lunes, 30 de mayo de 2016

Diálogo, estrategia y táctica

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  A continuación trataré de esbozar algunas ideas y criterios alrededor del diálogo entre el Gobierno y los factores de la Mesa de la Unidad Democrática.

Primero, todo diálogo es positivo sí posee algunas características y condiciones especiales.

Si se entabla un diálogo es única y exclusivamente para tratar las vías, métodos y formas del cambio de gobierno, no puede existir un entendimiento político que no esté dirigido al reemplazo de las actuales autoridades venezolanas.

También debe existir un reconocimiento por parte del régimen de la fuerza política y popular de la Unidad Democrática, lo cual indica el cese de los ataques del Ejecutivo y el Poder Judicial en contra de la Asamblea Nacional.

El diálogo debe ser concebido como una táctica mas no como una estrategia en sí. Las conversaciones entre factores no deben significar un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar el objetivo de la salida de la crisis a través con la interrupción de funciones del Jefe del Estado.

El diálogo MUD-Régimen debe comenzar sólo después que el oficialismo libere a los presos políticos, reconozca la beligerancia y legalidad de la nueva Asamblea Nacional y merme en su afán de acoso a los pocos industriales que siguen produciendo en el país.

Como puede ver no soy un crítico desmedido del diálogo, por el contrario creo que en política, y más cuando la situación social se oscurece con rauda velocidad, es vital  encontrar puntos de convergencia para allanar el camino de las soluciones.

Fue con diálogo como los chilenos pudieron enfilar la redemocratización del país luego de los años de dictadura del General Augusto Pinochet. Fue a través de la capacidad de maniobra y agilidad política como los alemanes lograron la reunificación y consolidaron el nuevo Estado alemán.

Por estas razones no fustigo el diálogo, no obstante sí creo en la necesidad de condiciones mínimas para establecerlo y que éste sea real.

Para poder hablar con el régimen de Maduro, el Ejecutivo debe tener un propósito de enmienda  y realizar actos de contrición, lo cual indica que desde Miraflores tienen que evidenciar, con acciones de buena voluntad, su intención y que mejor manera que acelerando los lapsos para el Referendo Revocatorio y la liberación de Leopoldo López, Manuel Rosales y el Alcalde Mayor de Caracas, Antonio Ledezma.

Lo que sí debemos evitar a  toda costa es que el diálogo se convierta en una oportunidad para que el Gobierno retome aire y fuerzas.

El diálogo no puede, ni debe ser, un acto de flexibilización por parte de la Unidad Democrática, sino parte de las tácticas de acción para lograr el fin que no es otra que la salida de Nicolás Maduro de la presidencia de la república.

Por estas razones, los jerarcas de la MUD tienen que hilar fino en medio de este proceso que aunque pudiera ser necesario para enrumbar al país definitivamente a la celebración de elecciones, también pudiese generar desconfianza primero y frustración después entre los miles de venezolanos que aspiramos a un cambio en la nación.




martes, 24 de mayo de 2016

Guerra de colas

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Las kilométricas colas para acceder a productos regulados se han convertido en los escenarios de la “guerra económica”, no desde el punto de vista propagandístico del régimen, sino como espacios donde los venezolanos se debaten por obtener un kilo de harina precocida o de pasta.

Mujeres empujándose, insultándose, y hasta llegando a la agresión física, hombres intimidándose los unos contra los otros, sacándose cuchillos de los bolsillos y hasta armas del cinto, son parte de la cotidianidad de las colas.

Caos... 
Muchedumbres corriendo de un abasto a otro, niños llorando, disparos al aire, gritos y vulgaridades son parte de una receta que día a día observamos en todos los rincones del país.

La “Guerra de las colas” es producto de las prácticas equivocadas de un socialismo que fracasó, fracasa y fracasará en todo el mundo, son las equivocaciones de un dogmatismo nacido del error teórico y de unos sueños febriles.

