Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. Sí, existen
cinco tipos de Venezuela, con visiones dispares, con expectativas divorciadas y
con remotos sentidos del futuro y de la realidad actual del país.
Más allá de la dicotomía
entre Gobierno-Oposición, por encima de la división entre los que quieren
cambio y aquellos que desean que continúe el actual desastre de gobierno de
Nicolás Maduro, persisten otras fragmentaciones del ánimo nacional.
Para muchos venezolanos
la presión de calle es indispensable para alcanzar el final de este régimen, la
acción pacífica, democrática y constitucional es el menester de que nos debe
ocupar a todos los venezolanos para en aras del esfuerzo colectivo alcanzar el
cambio de gobierno y de sistema socio-político en la nación.
Otros, por el contrario,
se aferran al gobierno. Éstos son los que defienden los errores del régimen y
hasta justifican las cuantiosas metidas de pata del Jefe del Estado.
Quienes obcecadamente avalan
el actual estado de la nación se sujetan al recuerdo de Hugo Chávez y creen que
abrir los ojos a la realidad es traicionar lo que un día, ya muy lejano, fue lo
que mientan la “revolución”.
No obstante, existen
otros tres tipos de venezolanos que cohabitan y pululan en torno a los dos ya
mencionados. Por ejemplo, está el venezolano que quiere salir de Maduro, pero
no hace nada para lograr este objetivo.
Este personaje es aquel
que es propietarios de algún establecimiento y dice: “No sé qué hacen
protestando aquí cerca de mi negocio, debería hacerlo en otra parte” o el
típico conductor que asevera que “yo quiero salir de Maduro, pero también
quiero hacer mis diligencias y esta gente aquí no me deja hacer nada con estas
trancas”.
El cuarto venezolano es
aquel que le tiene sin cuidado la Asamblea Nacional Constituyente, ni la apoya
ni la rechaza, y menos está interesado en salir a marchar para ninguno de los
dos bandos; este venezolano lo que está interesado en conseguir comida, en
hacer una cola o presionar para ver cuándo es que le llega la bolsa del CLAP.
Y el quinto es una
especie de funcionario público, en muchas ocasiones de alto nivel, que se
trajea de rojo, vocifera el “Viva Chávez”, que no quiere perder sus privilegios
económicos y hasta de influencia política, pero que a hurtadillas llama a sus
amigos opositores para empezar hacer puentes para la otra acera de la lucha
política.
Estos cinco tipos de
venezolanos conforman, a groso modo, la Opinión Pública nacional y el mapeo de
nuestra sociedad de hoy.
Cada analista de
escenario político, cada expertos en Opinión Pública debe recordar que detrás
de los números fríos de las encuestas se agolpan diversas inclinaciones
emocionales y psicológicas que van moldeando posiciones sociales y políticas.
Sí, el 80% de los
venezolanos repudian al régimen venezolano, no obstante este altísimo porcentaje
se segmenta en criterio, formas y visiones en ocasiones yuxtapuestas sobre el
mismo problema.
En la Venezuela profunda, de barrios y sectores
rurales nos encontramos con un venezolano distingo al que prolifera en espacios
más acomodados, y en medio de ambos hierve una sociedad política en constante
temperatura de ebullición.
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