretende
deshacerse de la Constitución de 1999 para crear un basamento legal que esté
acorde con sus ansias de poder absoluto, que responda, cual traje a la medida,
a su visión totalitaria del poder, de esa misma forma los demócratas tenemos
que dar un paso al frente y defender nuestros derechos.
El plebiscito tiene que
ir, sobre cualquier amenaza o atropello. El plebiscito junto con el Paro
Nacional, las acciones de calle, y demás tácticas políticas y ciudadanas, deben
enrumbarse con precisión y responsabilidad, tienen que ser base esencial de la
lucha, porque todas ayudarán a finalizar esta pesadilla que llaman revolución.
En mi franca y honesta
opinión todos los venezolanos tenemos que sumarnos a cada iniciativa que surja
de la Mesa de la Unidad Democrática, porque tenemos que jugarnos a Rosalinda
para rescatar la democracia y salvar nuestro propio futuro como nación.
Venezuela nos necesita,
a cada uno de nosotros; los venezolanos no podemos darle la espalda al país.
Participemos en el
plebiscito, unámonos todos en esta gesta por el porvenir, en esta heroica
acción por Venezuela, por la libertad, por lo más sagrado de cada uno de
nosotros: Nuestras familias.
Sé que el pueblo quiere
salir de esta desgracia, sé que Dios está de nuestra parte.
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