Cogito ergo sum (Puerto
La Cruz)-. Son
las 9:42 minutos de la mañana del lunes 11 de enero. Justo en este instante
inicio una de mis acostumbradas columnas de opinión, en esta ocasión abordaré
las celebraciones democráticas que nos trae este enero.
El próximo 23 de enero
se recuerda el inicio del sistema de libertades que conocemos como el
establecimiento de la democracia. Más allá de las consideraciones políticas,
económicas y sociales comparativas con el régimen del General Marcos Pérez
Jiménez, que es tema de otro artículo, es innegable que bajo la égida de los
partidos democráticos se alcanzó un infinito más de logros si se coteja con los
últimos 17 años de revolución socialista.
Bajo los gobiernos de AD
y Copei se edificaron obras públicas importantes, se construyeron teatros,
aeropuertos, hospitales, escuelas, universidades, millones de viviendas a lo
largo y ancho del país y se culminaron obras iniciadas bajo el perezjimenismo.
El 23 de enero significó
el nacimiento de una nueva era para los venezolanos. Este período que va desde
ese día hasta la victoria electoral del expresidente Hugo Chávez en 1998 estuvo
signado por éxitos, errores, logros y fracasos, pero todos bajo un manto de
libertades.
La acritud con la cual
el régimen actual pondera el período civilista de la república es irresponsable
y soez. El 23 de enero simboliza una época de pluralismo, entendimiento,
libertad y libre albedrío que ha sido cercenado en el modelo de desgobierno
socialista.
Cuando cayó la dictadura
o cuando el General Marcos Pérez Jiménez decidió retirarse del poder como
muestra de su comprensión del momento histórico, surgió un acuerdo reflejado en
el Pacto de Punto Fijo que es el documento político de más alta significación
de nuestra historia contemporánea.
Pero, enero no sólo nos
trae el recuerdo del inicio de esa democracia que perdimos y que en este
momento luchamos por recuperar, sino que se recuerda el surgimiento de uno de
los partidos que más ha contribuido por las libertades ciudadanas en Venezuela:
Copei.
El partido
socialcristiano Copei, cuna de grande prohombres de la democracia venezolana,
arriba este 13 de enero a 70 años de fundación.
Desde una pequeña
reunión de cinco personas en una lavandería arriba del cine Rialto, hasta la
presidencia de la república, Copei ha encarnado un sentimiento de moral
pública, de trabajo incansable y de formación que es ejemplo para las noveles
organizaciones políticas del país.
70 años se dicen
fáciles, no obstante durante este lapso esta agrupación política sembró de
orgullo al pueblo venezolano. De sus filas han surgido grandes intelectuales,
hombres académicos, luchadores sociales y demócratas que no han dejado de
batallar por el bienestar de la nación.
Y el fundador del
partido de los demócratas cristianos, Rafael Caldera, estuviese cumpliendo este
24 de enero 100 años de su nacimiento. Caldera fue uno de los artífices de la
consolidación democrática del país, uno de los gestores de las libertades
públicas, es uno de los símbolos de lucha democrática que debemos rescatar.
Rafael Caldera, uno de
los padres de la democracia y líder histórico de Copei, debe ser un referente
de trabajo, ética, moral y compromiso que debemos imitar justo cuando la
inmoralidad gobierna en Miraflores.
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