Mientras en Miraflores siguen empeñados en un discurso doctrinariamente caduco, en las calles de Venezuela presenciamos las consecuencias de las decisiones ideológicas de un régimen que está sacrificando a su gente.

Sí, en Venezuela estamos viendo como un grupo de señores que ostenta el poder están sacrificando a millones de personas tan solo por el afán de conservar el poder en sus manos.

Allá, en la cúspide del poder, no se siente y no se ven los hechos de violencia que se viven en medio de la “Guerra de las colas”, ellos no presencian los intentos de saqueos o los locales destruidos por la furia ciudadana de un pueblo con hambre.

Ellos no observan la impotencia de ciudadanos al quedarse sin nada mientras que militares, policías y demás funcionarios se llevan de los locales paquetes repletos de comida.

Una cotidianidad en Venezuela
Los ánimos en la calle se caldean, los venezolanos están pasando hambre, los ciudadanos se están desesperando al no poder calmar las ganas de comer de sus hijos. Esto es una caldera a punto de explotar, pero pareciera que en Miraflores están buscando justamente eso que el país estalle.

Socialmente Venezuela es un polvorín, cualquier chispa puede encender la llama de la convulsión popular y frente a esto el señor Nicolás Maduro se encuentra recorriendo toda la pradera con un fosforo encendido en las manos.

La Guerra de las colas es tan solo el inicio de lo que pudiera convertirse en una catástrofe social de pronóstico reservado. Estamos frente al abismo y el régimen está empeñado en dar el paso hacia adelante que nos llevará al colapso definitivo.

El cambio, a través del referendo revocatorio, la renuncia, o las manifestaciones de calles pacíficas y populares, es necesario para darle un viraje definitivo a la vida nacional, emprender el camino de la reconstrucción venezolana y la redemocratización de nuestras instituciones.

Pero, ¿cómo hacer que cesen las batallas sociales en los abastos de asiáticos, y en el resto de los expendios de alimentos? Sencillo cambiando el modelo económico, sacando a Maduro de la Presidencia de la República y reiniciando la senda de la libertad nacional.


lunes, 16 de mayo de 2016

Alcalá Cordones y la división

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  El Mayor General Clíver Alcalá Cordones declaró durante un programa de televisión que la “guerra económica sí existe” y que ésta proviene del “seno del oficialismo”.

El militar acusó a factores dentro del régimen de corruptos e incapaces. Achacó al burocratismo, a las restricciones y a las mafias internas la crisis de desabastecimiento y escasez que azotan a la sociedad venezolana.

Oficialismo y sus grupos internos
Ahora, nos preguntamos ¿a qué se deben estas precisiones? ¿Será que el militar abrió los ojos?, ¿será que ya estamos en el “sálvese quien pueda” o algo mucho peor?

Este oficial agregó que las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas siguen defendiendo el “legado del expresidente Chávez”, con esto el vocero marca distancia de Maduro mas no de eso que llaman el “chavismo”.

¿División? Sí, esto demuestra que en el seno del gobierno las cosas no están bien, que las fracturas son evidentes y que las tendencias se han proliferado.

Ya no sólo podemos hablar de los seguidores de Maduro y los de Diosdado, sino que la vieja tendencia militarista resurge o se reagrupa y con una clara posición de deslinde del madurismo. Y tampoco podemos olvidar el crecimiento político del actual Vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz.
Expliquemos mejor estas facciones dentro del régimen.

Clíver Alcalá Cordones y su posición  ¿sorprendente?
En el mundo civil existen cuatro tendencias dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela, por un lado está la enmarcada por el actual presidente  Nicolás Maduro, el segundo por Diosdado Cabello, que está transitando por uno de los peores momentos reducido dentro del partido como en la Asamblea Nacional.

