Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. Los movimientos políticos dentro del Partido
Socialista Unido de Venezuela son constantes y curiosos.
Se está confirmando por
la vía de los hechos que una tendencia dentro del Psuv propone para la
gobernación de Anzoátegui a Elías Jaua, debido a esto éste viene encabezando
pequeñas actividades políticas en la entidad.
Este movimiento lo verificaremos
en la medida que dejemos de escuchar de la voz de Jaua su histórica cadena de
ataques contra Henrique Capriles
Radonski.
Entonces, ¿Si Jaua va
para Anzoátegui, quien queda en Mirada? Cuestionamiento interesante.
Ahora bien. El toma y
dame entre el ex Alcalde Mayor de Caracas, Juan Barreto, y Diosdado Cabello,
demuestra que algo se está tramando alrededor de Nicolás Maduro.
Por un lado, el aludido
contrapunteo entre los dos dirigentes del oficialismo evidencia una clara
fractura, no tanto por el debate este éstos (que parecieran que están jugando
la misma partida, aunque en roles distintos), sino por la develaciones que
hacen.
Esto se ve acentuado por
las subsiguientes represalias contra el jefe del partido Redes.
Las permanentes
declaraciones de Nicmer Evans de Marea Socialista, las expresiones de rechazo a
las políticas económicas y laborales del Gobierno expresadas por Marcela
Máspero de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), las denuncias de
exministros del difundo Hugo Chávez, todo hechos van tejiendo una red de conflictos
internos que pareciera no interesar a nadie.
El estado de belicosidad
interna es grave para el oficialismo. El ascenso del poder de las facciones militares, la
reducción de la influencias de grupos como Patria Para Todos y el Partido Comunista
de Venezuela, dibujan un cuadro trágico para las filas del oficialismo.
Los militares por un
lado comandados por Vladimir Padrino López, el denominado “chavismo originario”
donde están los exministros Jorge Giordani, Ana Elisa Osorio, Héctor Navarro en
alianza con el grupo “Aporrea” dirigidos por Evans, enfrentados al círculo que
rodea a Nicolás Maduro y lo que aún le
resta a Aistóbulo Istúriz, nos explica la realidad puertas adentro del régimen.
En medio de estas aguas
turbulentas, Diosdado Cabello sigue manejando unos pocos hilos (los que aún le
quedan), mientras que la familia Chávez busca pactos que le permitan continuar
disfrutando de las miles que ofrece el poder.
Y los hilos del poder
rojo se mueven y en algunos casos están a punto de reventar.
La pugna roja se acrecienta
en la medida que siente que van perdiendo el poder. Porque cada vez más
venezolanos se decepcionan de un sistema de Gobierno que no le permite ni
siquiera comer.
Nicolás Maduro sobrevive
en medio de un torbellino político que amenaza con hacer desaparecer a un
movimiento que signó, para mal, 17 años de nuestra vida política nacional.
Y la última pregunta
para cerrar este artículo es: ¿Y quién será el enterrador final del régimen?
Amanecerá y veremos.
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