martes, 24 de noviembre de 2015

El 6D

Cogito ergo sum-.  El 6 de diciembre seguramente será un día como los de costumbre. No tenemos razón para presumir que será nublado o que particularmente caerá un fuerte aguacero.

Me imagino ese día con un gran sol alumbrando más brillante que nunca a los electores que saldrán desde muy temprano de sus casas a ejercer ese derecho que moralmente se convierte en un deber de todo ciudadano: El voto.

Me gustaría recrear esa jornada con playas vacías y con centros comerciales desolados, mientras los centros de votación sean epicentro de una enorme  aglomeración de votantes que se transforme en una fiesta de esperanza.

Soy proclive a imaginarme el día 6D como una jornada soleada, con alegría respirándose en el ambiente y de una enorme movilización ciudadana sin igual en toda la historia nacional.

Ese 6D los venezolanos tomaremos la más importante de las decisiones políticas. El próximo 6D cívicamente elegiremos una nueva Asamblea Nacional que responda a los intereses nacionales y no a las apetencias partidistas.

Para ese día serán millones de hombres y mujeres de este solio que emergerán de sus hogares para sellar un compromiso con el porvenir de Venezuela.

Ese domingo millones y millones de votantes marcarán la tarjeta de la Unidad y se manifestarán su deseo de un cambio de dirección en la conducción de la república.

Veremos desde la mañana hasta la tarde colas y colas de venezolanos que festejarán la mayor y la última de las filas, esa que procreará a punta de votos una nueva Venezuela.

Quiero, como integrante de la sociedad democrática venezolana, que la jornada se lleve adelante en paz y tranquilidad, mas esto no indica que quienes estamos ganados a la idea de una Venezuela libre estaremos descuidados.

Ante las amenazas cada vez recurrente del régimen surge del seno de la sociedad una voluntad cada vez más fuerte de la ciudadanía para salir a votar y demostrarle a quienes ostentan el poder que nunca ha existido yugo que pueda contra este pueblo.

Como dignos representantes de las gestas independentistas saldremos valientemente a construir nuestro propio futuro.

Particularmente mi voto por el cambio será un gesto de reconocimiento al verdadero bolivarianismo a ese que está marcado por la solidaridad, el amor a la libertad y el más sublime de los sentimientos nacionalistas.

Porque, aprovecho para decirlo, ese día se debe imponer el bolivarianismo real ante los bolivarianistas-peseteros que hoy gobiernan en Miraflores.

Construyo en mi mente la imagen de ese día. Colas de ciudadanos portando la bandera tricolor, festejando su voto y defendiendo el cambio.

¿Qué no se dejarán? Hagan lo que hagan, digan lo que diga, este 6 de diciembre observaremos  una avalancha de votos en favor de la Unidad, los cuales representarán la mayor diferencia electoral de toda la historia.


El 6D será recordado como el gran día del reinicio de la democracia y de las libertades públicas para los venezolanos. El 6D quedará en los anales de nuestro pasado como la fecha en que los venezolanos dijeron “hasta aquí” y se labraron en las urnas su propio futuro.

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