Como tercer grupo está el representado por el vicepresidente Aristóbulo Isturiz. Aquí deseo hacer una pausa, Aristóbulo personifica el grupo de mayor avance desde el punto de vista político, acumula más votos dentro de la organización y más apoyos en Miraflores. Hasta podemos intuir que en el fondo el exgobernador de Anzoátegui  busca emular a su par brasileño, Michel Temer, quien se hizo con el poder (por lo menos temporalmente) luego de la defenestración de Dilma Rousseff.

El cuarto grupo es donde militan los exministros disidentes, es decir, Héctor Navarro, Jorge Giordani y Ana Elisa Osorio.

Del lado militar existen por lo menos tres grupos afines a Psuv. Están los incondicionales a quien se siente en la silla de Miraflores, son aquellos que siempre estarán al lado del poder siempre y cuando éste responda a sus intereses de grupo.

Segundo, aquí sobresaltan los que se sienten atados por múltiples razones a Diosdado Cabello y su destino. Y el tercero son aquellos que están haciendo tienda aparte, resaltando su vinculación con el finado Hugo Chávez, mas no con el Psuv.

¿Es a este grupo que representa Alcalá Cordones? ¿Las declaraciones del militar son un llamado público al desacato de parte de los uniformados al status quo dentro del oficialismo?

Alcalá Cordones admite que Nicolás Maduro posee una alta posibilidad de ser revocado y lo más sorprendente es que reconoce que este hecho no será perjudicial, sino por el contrario permitirá “reunificar al chavismo”…


lunes, 9 de mayo de 2016

“R” de Revocatorio “R” de Referendo

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Hace 17 años la moda era con las palabras “revolución” y “radicalismo”, esas expresiones definían a un incipiente movimiento que clamaba por la reivindicación de los sectores más populares y encarnaba un cambio profundo del modelo político venezolano que ya languidecía en medio del desgaste del tiempo y del ejercicio del gobierno.

Ahora, luego de los altibajos de un sistema que empobreció más a los venezolanos y destruyó nuestros sueños y esperanzas, la erre vuelve a aparecer en el vocabulario común de nuestra gente, no obstante con otras connotaciones.

La palabra “radical” está siendo reemplazada  por “referendo” y “revolución” por “revocatorio”. Esto nos indica que los tiempos del oficialismo rojo están pasando.

Son millones de venezolanos que están conscientes que cualquiera de los métodos de salidas del régimen, ya sea el referendo revocatorio, la enmienda constitucional o la renuncia, son plenamente válidos y realizables.

Los ciudadanos de este gran país están seguros que el fin de Maduro y de sus secuaces está cada vez está más cerca, confían que la convocatoria a un Referendo Revocatorio será definitiva para darle término a un sistema que aniquiló al pueblo.

Pero, la grave situación nacional amerita de otra palabra con “erre”: Rapidez.

Los venezolanos necesitan salir de atolladero social, económico y político en el cual caímos como nación luego de 17 años de errores gubernamentales.

La madre que no consigue comida para su hijo necesita rapidez en la salida de la crisis. El hijo que busca los medicamentos para su padre enfermo igualmente necesita que los tiempos se aceleren.

Aquella mujer que pierde días enteros en colas para adquirir dos o tres productos a precios regulados, o aquel trabajador que ya no posee tiempo de descanso porque debe trabajar más de 12 horas entre sus labores formales y los “tigritos” que debe matar para extender aunque sea un poco más los churupitos.

La rapidez que claman los venezolanos ante la crisis que padecemos, debe ser tomada en cuenta y ser satisfecha por los representantes de la Mesa de la Unidad Democrática, no obstante  la rapidez no puede menoscabar los principios democráticos, pacíficos y constitucionales para darle finiquito con prontitud a la emergencia nacional.

Otra de las “erre” que tenemos que tomar en cuenta es la “Reacción”. Sí, el oficialismo no se quedará quieto o inmóvil mientras se le escapa el poder de las manos, ellos reaccionarán y lo harán movidos por el desespero y la locura.

De esto tenemos que cuidarnos. Los rojos reaccionarán violentamente, por ende, cada uno de quienes amamos la libertad y la democracia tenemos que poseer los principios claros, la consciencia limpia y la visión esclarecida para no caer en las trampas o potes de humo que el Gobierno creará o lanzará.



martes, 3 de mayo de 2016

Liderazgos y anarquía

Cogito ergo sum (Puerto La Cruz)-.  Para algunos, entre otros, el gran problema de Venezuela es la carencia de un liderazgo fuerte, aglutinador e inspirador.

A pesar que muchos afirman que Venezuela no necesita de un único líder, sino que todos sus ciudadanos se convierten en inspiradores, impulsadores y guías en sus localidades, en nuestra historia nacional la figura del “jefe”, “caudillo” o “cacique”, es innegable y perenne.

Simón Bolívar: Su liderazgo se impuso con fuerza

Pero, ¿ha sido fácil el surgimiento de liderazgos en el país? Para nada.

Los liderazgos venezolanos emergen en medio de la anarquía y así lo indica nuestra historia, y me atrevería a decir que así lo evidencia nuestra evolución sociológica.

Veamos nuestro nacimiento como nación.

Entre el 19 de abril de 1810 al 5 de julio de 1811 y hasta la entrada de Domingo Monteverde a Caracas y la caída de la Primera República, el liderazgo nacional y/o patriota no estuvo para nada claro.

Piar anhelaba el liderazgo patriota

Por un lado en el Congreso Nacional existían bloques enfrentados, aquellos que quería defender los derechos legítimos de Fernando VII a la corona de España, los que deseaban una independencia sin derramamiento de sangre y los más apasionados que sí apostaban a una revolución.

No obstante, los más aguerridos al estilo de los jacobinos franceses se agruparon en un club de radicales que se denominó Sociedad Patriótica, desde se arengaba por acción y decisión.

Boves, un líder popular
El General Francisco de Miranda jamás tuvo el control de la situación a pesar de su prestigio, de su experiencia y su capacidad, nunca aglutinó a los venezolanos y la anarquía se apoderó de los patriotas. En el bando realista Domingo Monteverde, a quien no le correspondía comandar las fuerzas del Rey, se hizo con la jefatura política y militar saltándose jerarquías.

Al regresar Simón Bolívar, ya convertido en Libertador, surge en los llanos un líder sanguinario, soez y popular: José Tomás Boves, quien a su vez también desacata el orden militar de jerarquías en las tropas del Rey y convierte a Juan Manuel Cajigal en un títere sin poder de decisión.


A la muerte de Boves y ante la llegada de Pablo Morrillo, comandante veterano de las guerras napoleónicas, con 11 mil españoles a sus espaldas, es que las fuerzas realistas consiguen centro y equilibrio.

Dos Liderazgos en la Unidad
Mientras en el bando patriota la situación se tornaba más complicada. Manuel Piar desconoció la autoridad de Bolívar, hasta cañoneó una embarcación donde el Libertador viajaba.

José Félix Ribas arrestó a Santiago Mariño, libertador del oriente, y confinó a su pariente Bolívar a una habitación.

Pugna por comandar al oficialismo
Fue la fuerza de Simón Bolívar, su espíritu inquebrantable, su energía y su poder personal lo que hizo doblegar el alma díscola de una venezolanidad que siempre ha pugnado por el protagonismo.
Tanto la personalidad de Bolívar como la decisión de fusilar a Piar, lograron la convergencia y la unión del ejército patriota.

Más de 100 años después, Venezuela sigue siendo el escenario de batallas intestinas por el liderazgo.

En el seno del oficialismo se palpa el enfrentamiento entre Maduro, Aristóbulo y Diosdado, mientras que en la Mesa de la Unidad Democrática Capriles, Leopoldo López y María Corina están enfilados en una carrera para dirigir los destinos de la nación.